La ultraconservadora Fundación Heritage, cuya guía de procedimiento para el liderazgo sirvió de manual al fallecido ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan durante su mandato en los años 80, ha hecho suyas las razones de la oposición nicaragüense para rechazar la construcción del canal interoceánico.
Los “Heritage” son un grupo de norteamericanos financiados por el gran capital de ese país, cuya misión es brindar insumos a sus gobiernos sobre cómo aplicar principios de libertad individual, gobierno limitado, libertad de empresa, una sólida defensa nacional y valores estadounidenses como la defensa de la fe cristiana, la familia tradicional y la seguridad jurídica.
¿Será simple casualidad que vuelvan a interesarse en Nicaragua, tras ayudar con su ideología a malograr la revolución que se instauró tras el derrocamiento de Somoza?
Para los de esta fundación, “el proyecto también presenta preguntas clave para los EE.UU. sobre el estado de la democracia y la transparencia en Nicaragua, la erosión de los derechos de propiedad, y el continuo crecimiento de la inversión china en la región”, según Jessica Zuckerman, una analista política ligada a estos señores de la guerra.
Para referirse a los presuntos confiscados por el canal, Zuckerman recuerda lo ocurrido tras la caída de Somoza con las propiedades de parte de los “sandinistas comunistas”.
Y agrega: “Sin debate público, y con déficit en lo que respecta a datos concretos, y con una propuesta presentada con demasiada premura en la Asamblea Nacional de Nicaragua, el canal podría representar un logro de importancia, pero que comporte numerosas e imprevistas consecuencias, y con beneficios económicos todavía inciertos”.
La ultraderecha estadounidense maneja, al igual que los grupos políticos y las ONG opositoras, que los propietarios de tierras ubicados en la ruta del canal creen que el gobierno nicaragüense relocalizará por la fuerza a comunidades ya empobrecidas.
La publicación El Ojo Digital, que secunda lo escrito por la analista de la Heritage, señala que “Rusia, China y otras naciones han considerado las implicaciones estratégicas del canal, que representaría una alternativa al Canal de Panamá. No obstante ello, aún quedan demasiadas preguntas sin respuesta sobre la influencia rusa y la exhibida por el grupo HKND.
“Conforme lo explicara Zuckerman, ‘Estados Unidos y los inversionistas extranjeros deberían mostrarse cautelosos frente a un convenio con dudoso impacto en los nicaragüenses, y administrado solamente por un hombre del negocio de las telecomunicaciones sin experiencia comprobable; en su lugar, los nicaragüenses deberían procurar prestar atención a la promoción de la transparencia y los principios del libremercado en la región’”, señala.
Asegura que “Demostrando su creciente influencia en América Latina, Rusia será responsable de custodiar el sitio de construcción. Nicaragua ha firmado un acuerdo de seguridad de características únicas con Moscú que, potencialmente, podría permitir ‘la presencia de naves de guerra y aviones de combate rusos en sus aguas territoriales durante los primeros seis meses de este año, e incluso llevar adelante tareas de patrullaje en la línea costera del país (…) hasta el 30 de junio de 2015’.
Prosigue El Ojo Digital: “Con el objeto de ampliar la sociedad de Rusia en la región, el presidente Vladimir Putin visitó Cuba pocos días antes, en donde cerró una serie de acuerdos con el régimen de Raúl Castro. Rusia ha llevado adelante iniciativas diplomáticas similares con otras naciones, como son la Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela. Sin embargo, la iniciativa regional más ambiciosa de Moscú es asistir en la construcción del Canal de Nicaragua -proyecto que, de acuerdo a estimaciones, costará un aproximado de US$ 40 mil millones.
“El Gran Canal Interoceánico será 127.1 millas (204.5 kilómetros) más largo que el Canal de Panamá, con un ancho de 83 metros y una profundidad de 27.5 metros. De acuerdo al Grupo HKND, el proyecto involucrará más que la sola construcción del curso de agua y de instalaciones relacionadas; incluirá la construcción de otros subproyectos, como ‘dos puertos, una Zona de Libre Comercio, resorts vacacionales, un aeropuerto internacional y numerosas rutas’. Se cree que el proyecto generará un aproximado de 50 mil empleos directos y 200 mil indirectos.
“A pesar de la promesa de beneficios económicos originados gracias al proyecto, muchos nicaragüenses se muestran escépticos, conforme creen que el Gran Canal Interoceánico solo beneficiará a unos pocos -también se muestran preocupados en relación a violaciones potenciales de sus derechos de propiedad. La falta de comunicación de parte del Grupo HKND en relación a la logística del proyecto para el canal ha dado lugar a incertidumbre entre los titulares de propiedades situadas en la ruta propuesta para la construcción.
“Rusia, China y otras naciones han considerado las implicaciones estratégicas del canal, que representaría una alternativa al Canal de Panamá. No obstante ello, aún quedan demasiadas preguntas sin respuesta sobre la influencia rusa y la exhibida por el grupo HKND”.