La empresa estatal rusa Transneft, que opera los principales oleoductos de exportación, informó que ha recibido de Alemania y Polonia órdenes de suministro para 2023, a pesar de que ambos países se declararon dispuestos a renunciar al crudo importado desde Rusia para finales de este año.
«Habían anunciado que dejarían de importar el petróleo ruso a partir del 1 de enero [de 2023], pero nos llegaron órdenes de consumidores polacos, de 360.000 toneladas para este diciembre y tres millones, para el próximo año. También Alemania envió un pedido para el primer trimestre», dijo el presidente del consejo de administración de Transneft, Nikolái Tókarev, al canal de televisión Rossiya 24.
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, afirmó el pasado 30 de marzo que Varsovia hará lo posible para cesar la importación del petróleo y el gas desde Rusia para finales de 2022. También su homólogo alemán, Olaf Scholz, dijo a principios de abril que Alemania está trabajando para no depender del crudo ruso y espera lograr ese objetivo hacia finales de este año.
Según la consultoría Enerdata, una tercera parte del petróleo que la UE importaba de Rusia era suministrada por el oleoducto Druzhba, operado por Transneft. La compañía, cuya red de oleoductos supera los 67.000 kilómetros, transporta un 80% del crudo que se produce en Rusia.