* ¿Qué quiso decir Putin al hablar de armamento desconocido en las guerras actuales? Algunos expertos militares consideran que se refiere, con toda probabilidad, a los láseres y otras armas basadas en la física de alta energía. Aunque hay otras.
En 2018, Rusia demostró su anhelo por la innovación en diseños de armas revolucionarias, desvelando unos sistemas estratégicos de vanguardia. Tras cinco años, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha vuelto a mencionar armas basadas en «nuevos principios físicos». Sputnik recurrió a varios expertos militares para explicar lo que son estas armas.
El sector de defensa ruso está trabajando en armas de última generación basadas en «nuevos principios físicos», de acuerdo con el mandatario ruso.
«Si nos fijamos en el ámbito de la seguridad, las armas basadas en nuevos principios físicos garantizarán la seguridad de cualquier país en una perspectiva histórica próxima. Lo entendemos muy bien y estamos trabajando en ello», declaró Putin en un amplio discurso pronunciado recientemente en el Foro Económico Oriental.
El mandatario ruso no dio más detalles, por lo que los medios de comunicación y los observadores militares se apresuraron a buscar más información.
La enciclopedia oficial en línea del Ministerio de Defensa ruso define las «armas basadas en nuevos principios físicos» como «nuevos tipos de armas cuyo efecto destructivo se basa en procesos y fenómenos que hasta ahora no se habían utilizado con fines militares». Sputnik va a profundizar en algunas de sus características.
Armas de energía dirigida
Este tipo de armas incluye a las basadas en láser, aceleradores, microondas e infrasonidos, diseñadas para destruir o inutilizar la fuerza viva, los equipos o las instalaciones e infraestructuras fortificadas del enemigo.
«Todos los tipos de armas de energía dirigida carecen prácticamente de inercia y, con excepción de las armas infrasónicas, son instantáneas […] Los mayores éxitos (en este sentido) se han logrado en la mejora de las armas láser», de acuerdo con el Ministerio de Defensa ruso.
Armas electromagnéticas
Son las de ultra alta frecuencia y las basadas en láser, cuyas propiedades destructivas se consiguen mediante el uso de un «potente flujo, normalmente pulsado, de radiación óptica electromagnética coherente [presente en algunos tipos de láser], o radiación óptica incoherente».
Armas no letales
Este tipo de armas está diseñado para inutilizar armamento, equipos, material y personal sin infligir pérdidas irrecuperables a estos últimos. El Ministerio de Defensa del país las divide en sistemas antipersonales, antiequipo/material y sistemas combinados antipersonal/antiequipo/antimaterial.
Además, incluyen diversas armas diseñadas para reemplazar las herramientas existentes utilizadas por los servicios de seguridad nacionales, como gases lacrimógenos, balas de goma, dispositivos psicotrópicos, armas infrasónicas y supresión electrónica, así como agentes biológicos y químicos de grado militar que pueden descomponer o inutilizar de otro modo combustibles, aislantes y productos de caucho, y sistemas de frecuencia ultra alta destinados a inutilizar los componentes radioelectrónicos de las armas y equipos enemigos.
Armas geofísicas
Armas geofísicas son las sísmicas, climáticas, de ozono, medioambientales y están definidas en conjunto por el ente militar como «medios de influir deliberadamente en el medioambiente para utilizar las fuerzas de la naturaleza con fines militares».
Estas hipotéticas armas están diseñadas para actuar contra las propiedades sólidas, líquidas y gaseosas del planeta y su atmósfera, y pueden incluir el uso de potentes explosivos para provocar terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones y otras catástrofes, así como alterar el tiempo o el clima en determinadas partes del planeta, provocando sequías, inundaciones, tormentas, etc.
Las armas de ozono están diseñadas para crear agujeros en la capa de ozono, causando daños generalizados mediante la radiación ultravioleta procedente del espacio en amplias zonas geográficas. Por último, las armas medioambientales se clasifican como aquellas diseñadas para atacar bosques, cultivos, agua, aire o recursos del suelo, posiblemente mediante el uso de agentes químicos o biológicos.
Las armas radiológicas
Incluyen armas cuyo efecto destructivo «se basa en el uso de sustancias radiactivas capaces de envenenar a la población con radiaciones ionizantes sin que se produzca una explosión nuclear», con materiales que emiten radiaciones obtenidos a partir de los restos de combustible nuclear, o mediante la exposición de elementos químicos a flujos de neutrones para producir isótopos radiactivos.
Estas armas pueden instalarse en el interior de proyectiles, bombas lanzables desde el aire, ojivas de misiles y otras municiones convencionales, y están diseñadas para contaminar el medioambiente durante decenas, si no cientos de años.
Las armas genéticas
Se definen como «un tipo de arma capaz de dañar el aparato genético [hereditario] de los seres humanos». Esto se puede lograr mediante el uso de virus con propiedades mutagénicas, así como «mutaciones derivadas de fuentes naturales por síntesis química o métodos biotecnológicos, para causar daños o cambios en el ADN [ácido desoxirribonucleico]».
Este tipo de armamento prospectivo se considera especialmente peligroso a la luz de «la imprevisibilidad de las consecuencias» de su uso, de acuerdo con la estimación del Ministerio de Defensa de Rusia.
¿En qué tipos de armas basadas en nuevos principios físicos está trabajando Rusia?
El Ministerio de Defensa ruso, el Gobierno y los institutos de investigación afiliados al Ejército se han mantenido en silencio sobre los tipos de armas basadas en nuevos principios físicos que el país está desarrollando, pero han dejado entrever sus prioridades y preocupaciones.
Por ejemplo, como parte de la Convención sobre Armas Biológicas, Rusia ha establecido una prohibición total de la creación de armas genéticas. Al mismo tiempo, el Ejército ruso ha revelado con todo lujo de detalles el alcance de la investigación ilegal estadounidense en este sentido en biolaboratorios de Ucrania y otros países del mundo, bajo la apariencia de preparación antipandémica y otras investigaciones civiles.
Como poseedor del mayor arsenal nuclear del mundo, Moscú también ha evitado la creación de armas radiológicas, o ‘bombas sucias’, resaltando el peligro de su desarrollo y posible uso por terroristas o potencias enemigas, incluso para ataques de bandera falsa contra Rusia.
Los comentarios del presidente ruso sobre las armas basadas en «nuevos principios físicos» se refieren con toda probabilidad a los láseres y otras armas basadas en la física de alta energía, declaró a Sputnik uno de los principales expertos militares rusos, Víktor Murajovski.
Al igual que en el campo de los misiles hipersónicos, en el que Rusia se adelantó gracias a una sólida base de investigación que se remonta al menos a la década de 1970, la investigación moderna de Rusia en armamento láser también se remonta a estudios fundamentales realizados por brillantes científicos del siglo XX, indicó Murajovski, señalando el trabajo galardonado con el Premio Nobel de físicos como Alexandr Prójorov y Anatoli Vlásov.
«Llevamos mucho tiempo trabajando en armas láser, desde los años setenta», declaró el observador.
«Hoy, Serguéi Garanin ha sido nombrado diseñador general de sistemas láser. Trabaja en el Instituto Panruso de Investigación Científica de Física Experimental, y actualmente dirige el desarrollo de dos proyectos, incluyendo un complejo láser, y todo un complejo de sistemas diseñados para garantizar la seguridad [nacional]», añadió.
En 2016, recordó Murajovski, el entonces primer ministro de Rusia, Dmitri Medvédev, recibió una demostración de un arma láser antidrones en el Instituto de Física Láser, tras lo cual el Estado dio luz verde a la rápida introducción de la tecnología en el Ejército.
«Entre otras cosas, se crearon los cañones láser Peresvet, diseñados para cegar los satélites espías enemigos en las zonas donde se encuentran nuestros misiles balísticos móviles (…) Se diseñó un segundo sistema basado en láser para destruir pequeños aviones no tripulados. Hoy en día, en otras partes del mundo, incluidos EEUU y China, se utilizan intensivamente sistemas láser como el Astra Gemini en algunos buques. Pero hasta ahora no hemos visto ninguna demostración clara de tales sistemas», afirmó Murajovski.
En la actualidad, Murajovski cree que la guerra por poderes de la OTAN contra Rusia en Ucrania hace que los láseres antidrones sean el tipo de arma basada en nuevos principios físicos que se necesita con más urgencia. En su opinión, una serie de problemas iniciales, como el rendimiento de los láseres en la niebla, la lluvia y la nubosidad, y la enorme cantidad de energía que necesitan para funcionar, han impedido su adopción y despliegue generalizados.
«La ventaja de las armas láser es clara: destruyen instantáneamente su objetivo. Pero las desventajas, especialmente en aplicaciones de campo, son muy grandes. Es necesario, en efecto, construir un generador eléctrico independiente para los sistemas terrestres (…) Así que el presidente estaba hablando de los próximos avances. Estaremos atentos, y todo el mundo occidental también», resumió el experto.
La postura agresiva de EEUU como principal motivación
Al preguntarle por los factores que impulsan el trabajo de Rusia en nuevos tipos de armamento, la teniente coronel retirada de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, Karen Kwiatkowski y exanalista del Departamento de Defensa de su país, afirmó a Sputnik que la doctrina de «contención» utilizada por EEUU y la OTAN «para justificar su gasto en defensa y el mantenimiento del dominio del dólar en el mundo durante unos 40 años después de que este concepto se hubiera vuelto vacío y sin sentido», es la responsable más directa.
«La expansión militar estadounidense y, más concretamente, la lucha del Gobierno de Estados Unidos por mantener el dominio del dólar y el control energético mundial, ha provocado que el resto del mundo piense a la defensiva y desarrolle estrategias, tanto militares como económicas, para contrarrestar la fuerza y la hegemonía de EEUU», afirmó Kwiatkowski.
Es un proceso dialéctico, en opinión de la observadora.
«Cuando EEUU acerca su Fuerza Aérea, su Ejército y su Armada a las costas de un país, y cuando apunta a todas las partes de un país geográficamente, como en Asia, Rusia y Oriente Medio, esos países reaccionan en consecuencia. Los más débiles económica o políticamente y los no nucleares optan por el terrorismo y, a veces, por la conformidad; los de tamaño medio se agrupan con otros; y los países más grandes, y los que tienen más que perder, planifican estratégicamente para contrarrestar la amenaza conocida», afirmó Kwiatkowski.
«El Ejército estadounidense no es capaz de defender EEUU propiamente dicho, ni puede defender bien sus numerosas bases en todo el mundo (…) Los políticos estadounidenses confunden la ofensiva y la hegemonía con la defensa, y esta vulnerabilidad ha determinado las acciones defensivas y ofensivas de [zonas] del mundo que EEUU considera sus enemigos y amenazas», añadió.
En última instancia, Kwiatkowski cree que los países que marcarán la tendencia en la creación de los nuevos sistemas avanzados de defensa del futuro serán aquellos que estén «abiertos a todo tipo de tecnología», estén dispuestos a «diseñar nuevas armas y mejorar las antiguas» y que tengan «un país bien educado y con mentalidad científica».