Blinken en Haití, neocolonialismo del siglo XXI

 

Prensa Latina

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, permaneció unas seis horas en Haití, tiempo suficiente para hacer gala de su diplomacia neocolonial refrescándole a los actores políticos que cuando Washington ordena hay que cumplir… y rápido.

La actitud de Blinken durante su visita motivó el comentario del diario Le Facteur Haiti, que escribió: “este aparente mantenimiento de nuestro país bajo un yugo colonial sigue rejuveneciéndose, renovándose, redefiniéndose o redibujándose. Esta vez, en formas más insidiosas y absolutamente modernas».

Blinken ya les había ordenado a los haitianos formar un Consejo Presidencial de Transición (CPT), elegir a un primer ministro provisional y establecer un Consejo Electoral Provisional (CEP).

De las tres solo cumplieron dos, siempre con la presión de Washington sabiendo que ellos están regidos por el tiempo caribeño y las interminables discordias que genera tener aquí un poco de poder.

Desde su silla giratoria en su oficina vio que lo que dijo en Haití no estaba saliendo como lo tenía previsto su gobierno, y debió hacer sus maletas, y venir a Puerto Príncipe.

El secretario de Estado vino aquí a decir la última palabra sobre el caso de tres miembros del CPT, acusados de corrupción tras pedirle una suma millonaria a un directivo bancario a cambio de mantener su cargo.

Blinken, mantuvo varias reuniones por separado con nueve líderes políticos haitianos en la embajada del país norteño, y envió un mensaje muy claro a los involucrados en el escándalo por chantaje al directivo del Banco Nacional de Crédito.

Todos deben ser «evacuados» lo más rápido posible, pues en opinión de Blinken, mantenerlos en sus cargos constituye una distracción que impide el buen funcionamiento del CPT y, por tanto, bloquea el éxito de la transición política en Haití, reveló el diario Juno 7.

Empero, para que no quedaran dudas de sus nuevas órdenes, advirtió a los líderes políticos criollos que la Casa Blanca podría imponer sanciones a quienes intenten obstruir la destitución de los miembros del CPT.

Blinken también mandó a formar con la mayor urgencia el CEP, un órgano vital para realizar las elecciones generales en 2025, y así restaurar la frágil democracia en la llamada Perla de las Antillas.

Ahora el presidente del CPT, Edgard LeBlanc está entre la espada y la pared, pero solo le resta terminar con el escándalo por corrupción en el aparato político que encabeza, y ver cómo quedará compuesto en el CPE, que debe estar integrado por nueve representantes.

Debido a desacuerdos solo cuenta hasta hoy con cinco miembros, ya algunos medios locales se adelantan a asegurar que con el acelerón neocolonial de Blinken quede conformado con los actores políticos que ya lograron ponerse de acuerdo.