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* «Se trata de una crisis que estoy seguro de que el equipo de Biden está haciendo todo lo posible por evitar, pero no parece que las probabilidades estén a su favor», expresó Bruce Riedel, investigador de la Institución Brookings.
Mientras los líderes del mundo se reúnen en Nueva York, la prevista agenda de la 79.ª Asamblea General de las Naciones Unidas corre el riesgo de quedar eclipsada por el aumento de tensiones en Oriente Medio, en medio de la última escalada entre Israel y el movimiento chií libanés Hezbolá.
Según el Ministerio de Salud del Líbano, al menos 492 personas, incluidos 35 niños y 58 mujeres, resultaron muertas y 1.645 heridas en los últimos bombardeos lanzados por el Estado hebreo.
Por su parte, Hezbolá no tardó en responder a Tel Aviv, lanzando oleadas de misiles contra el territorio israelí. En este contexto, una fuente en el sector de seguridad de Israel señaló que no es demasiado pronto para llamar ya a estos acontecimientos la «Tercera Guerra del Líbano».
A su vez, el primer ministro del Líbano, Najib Mikati, denunció un «plan destructivo que tiene como objetivo destruir pueblos y ciudades libanesas» y tildó la ofensiva de Israel de «guerra de exterminio en todos los sentidos de la palabra».
Además, instó a las Naciones Unidas, la Asamblea General de la ONU y «los países con influencia a disuadir la agresión [israelí]».
«Una Asamblea General exclusivamente libanesa»
De acuerdo con The Hill, entre los temas principales de discusión figuran el clima y la economía, así como nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, no obstante, la política exterior ocupará probablemente un lugar central.
Dada la situación, el principal evento anual del organismo internacional podría convertirse en «una Asamblea General de la ONU exclusivamente libanesa», expresó a The Washington Post, Bruce Riedel, investigador de la Institución Brookings, quien trabajó en asuntos de Oriente Medio en varias administraciones estadounidenses.
«Básicamente hay dos Asambleas Generales de la ONU. Está la agenda oficial y luego está de lo que habla todo el mundo, y esas dos cosas rara vez coinciden», dijo Jeffrey Feltman, exalto funcionario de la organización y embajador de EEUU en Beirut durante la guerra entre Israel y Líbano de 2006. «En realidad, todo el mundo va a hablar de Gaza, Oriente Medio, el miedo a una escalada y Ucrania», agregó.
Además, cabe destacar que, para el presidente de EEUU, Joe Biden, la intervención en la Asamblea General podría ser su último gran discurso durante su mandato, durante el cual buscará cimentar sus logros en la política exterior.
Según AP, se espera que el inquilino de la Casa Blanca hable de la necesidad de poner fin al conflicto de Oriente Medio y a la guerra civil de Sudán, que dura ya 17 meses, así como para poner en valor el apoyo de Washington y los aliados occidentales a Kiev desde el inicio de la operación militar especial rusa.
«Joe Biden, más que la mayoría de los presidentes, tiene un historial de actividad y logros en política exterior, y estoy seguro de que quiere despedirse por todo lo alto. Pero la cuestión Israel-Líbano se lo va a poner muy difícil», valoró Riedel. «Se trata de una crisis que estoy seguro de que el equipo de Biden está haciendo todo lo posible por evitar, pero no parece que las probabilidades estén a su favor», agregó.
¿Qué se espera del debate general?
El debate general de la 79.ª sesión de la Asamblea General de la ONU comienza este martes 24 de septiembre, continuará hasta el sábado 28 y concluirá el lunes 30. Los líderes internacionales se reunirán para participar en el debate general anual de alto nivel bajo el lema ‘No dejar a nadie atrás: actuar juntos por el avance de la paz, el desarrollo sostenible y la dignidad humana para las generaciones presentes y futuras’.
Durante este, jefes de Estado y de gobierno y ministros valorarán soluciones a los retos mundiales interrelacionados para impulsar la paz, la seguridad y el desarrollo sostenible.
Asimismo, se espera que el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, presione a Washington y otros países occidentales para que levanten las restricciones de realizar ataques contra la profundidad del territorio ruso internacionalmente reconocido, mientras crecen las preocupaciones de que tal paso desencadene una peligrosa escalada con Moscú.
Las tensiones con Pekín en el Mar de China Meridional también podrían dar lugar a conversaciones esta semana en la Asamblea, incluidos las disputas entre China y Filipinas y la cuestión de Taiwán, que se autogobierna con una administración propia desde 1949, pero es considerada por Pekín como parte irrenunciable de su territorio, algo reconocido por la mayoría de los países.