Alaska fue solo el comienzo

 

Alastair Crooke*

Resumen de un podcast de Crooke

Lo que tuvimos en Alaska fue un cambio completo en la situación internacional. Fue realmente el comienzo de algo, no el final de algo. El comienzo de un fin que llegará a su debido tiempo.

Pero, y el trato, ¿cuál fue el trato? Bueno, el acuerdo no es aquello del que todos están hablando. El trato fue simple: se va a congelar el conflicto para hablar de paz, por lo tanto, no habrá un alto al fuego parcial para que se reame Ucrania. Esta peregrina idea desapareció de la Mesa de Trump.

En cambio, se empieza a hablar del plan de paz de Putin, un plan de paz para solucionar los grandes conflictos pendientes. Lo que me sorprende es cómo el suelo de las conversaciones ha cambiado rápidamente. La reciente conversación en Washington con Zelensky fue sobre un conflicto congelado. Trump esencialmente abrió la puerta a un acuerdo en los términos propuestos por Putin.

Y este no es un cambio pequeño. La verdadera diplomacia a menudo comienza cuando los líderes aceptan que el otro lado tiene un punto de vista legítimo, incluso si no se está de acuerdo con ello. Lo vimos en Irlanda del Norte, y parece que ahora estamos viendo los ecos de esa política diplomática.

Este tipo de reconocimiento puede ser el primer paso para poner fin a la guerra. Además, en Alaska no se habló de aranceles, tampoco se habló de garantías de seguridad. Sí, es cierto, hoy hay todo tipo de ruido sobre las garantías de seguridad, Pero, este asunto no ha sido mencionado por los rusos que participaron en el encuentro de Alaska.

Entonces, ¿por qué ha salido Trump hablando de este asunto?

Bien, Trump piensa que Rusia va a obligar a la Unión Europea y a Zelensky a aceptar la paz. Está convencido de que Rusia va a forzar la paz por medios militares. Trump es realista, sabe lo que pasa en frente. Rusia no hará concesiones, está ganando la guerra.

Trump parece dispuesto a dejar a Europa sola. Lo propuesto por Trump no es, precisamente, un acuerdo de caballeros con la Unión Europea. Es el poder duro remodelando los equilibrios. Trump no está dispuesto a escalar el conflicto, tanto a nivel nacional como a nivel internacional. El presidente de Estados Unidos piensa que la Unión Europea debe enfrentar sola la realidad militar en Ucrania.

Una realidad amarga para la OTAN y Europa

Justo antes de la cumbre en Alaska, Rusia destruyó toda la producción de los Sapsan, unos misiles que son realmente los misiles alemanes Taurus de larga distancia. Alemania los estaba construyendo en Ucrania. Pero, han sido destruidos por el ejército ruso antes de ser disparados.

Entonces, ¿qué pasará si Estados Unidos se retira de Ucrania? Esta es la pregunta clave.

Europa no tiene capacidad militar para esta guerra sin la participación de los estadounidenses. La OTAN ha reconocido públicamente que sufre una importante disminución de sus municiones, pese al aumento de sus presupuestos. Por tanto, si Estados Unidos se retira del conflicto, la posición en Ucrania se volverá increíblemente frágil.

Mientras Putin busca resolver el conflicto militarmente, Trump está inundando el espacio informativo. Parece que Trump necesita distraer a la opinión pública y salir de esta manera de las presiones del Senado.

Esta maniobra política es muy complicada, conociendo la visión estratégica que ha guiado durante décadas la política de los Estados Unidos. El arquitecto de esta estrategia fue el destacado geopolítico Zbigniew Brzezinski, quien definió la política internacional de Estados Unidos hace ya unos 50 años

Brzezinski escribió, más o menos, esto en 1976:

Rusia, con Ucrania en su esfera de influencia, es nada menos que el corazón del continente eurasiático. Rusia sin Ucrania en su esfera de influencia es solo un poder regional. Y lo que queremos hacer es asegurarnos de que Ucrania se quede fuera de la esfera de influencia de Rusia. Y Rusia, por supuesto, quiere mantener a Ucrania o a gran parte de ella dentro de su esfera de influencia.

Bueno, al parecer lo que estamos viendo ahora es que Trump podría estar alejándose de la doctrina Brzezinski. Si es así, estará corriendo un gran riesgo.

Por otra parte, parece que Steven Charles Witkoff malinterpretó algo que Putin le dijo, porque para Rusia no puede haber un intercambio de territorios. Es ridículo sugerirlo. Las regiones conquistadas están en la Constitución. Incluso si Putin quisiera, no podría intercambiar territorios que ahora son constitucionalmente rusos. No tiene competencia para hacer eso.

Me temo que Witkoff, un hombre muy inteligente, se confundió. Quiero decir, la historia de los territorios de Ucrania es muy complicada y explicar este espinoso tema puede causar más confusión que claridad. No, no hay ninguna evidencia de un cambio de posición de Rusia. Los rusos no se han movido. Las interpretaciones erróneas a menudo provienen del lado occidental, no de Moscú.

En esta etapa de las conversaciones, ¿Trump ha arrojado al senador Graham debajo del autobús? Aparentemente sí. Trump quiere poner fin a la Guerra en Ucrania. Esto no solo le conviene, lo necesita.

Sin embargo, Rusia y Ucrania/ OTAN todavía están muy alejados de la paz. No puede haber acuerdo como están las cosas hoy en día. Entonces, una de las partes tiene que ser forzada. Y esto es lo que Putin está haciendo: “forzar la paz”.

Putin no solo está presionando militarmente. Está calibrando sus movimientos para que Trump pueda encontrar una salida política en casa. Este es un punto sutil pero importante. Es casi transaccional. Cada lado da al otro suficiente espacio para manejar sus presiones domésticas. Así es como estos entendimientos incómodos se construyen en geopolítica.

Los rusos no avergonzarán a Trump

Rusia no actúa inundando de información. Ha hecho una declaración seria qué explica lo que se acordó. Eso es todo. No hubo concesiones. Pero, los rusos no van a avergonzar a Trump: El liderazgo ruso no irá diciendo: “lo que dice Trump no se conversó, y lo que dice no estaba sobre la mesa. No, lo real es que ambos lados ahora entienden la posición del otro. Puede que no funcione, pero hay una posibilidad de acuerdo”.

Mientras tanto, Putin y Trump empiezan a hablar sobre los problemas nucleares y otro tipo de acuerdos. Es fácil adivinar que ambos mandatarios tratarán en el futuro problemas estratégicos más grandes, como la energía y las vías de transporte en el mar del norte.

En Alaska solo se dio la punta de pie inicial para acuerdos a corto plazo. Pero, Trump y Putin tienen una perspectiva más ambiciosa. Hay que recordar que en los primeros días de septiembre se cumple el 80 aniversario de la rendición japonesa. Con motivo de este acontecimiento se reunirán en Beijing, Xi Jinping y Vladimir Putin. Y es probable que Trump sea invitado.

El aniversario de la rendición de Japón es un momento simbólico que recuerda una historia que pareciera olvidada. Si Putin, Xi y Trump se sentaran juntos, esto marcaría un reordenamiento dramático del poder global.

Una reunión de este tipo también es un recordatorio de que mientras Ucrania es el campo de batalla, el verdadero enfrentamiento estratégico es la nueva característica geopolítica que está adquiriendo el mundo.

* Exdiplomático británico.