Verónica Zapata
Como en otros países, las encuestas son utilizadas también en Bolivia para tratar de manipular el voto y posicionar la idea que se irá a una segunda vuelta porque le faltarían votos al Movimiento al Socialismo (MAS) para imponerse en la primera ronda, cuando debiera sumar el 50% de los votos más uno o lograr un mínimo del 40%, con una diferencia no menor al 10% sobre el segundo candidato.
El funcionamiento de las encuestadoras como Ciesmori es un buen ejemplo: presenta a Luis Arce, candidato presidencial del MAS. con 42,2% y a Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC) con 33,1 %, Luis Arce estaría a solo 0,9 % de ganar en primera vuelta tras la renuncia de Áñez a su candidatura.
Ahora bien, José Luis Gálvez director de Ciesmori fue sorprendido en una reunión con la cúpula de “Juntos”, el partido de Áñez, que selló alianza con Carlos Mesa. La empresa autorizada para presentar encuestas por el TSE tiene contrato sin licitación con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por un millón de dólares. A cambio, devuelve favores inflando la figura de Carlos Mesa.
¿Que decía Ciesmori del MAS en las elecciones del 2009-2014 y 2019? Decía que en 2019 sacaría el 36% de los votos y en realidad obtuvo el 47%. En 2014 sostuvo que sacaría el 56% y obtuvo el 63%, en 2009 sostuvo que sacaría el 54% y obtuvo el 64%. En promedio le quitaron al MAS 10 puntos en cada oportunidad.
Los verdaderos porcentajes de apoyo al MAS se obtienen al considerar lo que nunca se tienen en cuenta: el “voto rural” que se subestima y llega de los lugares más remotos e incluso en canoas, además del voto del exterior, masivo al MAS, el “voto oculto” que representa a los queesconden su preferencia política en una dictadura y que mayoritariamente será del MAS y el porcentaje de indecisos que viene capitalizando Luis Arce.
Además si el MAS gana, según los sondeos, en seis de nueve departamentos, la votación podría ser por encima del 45% de los electores.
La verdadera encuesta está en la calle. Bolivia está teñida de azul, color que representa al MAS. Todos los días hay movilizaciones multitudinarias en los nueve departamentos del país. Los diversos candidatos de la derecha reúnen poca militancia.
Los golpistas saben de su derrota en las urnas y por eso: primero, llaman al voto útil -“todos contra el MAS”- como en el 2019; segundo, Áñez se baja de su candidatura; tercero, Acción Demócrata Nacionalista (ADN) se baja de los comicios con 0,8% de las preferencias, advirtiendo un “fraude” de parte del M.A.S.y llama a los otros candidatos a bajarse.
Más adelante, el expresidente Jorge Tuto Quiroga, candidato de Libre 21, con 2,8% de la intención de voto, abandonó su candidatura, mientras Fernando Camacho (con el 16,7 % de preferencias) es presionado para bajarse, lo que se estaría negociando económicamente. Ésta sería la carta que puede cambiar el panorama político del país.
Historia reciente
El 13 de agosto se aprobó con acuerdo entre la Asamblea Legislativa, la presidenta de facto Jeanine Áñez y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) la ley de elecciones “definitivas, impostergables e inamovibles”, a condición de que se levantaran 150 puntos de bloqueos en el país, los más masivos de los últimos 35 años. Fue el momento de mayor debilidad del gobierno de facto, cuando Áñez incluso buscó asilo.
El Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana (COB) acusaron a la Asamblea de “traición” por deliberar a “espaldas del pueblo”, pero luego acataron la decisión y levantaron los bloqueos. Al día siguiente, el gobierno detuvo a Wilson Cáceres, dirigente de Interculturales, y comenzó una ofensiva contra los comicios y para destruir la organización del movimiento indígena.
Los medios de comunicación arremetieron contra el movimiento popular, creando un clima idéntico al del 2019 y tratando de imponer el imaginario de que “si el MAS.gana las elecciones sería por un fraude”.
Pero, ¿cómo podría el MAS cometer un fraude cuando Salvador Romero, presidente del TSE. fue designado por Áñez y es amigo personal de Carlos Mesa, el candidato de Comunidad Ciudadana (CC)?
Los cables revelados por Wikileak evidencian el vínculo de Romero con el Departamento de estado de EEUU y la agencia estadounidense USAID. También trabajó en Honduras para legitimar el fraude tras el golpe de estado del 2009 contra Manuel Zelaya.
Por otro lado, el MAS no maneja el aparato estatal, ni el poder judicial que persigue judicialmente a sus dirigentes. Además, el TSE .anunció que la custodia y el traslado de las papeletas y las actas electorales estarán a cargo de la policía y de los militares golpistas. Trasladarán el material desde el TSE. hasta los recintos de votación y las ánforas hasta los centros de cómputo, función que siempre estuvo a cargo de los notarios electorales.
La violencia como estrategia para suspender o anular los comicios
Durante la campaña electoral se registraron numerosos actos de violencia contra el MAS por parte de militantes de la derecha golpista. Las fuerzas de choque, protegidas y financiadas por el gobierno de facto, las integran los grupos paramilitares de la Resistencia Juvenil Cochala, la Resistencia KM Cero y la Unión Juvenil Cruceñista.
Éstos son convocados por redes sociales, comités cívicos y por dirigentes golpistas como la senadora Carmen Eva Gonzales que confirmó que su objetivo es lograr suspender las elecciones. Por otro lado, suboficiales denunciaron la entrega de armamento y la “orden de matar” que se dio a los grupos paramilitares, a la policía y a las Fuerzas Armadas.
Los puntos de ataque son, en primer término, los militantes, candidatos y dirigentes del MAS., sus casas de campaña y sus caravanas. Luego, las instituciones del Estado, como es el caso el Tribunal de Justicia de La Paz que trataba la anulación de la personería del MAS (lo que quedó en suspenso), la Fiscalía General a fin que renuncie el Fiscal general Juan Lanchipa en Sucre por no procesar a los masistas por fraude y por los bloqueos.
El 17 de agosto algunos presidentes de los tribunales electorales departamentales golpistas amenazaron con renunciar, para entorpecer elecciones.
La militarización del país es un hecho con el anunciado toque de queda por seis días. La estrategia es generalizar la violencia con el objeto de suspender el proceso electoral y postergar las elecciones hasta el 2021 con el pretexto de que no hay garantías para llevarlas a cabo. Y en el caso de su realización, anularlas si el MAS. gana en primera vuelta.
En este contexto, Carlos Mesa anticipó que volverá a convocar a su militancia que quemó los tribunales departamentales y fue el puntapié que desató la violencia el ano pasado: “Es inaceptable que el MAS. sostenga que si no gana en primera vuelta es por fraude”, dijo.
La entrega del poder
Los golpistas no están dispuestos a entregar el poder, ya que saben que se juega el negocio millonario con el litio para Donald Trump, la posibilidad de volver a la república colonial de apartheid y cuasi esclavitud indígena, y también deberán enfrentar juicios por subvertir el orden democrático, masacres y corrupción.
El plan del gobierno golpista es cometer un “fraude” al estilo hondureño para ir a segunda vuelta. El TSE implementará un nuevo sistema rápido de conteo de votos, que no enviará las fotografías de las diferentes actas electorales que son resultado del escrutinio de los votos en las diferentes mesas, lo que impide la verificación de los resultados. Lo que se conocerá en el sistema es el resultado final por colegios y no por actas.
En esta línea va la estratégica designación del croata Branco Marincovich como ministro de Economía y el viaje del ministro de Gobierno Arturo Murillo a EEUU para reunirse con personeros del Departamento de Estado y con Luis Almagro secretario de la OEA.
Almagro sostuvo que Murillo le trasladó su preocupación sobre un nuevo “fraude” en las elecciones por parte del MAS y ratificó su compromiso por “fortalecer la misión electoral de la OEA” en Bolivia.
En este contexto se reveló que se gastaron 850 mil dólares en la compra de armas en 2019 y este año se gastaron 15 millones de dólares, según el Instituto Nacional de Estadística..“Son para defender la democracia”, sostuvo Murillo. Por otro lado, el 14 de septiembre se adelantaron los ascensos de los policías, siguiendo los ascensos ilegales otorgados a los militares.
diputado Edgar Montaño, del MAS, denunció que el gabinete de ministros golpistas registró masivamente armas de fuego ilegalmente, y también la “pérdida” de armamento de guerra en la Escuela Naval Militar Eduardo Abaroa. Asimismo, la Federación de trabajadores de aeropuertos y navegación aérea denunció la intención de militarizar la aviación nacional.
Posibles escenarios
Hay tres posibles escenarios electorales: uno, que haya necesidad de una segunda vuelta; dos, que se produzca un nuevo golpe de Estado y, tres, que en un clima de violencia generalizada y provocada por el régimen, se posterguen las elecciones.
1-. Segunda vuelta: El MAS logra la primera posición electoral, pero no obtiene más de 10 puntos frente a la segunda fuerza, debido a un “fraude” al estilo hondureño que puede provocar reacción popular. En una segunda vuelta es difícil que el MAS gane, pero hay chances porque crece aceleradamente.
2-. Nuevo golpe de Estado: El MAS gana en primera vuelta debido a que no pueden tapar la magnitud de votos recibidos pese a su manipulación. Los golpistas denuncian durante el conteo o posteriormente “irregularidades” (falsos positivos) y “fraude”, reeditando el escenario de violencia del 2019 para no reconocer la victoria del MAS y presionan para que se anulen las elecciones. Añez podría renunciar y asumiría un gobierno interino militar
3-. Se suspenden las elecciones y se las posterga hasta el 2021: Debido a que se generaliza la violencia profundizándose el actual cuadro y/o agregándose “falsos positivos” mediante atentados a puntos estratégicos para acusar de ello al MAS. También podrían plantar armas y explosivos en las casas de los candidatos, dirigentes, sedes o radios de las organizaciones sociales.