Una profunda “indignación” ha causado para los traidores a Nicaragua, apiñados en grupos políticos, ONG y medios de comunicación de oposición, la noticia de que hoy se introducirá en Washington una propuesta para que la llamada Ley Nica Act sea reducida a su máxima expresión en relación a las consecuencias negativas que dicho proyecto podría causar en los nicaragüenses y en quienes invierten en nuestro país.
Los encargados de llevar esta propuesta hoy a la una de la tarde ante el SubComité Hemisferio Occidental, son el empresario nicaragüense, Roberto J. Argüello y Arthur Estopiñán, ex Jefe de Despacho de la congresista Ileana Ros Lehtinen. Es esta señora en conjunto con otros legisladores injerencistas, los que promueven la aprobación de esta ley considerada por sus críticos como “nefasta” para todos los nicaragüenses.
Cabe señalar que los cabildeos que realizan en Washington D.C. los juristas Argüello y Estopiñan, tienen el apoyo de otros nicaragüenses, quienes a su vez aseguran contar con el visto bueno de un consejero del Presidente de los EEUU, Donald Trump, de nombre Richard Stone, el que intervendría ante el mandatario Norteamericano en favor de inversionistas americanos y nicaragüenses con residencia en ese país.
El diario La Prensa, que funge como la voz de quienes apoyan y promueven causas en contra de Nicaragua, a través de una malograda entrevista con el empresario Roberto J. Argüello, trató a toda costa de que admitiera que detrás de su cabildeo en contra de la Nica Act y de la contratación del jurista Arthur Estopiñán, estaba la ayuda financiera del Presidente Daniel Ortega.
No obstante, la respuesta de Argüello siempre fue contundente ante el reportero de La Prensa: “fui yo, en representación de la empresa CEO Advisor, quien decidió contratar los servicios de Estopiñán a petición de varios amigos”, aseguró y dijo que aceptó el reto porque a su juicio la Nica Act es “nefasta” y perjudicará la frágil economía de Nicaragua y la de los nicas-estadounidenses.
Argüello cuestionó las intenciones de los congresistas promotores de la Nica Act y de sus aliados en este país, señalando que “hay nicaragüenses que no necesariamente están con el Gobierno pero van a Nicaragua, mandan dinero, incluso hasta invierten, tienen familiares que dependen de esas remesas, muchos de ellos tienen su casa y ¿por qué van a desmejorar el país tratando de evitar que les lleguen esos fondos?”.
Añadió que “no hay que dejarse llevar por las emociones, uno debe ser cerebral. Hay demasiadas cosas por allí buscando como destruir un país. Yo soy de extrema derecha pero tampoco soy tonto, tenemos que ser realistas y no voy a ir a perjudicar a miles de personas que necesitan que Nicaragua progrese”, señaló el empresario, quien afirma representar a unos 250 mil nicaragüenses que residen en el sur de Florida.
Ante la pregunta insistente y dirigida del periodista de La Prensa sobre si realmente no fue contratado por el Gobierno o grupos económicos de Nicaragua, Argüello enfatizó que fue buscado por una reportera de ese diario en Miami que le hizo “casualmente” esa misma pregunta y “te contestó lo mismo que a ella, está claro que toda la cuestión se trata de un interrogatorio malintencionado por el fuerte apoyo que está logrando el cabildeo en contra de la Nica Act”.
Don Jaime Chamorro (director de LA PRENSA) –prosiguió- entiende, y Hugo Holmann (gerente general) entiende, porque son personas a quien les tengo un enorme aprecio y Eduardo Enríquez (editor en jefe) me conoce, “todos ellos saben que a mí no tiene que contratarme absolutamente nadie para yo moverme y hacer un cabildeo en contra de algo que creo que es nefasto para el pueblo de Nicaragua”.
El empresario reiteró a su entrevistador que “todas esas preguntas que vos me has hecho son preguntas elaboradas y envenenadas, que me las han dirigido por tu medio sobre todo personas que se oponen a Daniel Ortega, yo no tengo ninguna relación con Daniel Ortega a quien no conozco, no conozco a su familia, no conozco a sus ministros, más bien he sido el mejor amigo de Eduardo Montealegre, amigo de LA PRENSA”.
El malestar y el berrinche de La Prensa en contra del empresario se pone en evidencia desde el mismo titular que ponen a la entrevista: “Este es el nicaragüense que cabildea en EEUU para suavizar la Nica Act”, acompañado de una foto, con el “sutil” objetivo de que sus aliados conozcan a quien está osando enfrentar los proyectos destinados a destruir a Nicaragua.