El presidente tunecino Beji Caid Essebsi decretó la medida por 30 días luego de que un colectivo de la guardia presidencial explotara en pleno centro de la capital y dejara, al menos, 14 muertos y 11 heridos. El portavoz de la presidencia, Moez Sinaoui, afirmó que se trató de un «atentado» que todavía no se atribuyó ningún grupo terrorista.
«Confirmo la explosión a bordo de un autobús de la seguridad presidencial. Es un atentado», afirmó Sinaoui. El autobús parcialmente calcinado quedó detenido sobre la avenida Mohamed V. «La mayoría de los agentes que estaban en el autobús murieron», declaró una fuente de seguridad. El Ministerio del Interior no pudo precisar cuántos agentes viajaban en el colectivo.
Túnez enfrenta desde la caída del régimen de Zine el Abidine Ben Ali, en enero de 2011, un ascenso de la influencia yihadista. El Estado Islámico fue responsable de la muerte de decenas de policías y militares en dos atentados producidos en tres meses. Sesenta personas murieron en los atentados del museo del Bardo, en Túnez, en marzo, y en un hotel en la costa en Port El Kantaoui, el 26 de junio.