La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de Naciones Unidas, podría apuntalar un fallo histórico en los próximos meses: el establecimiento de obligaciones legales de los gobiernos para combatir el cambio climático.
En lo que muchos consideran un anuncio trascendental, el tribunal confirmó que el 2 de diciembre se abrirán audiencias públicas para buscar una opinión consultiva no vinculante sobre «las obligaciones de los Estados con respecto al cambio climático».
Los resultados de este proceso podrían influir en los fallos de todos los futuros casos legales relacionados con el clima, así como definir las obligaciones de los países para contrarrestar la preocupante crisis climática en ascenso.
El anuncio es un nuevo paso que sigue al proceso iniciado desde 2023, cuando la Asamblea General de la ONU pidió a la CIJ una opinión consultiva sobre cómo los gobiernos deben proteger el clima de acuerdo con el derecho internacional, así como las consecuencias legales de la falta de acción.
El caso presta especial atención a los pequeños estados insulares en desarrollo, grupo que incluye a varios de los más afectados por la crisis climática a pesar de las pocas emisiones que producen ellos mismos.
Además de la obligación para abordar las consecuencias, el proceso pondrá los puntos sobre las íes a la hora de definir la responsabilidad de los estados de proteger el sistema climático.
De este modo, la opinión consultiva de la CIJ podría fortalecer la aplicación de los acuerdos internacionales sobre el clima y acelerar los esfuerzos para reparar las pérdidas causadas por el cambio climático a las poblaciones vulnerables.
El caso presentará la primera opinión consultiva sobre el cambio climático en el principal tribunal de la ONU, un anhelado recurso que podría potenciar el papel de los tribunales de todo el planeta para la adopción de medidas urgentes sobre el cambio climático.
Un panel de 15 jueces del tribunal de la ONU buscará responder las cuestiones fundamentales en la opinión, respaldada ya por casi un centenar de estados miembros del organismo.
El proceso coincide con una alarma generalizada por fenómenos meteorológicos que amenazan el planeta. Desde torrenciales lluvias o huracanes, hasta el aumento constante de temperaturas con récords continuos desde hace más de un año.
En una reciente comparecencia ante la prensa, el titular de la ONU, António Guterres, aseguró que el calor extremo afecta cada vez más las economías, amplía las desigualdades, socava los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mata a casi medio millón de personas anualmente, aproximadamente 30 veces más que los ciclones tropicales.
“Sabemos qué lo impulsa: el cambio climático provocado por los combustibles fósiles y la actividad humana. Y sabemos que va a empeorar”, reconoció. El titular de la ONU denunció en este contexto la expansión del uso de combustibles fósiles evidente en algunos de los países más ricos del mundo. “Al firmar semejante oleada de nuevas licencias de petróleo y gas, están renunciando a nuestro futuro”, advirtió entonces.
Para hacerle frente a esa expansión, el diplomático portugués insistió en “el liderazgo de aquellos con mayores recursos y capacidades” junto a la necesidad de que las naciones eliminen gradualmente los combustibles fósiles, de manera rápida y justa.