* Un sacerdote colombiano y otro venezolano manifestaron pena por el papel que jugaron algunos obispos a favor del derrocamiento del gobierno de Daniel Ortega.
Las muestras de hermandad y solidaridad con Nicaragua se multiplican hoy en varias regiones del mundo, mientras la nación centroamericana avanza en el restablecimiento de la paz y seguridad, tras un fallido golpe de Estado.
Mensajes de apoyo al pueblo y gobierno nicaragüenses llegaron desde El Salvador, donde niños y adultos rechazaron la asonada orquestada y financiada por la derecha y grupos políticos externos, según denuncias del Ejecutivo.
Los salvadoreños también expresaron su sentir en carteles que aluden a #SeptiembreVictorioso, mes en el cual los nicaragüenses celebran la recuperación de la paz y el aniversario 197 de la independencia de Centroamérica del dominio colonial español.
Aristas venezolano expresaron su respaldo al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en pancartas con frases como Nicaragua quiere paz, según muestran imágenes publicadas por el medio.
En Bogotá, Colombia se realizó una reunión con grupos de solidaridad, en la que se expuso a través de videos los asesinatos, torturas, secuestros y destrucción que sufrió el pueblo sandinista entre abril y julio, como resultado de la intentona.
Un sacerdote colombiano y otro venezolano manifestaron pena por el papel que jugaron algunos obispos a favor del derrocamiento del gobierno de Daniel Ortega.
Por otra parte, el Partido de los Trabajadores de Bélgica también compartió sus deseos de paz y justicia para las víctimas del terrorismo golpista, llamado al que se sumó un grupo de ciudadanos en Londres, Reino Unido.
Amigos de Nicaragua en diversas partes del mundo abogan por la ruta de reconciliación y diálogo para superar la crisis que atraviesa la nación hace casi cinco meses, con saldo de 198 muertos. Según observadores, el apoyo internacional aumenta en la medida en que se desmantela la campaña de desinformación y manipulación de la oposición, mientras el FSLN apuesta por la ruta del reencuentro, el entendimiento entre los pobladores como única alternativa posible para consolidar la paz en el país.