Médicos y estudiantes de medicina nicaragüenses que tras participar en el fallido golpe de Estado en 2018 huyeron hacia Costa Rica, enviaron el lunes una carta a Álvaro Leiva, dizque representante de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), notificándole que abandonarán la sede de ese organismo por causa de diversas situaciones anómalas.
Los médicos golpistas hacen saber a Leiva –denunciado en julio pasado por miembros de la Junta Directiva de la ANPDH por robarse casi medio millón de dólares estadounidenses, falsificar firmas y alterar informes financieros-, que abandonarán el local de dicha organización en Costa Rica, debido al maltrato de que son víctimas de parte de los presuntos defensores de los derechos humanos.
El cuestionado Leiva infló el año pasado las cifras de muertos, heridos y supuestos desaparecidos en la derrotada intentona golpista, a fin de recibir mayor atención y financiamiento en dólares de los patrocinadores del sangriento hecho, el gobierno norteamericano y algunos eureopeos. Sus falsos datos fueron los principales insumos del gobierno gringo y la OEA para atacar al gobierno sandinista.
Actualmente, pese a la denuncia de robo de los directivos de la ANPDH en Managua, entre ellos el periodista de Radio Corporación, Gustavo Bermúdez, que ni por sombra es sandinista, Leiva continúa captando recursos externos en Costa Rica, con el cuento de que continúa su lucha por los derechos humanos.
La iniciativa de atención médica a los nicaragüenses golpistas y a otros que aprovecharon para ir a buscar trabajo a Costa Rica, surgió de parte de los médicos que se fueron en la estampida del año pasado, para lo cual se aliaron con Álvaro Leiva.
Según se desprende de la misiva enviada al usurpador de la ANPDH, fueron varias las situaciones anómalas que médicos y estudiantes han tenido que soportar, sobre todo por maltrato y prepotencia de los “defensores” de los derechos humanos.
La última humillación ocurrió por el uso de un celular, mismos que están prohibidos por Leiva debido a que con el cuento de que es perseguido, trabaja en una casa de seguridad con medidas cuasi militares para no ser “detectado”.
El documento en poder de Nicaleaks, es el siguiente: