CONFIDENCIAL castiga pasado político de redactor

Al igual que periodistas de otros medios de comunicación de la derecha, Álvaro Navarro  se esmeró en seguir al pie de la letra el guión político de CONFIDENCIAL, el semanario propiedad de Carlos Fernando Chamorro Barrios donde laboraba. Pero eso de nada le valió.

 

El domingo 29 de mayo apareció el que de seguro será su último trabajo en CONFIDENCIAL, una nota en la que por mandato de su editor, Carlos Salinas, intentaba hacer creer que la juventud actual es apática pese a “los ejércitos de uniformados que el gobierno convoca en las plazas…”.

Una fuente ligada al semanario de Chamorro Barrios confió a Nicaleaks que el resto de empleados está perplejo. “Salinas y Navarro fueron amigos íntimos…, los trabajadores no saben que pudo haber pasado como para que ahora el editor aparezca despidiendo a uno de sus principales hombres, era uno de sus puntales”, señaló el confidente.

Fue por pasado sandinista

Sin embargo, anotó, se ha filtrado la versión de que Navarro, aunque logró despertar el aspecto sentimental de Salinas, no pudo ganarse su confianza política, habida cuenta de que el ahora ex redactor del semanario derechista fue hace algunos años dirigente estudiantil sandinista en una universidad de Managua.

“Salinas se considera una extensión de Carlos Fernando, se ha dado incluso el lujo de amenazar a éste con desatar una ola de renuncias si contrataba a periodistas a los que no tiene simpatía, lo que ocurrió cuando se acercó a CONFIDENCIAL uno de los despedidos en El Nuevo Diario por el señor León Núñez”, aseguró la fuente.

¿Y Sofía Montenegro y Carlos Fernando…?

Nuestro informante, quien laboró en CONFIDENCIAL, precisa que algunos de sus ex colegas han mostrado inconformidad por el despido de Navarro debido a razones de su pasado político. “¿Por qué no han aplicado el mismo rasero a Sofía Montenegro, quien fue convencida somocista, luego ferviente sandinista y ahora nuevamente retornó a defender al partido de la ex Guardia Nacional donde militaron su padre y uno de sus hermanos?”, preguntó la fuente.

Igualmente, refirió que Chamorro Barrios no debió permitir el despido de Navarro por haber sido sandinista, tomando en cuenta que el mismo Carlos Fernando fue cuadro de primera línea del FSLN en los años 80, partido del que abjuró hasta que había perdido todos sus privilegios como militante ligado a sectores de la cúpula sandinista de esos tiempos.

“Por supuesto que Salinas, un derechista casi genético, no tiene autoridad para despedir al dueño de CONFIDENCIAL por su pasado rojinegro, por lo que se ensaña en otros empleados; con este señor no valen ni los nexos personales a como ha quedado demostrado con Navarro”, sostuvo la fuente.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *