Cifras confirman prosperidad de Bolivia en aniversario 194

Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia.

Jorge Petinaud | Prensa Latina

Bolivia celebra hoy el aniversario 194 de su independencia con un pronóstico emitido por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) de cuatro por ciento de crecimiento económico para 2019, el mayor de Suramérica por sexto año consecutivo.

“Vamos a celebrar una fiesta patria con buenos resultados y con el optimismo puesto hacia el futuro para que esos buenos resultados mejoren en los siguientes años”, opinó el vicepresidente, Álvaro García Linera, en declaraciones a la televisora Red Uno.

Destacó el vicemandatario que organismos internacionales como la CEPAL sitúan a Bolivia en las proyecciones como líder de expansión de la región, en medio de un contexto internacional que mantiene a la baja a los países latinoamericanos.

Según el informe del organismo especializado con sede en Chile, el Estado Plurinacional ocupará el segundo lugar en expansión de su producto interno bruto (PIB) solo aventajado por República Dominicana (5.7 por ciento).

Los expertos confían en este resultado al margen de que de acuerdo con sus estudios Latinoamérica solo crecerá durante el año en curso 0,5 puntos porcentuales, cifra inferior a las 0,9 unidades sobre 100 registradas en 2018.

Al explicar las causas de esta contracción, mencionan el poco dinamismo de las inversiones, la caída de las exportaciones, del gasto público y del consumo privado.

Sin embargo, en medio de este entorno adverso, el Estado Plurinacional logró en el primer trimestre de 2019 una expansión de cuatro por ciento, y de esa forma aventajó al resto de las naciones suramericanas.

Pablo Ramos, presidente del Banco Central de Bolivia, coincidió con la previsión de Cepal, y explicó que ese pronóstico no es descabellado porque el principal impulso del PIB boliviano lo aporta la demanda interna.

Sólo a través del programa Bolivia Cambia Evo Cumple se ejecutaron entre 2007 y julio de 2018 un total de ocho mil 797 obras en las áreas de educación, deportes, vial, productiva, saneamiento básico y riego, así como en infraestructuras sociales y de salud.

En su más reciente edición, el semanario boliviano Alerta destaca que entre 2006 y 2018 se crearon 46 mil 583 items (plazas fijas) en el sistema educativo plurinacional.

Añade la publicación que de cada 10 bolivianos nueve accedieron al servicio básico de electricidad, y en este inmenso país ya se alcanza una cobertura del 93 por ciento.

Como parte del programa de ejecución de obras, de dos mil 870 centros de salud que tenía la nación andino amazónica en 2005, ya en 2018 esta cifra rebasaba los tres mil 931.

Otros proyectos importantes en operaciones, construidos como parte del proceso de cambio que encabeza el presidente, Evo Morales, son las centrales hidroeléctricas San José (I) y (II) en Cochabamba, y la industria de cloruro de potasio Uyuni-Potosi.

Así mismo, en Cochabamba también funciona la planta de urea y amoníaco de Bulo Bulo, y según los planes a ella se sumarán dos nuevas factorías, una de metanol y otra de urea formaldehido.

La fábrica de cemento Ecebol, recién inaugurada en el departamento de Oruro, clasifica como la más moderna de Suramérica.

Otras plantas modernas de la Bolivia actual son la de licuefacción de gas natural (GNL), en Río Grande, Santa Cruz, y la separadora de líquidos, así como la planta hidroeléctrica de Misicuni, también en Cochabamba.

A la par de estos resultados, Bolivia estableció acuerdos con Perú, Paraguay, Argentina y Brasil para exportar hidrocarburos y electricidad hacia zonas fronterizas de esas naciones.

Por otra parte, da pasos firmes en el desarrollo de la industria espacial y la del uso pacífico de la energía nuclear, cuyo impacto multidisciplinario demanda una importante formación de recursos humanos en diversas especialidades y en el fomento de la gestión del conocimiento en un campo científico y tecnológico de avanzada.

En este contexto, García Linera insistió en que Bolivia encara el reto de consolidar la industrialización, conformar una base productiva más sostenible y dejar de depender de las exportaciones del gas y los minerales.

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