Robert Callaham, de 68 años, embajador de Estados Unidos en Nicaragua entre 2008 y 2011, hizo acopio de estupidez para decir que los tanques que Rusia le regaló a Nicaragua son un acto de intimidación hacia los países vecinos, en particular hacia Costa Rica, lo que no es compartido por Luis Guillermo Solís, presidente del país vecino del sur.
Callaham tuvo una activa presencia en nuestro país, según reveló la web Wikileaks en 2010, conspirando en contra del gobierno del presidente Daniel Ortega, incluso utilizando “cuechos” denigrantes que buscaban descalificar al gobernante sandinista.
Al verse descubierto en los cables de Wikileaks, Callaham “lamentó que pusieran en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos”, y efectivamente tenía razón: Irak y otros países han sido invadidos a partir de calumnias e inventos de diplomáticos como este guerrerista diplomático que en el 2002 fue enviado por el Departamento de Estado para dar clases en el National War College (Escuela Nacional de Guerra) en Washington, donde enseñó varios cursos sobre estudios estratégicos.
En el 2004, un año después de la caída del presidente Sadam Husein, se ofreció como voluntario para servir por un año como Portavoz y Agregado de Prensa de la Embajada de EU en Bagdad, en Irak. Ahí estaba cuando el líder árabe fue asesinado por los títeres impuestos por Estados Unidos.
Ahora Callaham apareció lamentando que el gobierno de su país no sea lo suficientemente “duro” con Nicaragua a como él quiere desde que fue embajador aquí.
«Él (Ortega) ha tirado fuera del país a tres oficiales estadounidenses con los más débiles de los pretextos. En lo que parece ser un intento por intimidar a sus vecinos, especialmente a Costa Rica, que no tiene fuerzas armadas, se las ha ingeniado para comprarle tanques a Rusia.
“Cuando tres parlamentarios venezolanos trataron de entrar en Nicaragua, para expresar su solidaridad con la oposición política, no pasaron más allá del aeropuerto», escribió Callaham en un artículo de opinión que publicó en el diario Miami Herald, en su versión en inglés, el pasado 14 de agosto.
Como se aprecia, son comentarios completamente injerencistas de este hijo del imperio, cuya cólera en contra de Nicaragua parece ser mayor que la de sus patrones.
No obstante, pese a que Callaham lo está “lanzando” en contra de Nicaragua, el gobierno del presidente Luis Guillermo Solís insiste en que no ve la adquisición como una amenaza a la paz entre Costa Rica y Nicaragua, con todo y los conflictos limítrofes bilaterales que se mantienen vivos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.