El atacante pide el cambio tras sentir un tirón en el muslo derecho y deja en suspenso su actuación con la Juventus frente al Ajax en la ida de los cuartos de la Champions
Los imponderables condenaron a Portugal a una noche de nerviosismo en Lisboa. Todos los accidentes se produjeron en su contra. Pero antes de que la primera pieza del dominó derribara a todas las demás, una a una, hubo una jugada sensacional que tuvo muy poco de aleatorio. Sucedió en el minuto seis del partido, cuando la pelota botó sin dueño y la defensa local dudó un instante. Dudó el joven Rubén Días que se quedó a medio camino cuando iba a presionar a Tadic. Como si el diez serbio lo encandilase con la pausa, le dejó hacer. Y Tadic, sereno, elevó la pelota suavemente sobre la cabeza de Pepe, que se quedó vendido mientras Gacinovic lo sobrepasaba como una bala, controlaba y encaraba al portero. No pasó de ahí. Rui Patricio le dobló la mandíbula con los puños y el árbitro pitó el penalti que ejecutó Tadic para meter el 0-1 y desencadenar un largo fado.
Portugal comenzó el asedio. Avanzando en oleadas, con William Carvalho dirigiendo las maniobras y Bernardo Silva desbordando y filtrando pases para Cristiano, Sousa y Rafa Silva entre un torbellino de serbios batallando por cerrar los espacios alrededor de su portería, hubo pocas cosas que no intentaran los vigentes campeones europeos. Cristiano obligó a Dimitrovic —portero del Eibar— a estirarse para sacar del ángulo inferior un tirazo desde fuera del área. Rafa Silva tuvo la siguiente y Dimitrovic cumplió con su defensa.
Al filo de la media hora la desesperación se tornaba optimismo entre los portugueses. Resultaba difícil imaginar un desenlace negativo frente a una Serbia tan metida atrás, tan ametrallada, tan exigida. Los visitantes apenas dejaban las inmediaciones de su área. Tras una de esas salidas frustradas, Rafa Silva dirigió la contra y lanzó a Cristiano para que corriera un balón por la banda izquierda. El hombre aceleraba hacia la pelota cuando se frenó en seco.
Cristiano alzó el pie derecho para evitar el apoyo, caminó a la pata coja, se giró hacia el banquillo, pidió el cambio inmediatamente y se sentó en la hierba fuera de la raya lateral para que lo atendieran sin perder tiempo. Como si supiera sin dudarlo que estaba roto.
Resulta extraño ver a Cristiano sufrir una rotura muscular en pleno partido. Hay que remontarse a abril de 2014, a la ida de las semifinales de la Champions que el Madrid disputó contra el Dortmund, para registrar el último percance muscular que le sacó del campo de juego. Si los médicos confirman esta lesión, el goleador permanecerá de baja entre 10 y 20 días. Este periodo, de rigor protocolario mínimo en la cura de heridas musculares en la parte posterior del muslo, compromete seriamente su participación en los cuartos de la Champions con la Juventus. El equipo italiano disputará la ida contra el Ajax en Amsterdam, el 10 de abril, y la vuelta en Turín el 16.
Despojada de su estrella, la selección portuguesa atacó sin pausa, quizás con precipitación, liderada por un Bernardo Silva que no siempre pudo aplacar la ansiedad de sus colegas, desencajados con las decisiones del juez Szymon Marciniak. Si el partido se hubiera disputado bajo la supervisión del VAR, Portugal habría podido ganarlo con holgura. El árbitro no vio penalti en un derribo aparatoso de Bernardo Silva en el área, sobre el minuto 35. Tampoco señaló penalti en el minuto 72, cuando Rukavina paró con la mano un cabezazo de André Silva.
El 1-1, consecuencia de un remate desde fuera del área del mediocentro Danilo Pereira, no alivió el desasosiego de la hinchada. El equipo ha desperdiciado la doble ventaja de campo que le deparó el calendario de la clasificación. Apenas suma dos puntos de seis tras empatar a cero contra Ucrania en la primera jornada del Grupo B, que también se disputó en el Estadio da Luz.
Entre otros partidos de la jornada destacaron el de Inglaterra y el de Francia, respectivamente 4º y 1º clasificado en el último Mundial. Los ingleses golearon a Montenegro en Pogdorica (1-5) y Francia aplastó a Islandia en París (4-0) con Umtiti como protagonista en el primer tanto.