A partir del 1 de junio, China aumentará los aranceles para el gas natural licuado (GNL) de EEUU del 10% al 25%, según la Comisión del Arancel de Aduanas del Consejo de Estado de China. Alexandr Lesnij, columnista de la edición rusa de Sputnik, analiza por qué será una catástrofe para la industria del gas de EEUU y qué ganará Rusia.
Fracaso total
Los aranceles chinos son una respuesta a las acciones agresivas de Washington. El 10 de mayo, tras unas negociaciones comerciales entre EEUU y China, que concluyeron sin avances, el presidente Donald Trump anunció un aumento de los aranceles a los productos chinos por un valor de 200.000 millones de dólares.
Pekín respondió de inmediato: a partir del 1 de junio se introducen aranceles adicionales sobre los productos estadounidenses por un valor de 60.000 millones de dólares, incluido el GNL.
El mercado chino de GNL es el más grande y el de mayor crecimiento en el mundo y, por lo tanto, el más deseado para todos los exportadores de combustible, incluidos los estadounidenses.
Se prevé que este año las importaciones de GNL en China aumentarán más del 20%, pronosticó en febrero Carlos Torres-Díaz, jefe del Departamento de Investigación de Mercado de Gas de Rystad Energy.
Es por eso que se inició la mayoría de los proyectos para la construcción de terminales de licuefacción de gas en Estados Unidos, asegura Lesnij. Recientemente, en el estado de Luisiana, se puso en marcha la planta de Cameron LNG con tres líneas de producción con una capacidad total de 13,5 millones de toneladas al año.
No obstante, los aranceles chinos hacen dudar de las perspectivas de las nuevas líneas de GNL en EEUU.
Sin China, tampoco hay Europa
La pérdida del mercado chino puede frustrar los planes de los estadounidenses para la expansión europea. Según los analistas de Rystad Energy, Rusia ahora está suministrando gas a Europa a un precio promedio de cinco dólares por mmBtu. En el mismo nivel se encuentra el punto de indemnidad para las entregas a Europa del GNL estadounidense. En otras palabras, para los estadounidenses vender su gas al precio de Rusia significa trabajar sin ganar nada.
Washington esperaba compensarlo por medio de entregas paralelas a Asia, donde los precios del GNL son tradicionalmente más altos que los europeos. Pero ahora, sin China, la expansión de las exportaciones a Europa para la industria del gas estadounidense es extremadamente irrentable.
Desde Rusia con amor
El principal ganador de la nueva ronda de la guerra comercial entre Estados Unidos y China es Rusia: las compañías rusas tienen buenas oportunidades de ocupar el puesto de las estadounidenses en el mercado.
Para el 1 de diciembre está programada la puesta en marcha del gasoducto Sila Sibiri (Fuerza de Siberia) con una capacidad de 38.000 millones de metros cúbicos de gas por año. El siguiente paso es la construcción de otro gasoducto a China a través de Altái.
«Las entregas del gas ruso a China a través de la ruta occidental pueden convertirse en el corredor de transmisión de gas más prometedor e importante», dijo Alexéi Miller, director de Gazprom, a finales de abril.
«China continúa aumentando de manera constante el consumo de gas: un 15% en 2017 y un 18% en 2018. Por primera vez encabezó la lista de los mayores importadores de gas natural en el mundo. La demanda del gas natural en China seguirá creciendo y estamos listos para proporcionarle suministros fiables a largo plazo», aseguró Miller.