La madre falsificó información sobre el tratamiento de su hija, así como su condición médica.
La estadounidense Kelly Renee Turner, que recaudaba fondos para su hija supuestamente enferma, fue arrestada la semana pasada en Denver (EE.UU.) acusada de causar la muerte de la niña.
El pasado jueves, el gran jurado del condado de Douglas imputó a la mujer, de 41 años, 13 cargos que incluyen asesinato en primer grado, abuso infantil, robo y fraude caritativo, informa Denver Post. Los cargos están relacionados con la muerte de su hija de siete años, Olivia Gant, en agosto de 2017, así como con el presunto abuso infantil de su otra hija.
La mujer, detenida sin fianza en la cárcel del condado de Douglas, defraudó a Medicaid y fundaciones de caridad que ayudaron a recaudar dinero para Olivia, quien, según su madre, padecía encefalomiopatía neurogastrointestinal —una enfermedad que afecta a órganos vitales del cuerpo— así como otras afecciones.
Según la acusación, los médicos de la niña declararon en repetidas ocasiones que esta no tenía ninguna enfermedad terminal.
Un informe de los servicios sociales estableció que Olivia fue examinada por primera vez en un hospital infantil en 2013 por retraso del desarrollo y posteriormente por estreñimiento. Los médicos también la trataron por problemas alimentarios y acabaron colocando un tubo para facilitar la alimentación. No obstante, Turner supuestamente decidió que se le dejara de proporcionar nutrición a través de un tubo e hizo que su hija ingresara en un hospicio donde murió por fallo intestinal.
Turner supuestamente dijo a los investigadores que recaudaba dinero para compensar los costes médicos que no estaban cubiertos por Medicaid y por los costes de tratamientos experimentales. La mujer también afirmó que el seguro médico de su marido no cubriría las afecciones previas de su hija. Detectives interrogaron al marido de Turner, quien afirmó que él proporcionó cobertura sanitaria hasta que su esposa le dijo que había encontrado una plan más barato en el hospital infantil de Colorado.
El cuerpo de la pequeña fue exhumado el año pasado, y la autopsia no encontró evidencia física de las enfermedades que Turner afirmó que la niña sufría.