Está claro que la política de los EEUU contra los Gobiernos Democráticos y constitucionalmente electos de Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia, es buscar la desestabilización en estos países utilizando para ello a sus mismos aliados de siempre, quienes de forma solícita y sin ninguna vergüenza se prestan a sus mezquinos y alevosos propósitos.
Para nadie en Nicaragua es un secreto la animadversión que las administraciones gringas profesan en contra de todo aquello vinculado al FSLN, específicamente al Gobierno de Daniel Ortega, por lo que ha orientado a sus serviles locales crear disturbios y zozobra que puedan ser difundidos por los medios de prensa afines a la política norteamericana.
Es por eso que vemos esas escuálidas peregrinaciones que llaman “miércoles de marcha”, frente al Consejo Supremo Electoral, de quienes se hacen llamar organismos de la sociedad civil, los partidos políticos de derecha, los que al parecer orientan a sus diputados a ser partícipes de estas escaramuzas en vez de estar haciendo el trabajo por el que les pagan: legislar.
Descaro intervencionista en Venezuela
En ese sentido, en la Asamblea Nacional se está promoviendo un proyecto de Ley en el que se sancione con el tres por ciento de su salario a aquellos diputados que no asistan a las sesiones parlamentaria por andar apoyando marchas en horas laborales, esto con el propósito de que cumplan con sus electores, a quienes realmente se deben.
Por otro lado, las muestras de los planes desestabilizadores que los EEUU implementan en contra del Gobierno de Venezuela, presidido por Nicolás Maduro, ya no son evidentes, sino que pasaron a ser desvergonzados, sobre todo con las últimas declaraciones del mandatario en relación a la presencia de miembros del Comando Sur en su país para dirigir acciones de sabotaje.
Todo hace indicar que los constantes, pero fracasados intentos de sabotaje por parte de la derecha en ese país, llevaron a los EEUU a tomar la decisión de enviar a su embajada en Venezuela a esos instigadores, con el fin de apoyarse en sus serviles de la derecha para crear disturbios y tal vez de esta forma puedan sacar los ansiados réditos que ilusionan en las próximas elecciones.
De lleno contra Ecuador
En tanto, el mandatario de Ecuador, Rafael Correar, señaló que su país de nuevo enfrenta otra prueba de afán desestabilizador con el intento de la burguesía y élites de dirigentes laborales e indígenas (quienes utilizan a sus respectivos pueblos), de atentar contra la institucionalidad de la nación, lo que provocó que la sociedad que se manifestara en defensa sus intereses.
El jefe de Estado explicó que la idea de los sectores opositores de convocar una marcha para ir al Palacio de Carondelet y a la Asamblea Nacional, tuvo una respuesta de inmediato de parte de la población para rechazar esos intentos desestabilizadores, agradeciendo la muestras de solidaridad a todos que se encuentren con el Ecuador de la Revolución Ciudadana.
Bolivia condiciona relaciones
Finalmente, si bien es cierto que el presidente de Bolivia, Evo Morales, está buscando una reanudación de relaciones con los EEUU, los motivos que generaron esa ruptura aún los mantiene el mandatario boliviano, y es que el embajador norteamericano, Phillipe Goldberg, fue expulsado de ese país en el 2008 porque estaba conspirando contra su administración.
“Me reuní con el Encargado de Negocios de los EEUU, Peter Brennan, y fue importante para ambos y esperamos que se puedan restablecer nuestras relaciones bilaterales, pero a través del respeto recíproco y la no injerencia en los asuntos internos de cada nación. Le hice entrega de una copia de mi libro Mi Vida de Orinoco al Palacio Quemado, donde detallo momentos de mi existencia antes y después de llegar a la presidencia”, indicó.