CNA, la otra Nicaragua después de 1980

 

Edgard Palazio Galo*

En la historia de los pueblos hay momentos que trascienden las páginas del tiempo y se convierten en faros perdurable de cambio y esperanza. La Cruzada Nacional de Alfabetización, como reivindicación del pueblo de Nicaragua realizada del 24 de marzo al 23 de agosto de 1980, estaba proyectada desde antes del triunfo de la Revolución Popular Sandinista.

Por consiguiente, en el programa de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional del 11 de julio de 1979, podemos leer: “Se iniciará una cruzada nacional que movilice todos los recursos del país para lograr la total erradicación del analfabetismo (…), y el 21 de agosto, a solo unas semanas de haber triunfado la revolución, en el Decreto-Ley N°. 52, se estableció: toda persona tiene derecho a la educación, declarando de interés social la alfabetización y responsabilidad de todos los nicaragüenses.

Se expresaba, en síntesis jurídica, el triunfo de una reivindicación social revolucionaria frente el largo tiempo histórico tejido por la dominación oligárquico-burguesa en relación con la educación como privilegio de pocos y exclusión de más de la mitad de Nicaragua.

Cuando triunfa la Revolución Popular Sandinistas en 1979, el 52% de los nicaragüenses era analfabeta, concentrados principalmente en comunidades rurales marginadas y empobrecidas. En el somocismo el analfabetismo fue una forma de dominación y exclusión para perpetuar las desigualdades sociales y económicas en un sistema político y económico opresivo, generando un ciclo intergeneracional de marginalidad.

Como referente vergonzante de la injusticia cuasi naturalizada, las elites oligárquicas incluso, no tuvieron reparo en condicionar la ciudadanía a la habilidad de leer y escribir, por ejemplo, en la Constitución Política de 1974, el artículo 32 establecía la ciudadanía para los nicaragüenses mayores de veintiún años de edad y los mayores de dieciocho que sepan leer y escribir (…).

Las causas sistémicas del analfabetismo han sido explicadas por el comandante Daniel Ortega, señalando: “(…) el analfabetismo es una enfermedad, un virus que lo provoca el sistema capitalista. Ahí están las causas (…) Un Sistema hecho para hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

“Aquí no era ninguna prioridad erradicar la pobreza o la extrema pobreza, o el analfabetismo (…), aquí en Nicaragua ese virus lo enfrentamos con el triunfo de la revolución. ¡No había otra oportunidad! Sólo con una revolución podía darse la alfabetización, de lo contrario era continuar con la oscurana del analfabetismo”.

La Cruzada de Nacional de Alfabetización

La Cruzada Nacional de Alfabetización, desarrollada entre marzo y agosto de 1980, fue un hito sin precedentes al lograr, no solo un asombroso impacto estadístico, bajando el analfabetismo al 12.9 por ciento, también se cumplió con el compromiso del FSLN de restituir como derecho fundamental la educación para todas y todos los nicaragüenses.

La Revolución Popular Sandinista hizo posible la campaña de alfabetización y como en el evangelio de Lucas 23.45, se rasgó el velo de la oscuridad y la luz de la enseñanza llegó a quienes habían sido marginados y oprimidos. Por primera vez, las voces de las campesinas y los campesinos se hicieron oír, y sus historias y perspectivas comenzaron a tener peso en la construcción de la nación.

Aprender a leer y escribir encarnó el acto de liberarse de las limitaciones impuestas, adquiriendo capacidad de descifrar las palabras impresas y saber comunicar sus ideas por escrito. A través de la escritura, los alfabetizados dieron vida a sus pensamientos y emociones, creando un espacio donde sus ideas no solo se preservaron, sino que también pudieron ser compartidas y discutidas con otros.

De manera que la educación como acto virtuoso, revolucionario por naturaleza, se convirtió en una herramienta poderosa para empoderar a las personas y permitirles comprender su situación, sus derechos y su potencial para el cambio y eso en la historia de Nicaragua como república, es una obra que solo fue posible con el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

En consecuencia, la cruzada de alfabetización incidió en el cambio de mentalidad en alfabetizados y alfabetizadores. Los brigadistas no solo enseñaron a leer y escribir, también fomentaron un sentido de orgullo y autoestima en las comunidades marginadas, forjando lazos de colaboración que trascendieron la propia esfera educativa.

Los jóvenes de la ciudad conocieron y convivieron en las condiciones de las zonas rurales, adquiriendo aprendizajes de vida. Vale señalar que, con la movilización de jóvenes alfabetizadores por todo el territorio nacional, también se llevó a cabo un proyecto de recuperación de la Historia Oral de la Guerra de Liberación Nacional.

El legado de la cruzada de alfabetización en las políticas educativas del GRUN

Con el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional se expandió el acceso a la educación en todos los niveles, garantizando mayor oportunidad de recibir una educación de calidad, independientemente del origen socioeconómico o ubicación geográfica.

Otro logro destacado ha sido la promoción de la educación inclusiva, garantizando que los niños y jóvenes con discapacidades tengan igualdad de oportunidades en el sistema educativo, asimismo, se promueve la educación técnica y vocacional, reconociendo la importancia de ofrecer alternativas educativas que preparen a los estudiantes para el mundo laboral a través de la implementación de programas de capacitación en diversos oficios y contribuir al desarrollo económico del país.

Es importante destacar también la inversión en infraestructura educativa. El gobierno ha asignado recursos significativos para la construcción y renovación de escuelas, lo que ha mejorado las condiciones de aprendizaje. Aulas más adecuadas, laboratorios bien equipados y espacios recreativos, han contribuido a crear entornos educativos más propicios para el desarrollo integral de los estudiantes.

De la cruzada de alfabetización a la Universidad en el Campo

La implementación del Programa Universidad en el Campo (UNICAM) por la UNAN Managua y luego por otras universidades del CNU, mantiene por sus propósitos línea de continuidad con los objetivos de la Cruzada Nacional de Alfabetización, logrando llevar la educación a entornos rurales y fomentar acceso más equitativo a la educación superior, rompiendo a su vez con las barreras de procedencia geografía como variables de exclusión educativa.

UNICAM es una estrategia para descentralizar el conocimiento académico, ya que, al establecerse en áreas rurales, desmantela la noción de que la educación de calidad solo se puede obtener en centros urbanos. Además, en sus programas de estudio se incorporan perspectivas y enfoques relevantes para el desarrollo local, permitiendo a los estudiantes identificarse con su educación y sentirse valorados como individuos y miembros de sus comunidades.

Han trascurrido 43 años desde aquel esfuerzo educativo realizado en 1980 con la cruzada de alfabetización, y en la actualidad el Estado revolucionario está presente con la educación superior universitaria en las comunidades más lejanas del país, haciendo efectivo el derecho a profesionalizarse de los jóvenes hijos de campesinos que por situaciones económicas no pueden continuar su formación académica.

La Universidad en el Campo tiene un impacto significativo en las comunidades rurales y en la sociedad en general, promoviendo la movilidad y el desarrollo local. UNICAM representa un esfuerzo valioso para superar la exclusividad de la educación universitaria urbana, contribuyendo a lograr un acceso más equitativo a la educación superior.

La alfabetización en la Costa Caribe

Las oligarquías vergonzantes herederas del pasado colonial, mostraron especial interés en invisibilizar nuestra diversidad constitutiva como nación. Construyeron la narrativa falsa de una identidad hispano-parlante como centralidad total de nicaraguanidad. En ese imaginario cerrado no se reconocía la diversidad cultural de pueblos originarios y afrodescendientes. Por ejemplo, en la última Constitución somocista de 1974, el artículo 6 indicaba: “El español es el idioma nacional y el oficial del Estado”.

La reivindicación y restitución de derechos de los pueblos originarios y afrodescendientes fue una realidad posible con la Revolución Popular Sandinista y mientras se desarrollaba la Cruzada Nacional de Alfabetización en español, al mismo tiempo se hacían los preparativos organizativos para realizar la cruzada de alfabetización en miskito, mayagna e inglés creole.

Estas cruzadas iniciaron el 30 de septiembre de 1980, finalizando el 21 de febrero de 1981, cumpliéndose la restitución de derechos negados por siglos de colonialismo interno, ejercido por los grupos oligárquicos que dirigieron el Estado desde 1821 hasta 1979, cuando el triunfo de la Revolución Popular Sandinista le puso fin, iniciando para la Costa Caribe una nueva historia con participación plena en la vida nacional.

16 de años de oscuridad, para no olvidar

No debemos pasar por alto el periodo de atraso y oscuridad de los 16 años de gobiernos con ideología neoliberal y su abandono deliberado de las políticas sociales de beneficio para el pueblo, en ese fatídico periodo el analfabetismo creció nuevamente hasta un promedio nacional superior al 30 por ciento, afectando a los sectores más vulnerables.

En la segunda fase de la revolución, cuando el FSLN regresa al gobierno el 19 de mayo de 2007, fue creado el Consejo Nacional de Alfabetización “De Martí a Fidel”, con la tarea prioritaria de restituir el derecho a la educación de jóvenes y adultos y revertir los índices de analfabetismo causados por el neoliberalismo, logrando desde 2007 para acá, reducir a menos del 4 % el analfabetismo a nivel nacional.

Conclusión

La Cruzada Nacional de Alfabetización dejó una marca indeleble en la historia de la educación. Se promovió un enfoque participativo centrado en el ser humano y la comunidad, donde el proceso educativo se adaptaba a las realidades locales. Esta metodología permitió a las personas aprender de manera significativa, relacionando los conceptos con sus propias experiencias.

Los extraordinarios logros y la magnitud del esfuerzo alfabetizador, fueron reconocidos por la UNESCO en 1981, otorgando al gobierno de Nicaragua la medalla Nadezhda Krúpskaya y nuevamente la misma UNESCO, en el año de 2007, otorgó la distinción de incluir los archivos de la Cruzada Nacional de Alfabetización, en el programa Patrimonial Registro de la “Memoria del Mundo”.

Hoy, más de cuatro décadas después, la cruzada de alfabetización sigue siendo un punto de referencia para la lucha contra la desigualdad educativa y el empoderamiento de las comunidades marginadas en América Latina y más allá. No obstante, esta magna obra de solidaridad no estuvo exenta de desafíos y en el camino cayeron 59 compañeras y compañeros alfabetizadores.

Su legado perdura en la restitución de derechos y políticas educativas inclusivas del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional y en el reconocimiento de que la educación no es solo un medio para adquirir conocimientos, sino también un camino hacia la emancipación y la transformación social de nuestro pueblo.

* Profesor titular UNAN Managua, Investigador y Extensionista.

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