Elson Concepción Pérez | Granma
Al fin la sociedad chilena dio muestras de que se puede lograr un cambio para emprender una nueva era política que beneficie a su pueblo.
Y, aunque muchos medios de prensa favorecen en sus titulares la “derrota del presidente Piñera”, prefiero coincidir con quienes ven con mayor realismo el ascenso, a los planos políticos determinantes, de movimientos y personas salidos de esa verdadera batalla popular que bastante sangre ha derramado por la represión gubernamental contra manifestantes pacíficos.
Si coincidimos en que Chile es un país democrático, no tiene explicación alguna que todavía hoy su andar por la vida esté regido por una Constitución elaborada hace 40 años por quizá la más cruel dictadura que recuerde la historia latinoamericana, la de Augusto Pinochet.
Este fin de semana, los chilenos votaron por los 155 miembros de la Convención Constituyente, 345 alcaldes, 2 252 concejales y 16 gobernadores regionales, en total, los candidatos se disputaron 2 768 cargos.
Con el 100 por ciento de las mesas escrutadas, la coalición de derecha Vamos por Chile, en representación del oficialismo, alcanzó 38 escaños, una derrota para Piñera y sus aliados que pretendían lograr 52, para poder tener derecho al veto.
En el caso de las alianzas de partidos de izquierda, representadas por Apruebo Dignidad y Lista del Apruebo, llegaron a 27 y 25 puestos cada una, mientras los candidatos independientes (ambientalistas, feministas y defensores de los derechos humanos) se erigieron como vencedores al alcanzar 48 escaños.
A ellos se suman los representantes de los pueblos indígenas chilenos que ya tenían reservados 17 puestos.
En el caso de la elección de gobernadores, por primera vez a través del voto popular, este fin de semana solamente definieron las gubernaturas en las regiones de Valparaíso, Aysén y Magallanes, en donde triunfaron Rodrigo Mundaca (Independiente), Andrea Macías (Partido Socialista) y Jorge Flies (Independiente).
Así, en las 13 regiones restantes el cargo se dirimirá en una segunda vuelta, que se realizará el 13 de junio, en las que la derecha espera rescatar, por lo menos, algunos distritos, de acuerdo con reportes del sitio RT.
Tras la votación de este fin de semana, los integrantes de la Asamblea Constituyente contarán con nueve meses para presentar un nuevo texto constitucional. Posteriormente, a mediados de 2022, se realizará un plebiscito para aprobar o rechazar el texto que se elabore.
En el mes de noviembre, Chile acudirá a las urnas para elegir a un nuevo presidente.