ALBA-TPC y los dígitos que hablan

Prensa Latina

El año que termina fue duro para el mundo, y sobre todo para países que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

Al azote de la pandemia por la Covid-19 se unieron acciones injerencistas y desestabilizadoras de Estados Unidos contra miembros del bloque, catástrofes naturales y las consecuencias del injusto orden económico mundial.

Cuba bloqueada férreamente, Venezuela y Nicaragua bajo asedio también; Bolivia movilizada ante renovados aprestos golpistas.

A la par un volcán destructivo en San Vicente y las Granadinas y otro terremoto en Haití, que aunque no pertenece al mecanismo recibe toda su solidaridad.

Y entre tanto, el Caribe resintiendo el recorte brutal del turismo, amén de otros avatares económicos y de diversa índole.

Fue un período, a la vez, de mucho accionar, incluida la XIX Cumbre en Caracas en ocasión del aniversario 200 de la Batalla de Carabobo, y múltiples encuentros sectoriales para avanzar en la cooperación.

El grupo creó un fondo humanitario para constituir el Banco de Vacunas ALBA, así como el Banco de Medicinas, a fin de contribuir a aplacar los efectos de la pandemia.

Al respecto estableció un puente aéreo humanitario, a través de la aerolínea venezolana Conviasa, para el traslado de las vacunas, personal médico, tratamientos e insumos.

Por esa y otras vías viajaron brigadas médicas cubanas a naciones de la Alianza, otras de la región y más allá, para combatir la Covid-19. Miles de vidas fueron salvadas.

El 4 de marzo Conviasa transportó 20 mil dosis de la vacuna china Sinopharm a la Mancomunidad de Dominica, acción que contó con el financiamiento del Banco del ALBA.

Algo parecido ocurrió con el puente aéreo y marítimo que llevó ayuda a San Vicente y las Granadinas tras la erupción del volcán La Soufriere.

Entre las iniciativas de ayuda mutua económica, el Banco del ALBA dispuso un fondo de dos millones de dólares como alivio económico para los países del Caribe Oriental. Ello les permitió concluir negociaciones con empresas y terceros países para la adquisición de vacunas.

Esas naciones también recibieron financiamiento para que sus pequeños productores agrícolas fortalecieran la soberanía y seguridad alimentaria.

En el espíritu del ALBA, más de dos mil jóvenes de América Latina, el Caribe y África se forman como médicos comunitarios en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) con sedes en Cuba y Venezuela.

El ALBA-TCP cumple 17 años de constituida bajo el aliento de Fidel Castro y Hugo Chávez, y el acompañamiento de otros líderes, entre ellos Daniel Ortega y Evo Morales.

La Habana acogerá el 14 de diciembre su XX Cumbre, ocasión para revisar, proponer, adoptar y también reconocer los resultados de este esfuerzo contrario al neoliberalismo, por la cooperación, integración y contra la injerencia de Estados Unidos.

En estos años de bregar tres países de Nuestra América fueron declarados Territorios Libres de Analfabetismo: Venezuela (2005), Bolivia (2008) y Nicaragua (2009).

Más de seis millones de personas en países del bloque, y otros, se beneficiaron de la Misión Milagro que devolvió vista, curó enfermedades oftalmológicas y entregó más de 41 millones de lentes.

No hace falta lupa para reconocer tales logros. Menos para intentar esconder que en seis países del ALBA-TCP fueron identificadas más de un millón de seres humanos en situación de vulnerabilidad y desprotección.

Un número similar de ellos recibió ayudas técnicas como prótesis y fueron tratados en más de dos millones de consultas.

Son dígitos que hablan.

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