El 22 de noviembre se celebrará en Argentina una histórica segunda vuelta de las elecciones presidenciales que definirá quien gobernará el país durante los próximos cuatro años: el oficialista Daniel Scioli o el conservador Mauricio Macri, luego de que ningún candidato lograra los votos suficientes para triunfar en primera vuelta.
Según muestran los resultados oficiales, el candidato presidencial por el Frente para la Victoria, Daniel Scioli, ha obtenido el 37% de los votos, mientras que el candidato presidencial de la coalición Cambiemos, Mauricio Macri, ha recibido el apoyo del 35% de los votantes.
Dado que ningún candidato ha obtenido el 45% de los votos o al menos el 40% con una diferencia de diez puntos sobre el segundo más votado, será necesaria la celebración de una segunda ronda. Así, el próximo 22 de noviembre Argentina elegirá su futuro en balotaje, el primero en la historia del país.
La principal diferencia entre los candidatos la ha marcado el analista Rosendo Fraga: «El balotaje entre Scioli y Macri divide el país entre peronismo y antiperonismo, con un sesgo social también. Los votos de Sergio Massa (el candidato por la alianza Unidos que ocupó el tercer lugar) serán decisivos y quien los capte, será el ganador», señaló.
Scioli tiene vínculos muy estrechos con kirchnerismo, ya que no solo ha recibido el apoyo de Cristina Fernández, sino que también fue vicepresidente con Néstor Kirchner en los años 2003-2007. El gobernador de Buenos Aires promete mantener los subsidios por pobreza que, junto con un alto nivel de empleo, han sido la base de la popularidad de la saliente mandataria.
Su rival, Mauricio Macri, dio una enorme sorpresa dado que ninguna encuesta pronosticaba semejantes resultados para el candidato opositor. Entre otras medidas, Macri promete reducir los impuestos cuestionados por la clase media y terminar con fuertes restricciones a los mercados y al comercio exterior. No obstante, al mismo tiempo intentará seguir con las ayudas sociales del kirchnerismo, muy bien valoradas en Argentina.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales ya ha mostrado que la posición del peronismo oficial se debilita en Argentina. En 2011 Cristina Kirchner logró el 54% de los votos y hoy en día los resultados de sus partidarios son muy distintos. No solo Scioli no ha conseguido vencer en la primera ronda, sino que el peronismo oficial ha sufrido también derrotas regionales. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires el jefe de Gabinete de Kirchner, Aníbal Fernández, perdió frente a la desconocida María Eugenia Vidal. Otro caso interesante es la victoria del radical Gerardo Morales, de Cambiemos, que será el nuevo gobernador de Jujuy, una provincia tradicionalmente kirchnerista.
Por otra parte, la posible victoria de Macri podría tener consecuencias regionales muy importantes dado que los Kirchner desempeñaban un papel crucial en la formación de la izquierda latinoamericana junto a Lula Da Silva, Hugo Chávez y Evo Morales.
De acuerdo con el politólogo y sociólogo Atilio Borón, la diferencia más marcada se observa a nivel regional, ya que si gana Daniel Scioli, «habrá una continuidad de la política exterior». En el caso contrario, esta continuidad se pondría en juego.
«En Argentina y en América Latina ha habido una apertura de relaciones diplomáticas, comerciales, políticas con Rusia y con otros países de gran gravitación internacional que podrían estar en juicio en caso de que el escenario latinoamericano se modifique desfavorablemente», ha advertido Borón.