El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, habría quedado apartado a inicios de este mes de las discusiones sobre el futuro de Afganistán y del acuerdo de paz con los talibanes.
Trascendió que la decisión de la Casa Blanca contra Bolton fue a consecuencia de sus opiniones divergentes con el presidente Donald Trump. Así informaron a The Washington Post varios funcionarios estadounidenses de alto rango en condición de anonimato.
Según las fuentes del medio, Bolton —que promueve la expansión de presencia militar norteamericana en todo el mundo— se ha opuesto a los esfuerzos diplomáticos de Estados Unidos en Afganistán, lo que habría irritado al mandatario, que lo dejó fuera de las negociaciones.
El pasado 16 de agosto, en el complejo de golf de Trump en el estado de Nueva Jersey tuvo lugar una de estas reuniones del gabinete, a la que no habría sido invitado Bolton.
El encuentro se centró en la situación en Afganistán, por lo que el asesor de Seguridad Nacional inicialmente no había sido llamado a participar.
Su equipo tiene reputación de fracasos y de filtraciones, afirmó un alto funcionario de la administración federal. Bolton, por su parte, posteriormente negó esta alegación, indicando que aquellos que alegan tales filtraciones deberían verse en el espejo, según el periódico, citado por RT.
No obstante, eventualmente, el asesor fue admitido a la reunión después de que uno de sus asistentes apelara al jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney. Las fuentes sostienen que en el curso de las negociaciones, Bolton y Trump intercambiaron puntos de vista opuestos sobre las medidas ulteriores respeto al país centroasiático.
Asimismo, los funcionarios anónimos revelaron que, además de la retirada de las tropas de Afganistán, Bolton también mantiene una posición diferente a la de Trump en relación al acuerdo nuclear de EE.UU. con Corea del Norte, así como ante un potencial compromiso con Teherán.
Es un desastre a tantos niveles, que el asesor de Seguridad Nacional no está involucrado. Pero la confianza es un problema de verdad, sostiene uno de los informantes.
Según los entrevistados, la oposición de Bolton a los esfuerzos diplomáticos de la administración en la región oriental y su reciente aislamiento de las reuniones del gabinete, plantean dudas sobre su peso y su influencia en la Oficina Oval.