Eduardo Paz Rada
Cuando se cumplen cien días del gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) en Bolivia presidido por Luis Arce y David Choquehuanca, otra vez la articulación de medios de comunicación de la oligarquía empresarial, compuesto por Agencias de Noticias, Canales de Televisión y Radioemisoras, coadyuvada por las redes de internet, está desarrollando una campaña de conspiración mediática que, junto a la oposición conservadora neoliberal, pretenden debilitar y condicionar las políticas gubernamentales relacionadas especialmente a superar las crisis sanitaria y económica e impedir acciones estratégicas que profundicen el proceso nacional-popular.
Corresponde recordar que el papel de estos medios de comunicación fue central en la preparación y ejecución del Golpe de Estado de noviembre de 2019, dando atención especial a noticias, comentarios y reportajes de políticos, analistas, voceros y agentes del imperialismo, como Luis Almagro, que desde un año antes “anticipaban” un fraude electoral y calificaban de dictatorial a un gobierno, el de Evo Morales, que había ganado elecciones en 2005, 2009 y 2014 con una votación promedio superior al 58 por ciento, y se convertían en voceros del motín policial y de los militares golpistas.
También fueron el soporte ideológico y comunicacional del gobierno de facto encabezado por Jeanine Añez y de los intereses que representaba: los de la dominación geopolítica imperialista, de los terratenientes y agroindustriales del oriente, de los grandes bancos y fondos de pensiones, de las transnacionales y de la oligarquía comercial vinculada a hechos de corrupción y especulación.
Fueron los mismos que criticaron ácidamente las movilizaciones populares de protesta de la Central Obrera Boliviana (COB), el Pacto de Unidad (PU) y el MAS contra el régimen de facto y sus intentos de prorrogarse en el poder, así como también criticaron la realización de las elecciones generales en octubre de 2020.
Ahora, no solamente especulan sobre diferencias y divisiones en el gobierno y en el MAS o difunden versiones e interpretaciones sesgadas de discursos y declaraciones de las autoridades, especialmente Arce y Choquehuanca, amplifican declaraciones de opinadores, políticos, periodistas y analistas que estuvieron apoyando el Golpe de Estado o destacan que el gobierno del MAS está profundizando las crisis económica y sanitaria.
Un análisis básico de los titulares de los periódicos, canales de televisión y radioemisoras de la red conspirativa demuestra estos aspectos y otros en los cuales se realizan campañas encubiertas favorables a los candidatos opositores en las elecciones subnacionales que se realizarán en 7 de marzo.
A su vez los medios estatales como Radio Illimani Patria Nueva, periódico Bolivia (nombre puesto por el gobierno de facto), Bolivia Televisión (BTV) y Agencia Boliviana de Informaciones (ABI) desarrollan políticas de comunicación muy dispares. Mientras Radio Illimani Patria Nueva coordina con las radios comunitarias y desarrolla una programación que destaca la gestión del proceso de cambio, BTV no tiene una orientación nacional, popular y estatal y se parece mucho a las programaciones de los canales comerciales y de espectáculos, en tanto que ABI es prácticamente inexistente.
La lucha ideológica y política por construir un sentido común de compromiso social y político, por desarrollar un proyecto hegemónico acorde a un proyecto nacional-popular y antiimperialista y por enfrentar la ofensiva conservadora en el campo de los medios de comunicación está en el orden del día del proceso revolucionario boliviano que requiere ser profundizado.