Cuando la verdad es una palabra hueca

NICALEAKS

Un reportaje escrito por participantes en el frustrado golpe de Estado de 2018, un cooperador necesario con nombre ruso y un medio de comunicación gringo, The New York Times, que como es habitual cuando intenta justificar las agresiones de su gobierno contra países soberanos, se da con la piedra en los dientes.

The truth is essential (La verdad es esencial), es quizás el “pilar” del periodismo que pretende esgrimir The New York Times como parte de su quehacer diario, pero no lo logra. Al igual que la inmensa mayoría de medios norteamericanos, su leit motiv es ayudar a perpetuar los privilegios de la clase dominante a la que pertenecen sus propietarios.

Una experiodista de La Prensa y uno de un canal televisivo, son los reporteros íntimamente comprometidos con el sangriento golpe de Estado de 2018, acompañados por Anatoly Kurmanaev, corresponsal en México del diario gringo que les abrió sus páginas y su web.

Empiezan victimizando a Medardo Mairena, el golpista que asesinó a varios policías en Morrito y que de la noche a la mañana decidió que quería ser candidato a presidente, aunque ningún partido llegó a postularlo.

El gran temor de Mairena, un sujeto con amplio historial delictivo desde que traficaba personas desde Nicaragua a Costa Rica y viceversa, estafando a muchas de ellas desde su papel de “coyote”, es el mismo de todos los delincuentes: se desvelaba pensando en el momento en que las autoridades nicaragüenses llegarían a detenerlo.

Según los reporteros golpistas “adoptados” por el NYT, “Mairena observó cómo ‘desaparecían’ otros líderes de la oposición”. ¿Le consta a este periódico gringo que en Nicaragua existe algún desaparecido?

Siguen diciendo que “La cruzada de este último (el presidente Daniel Ortega) por asegurarse un cuarto periodo, sumergió a la nación centroamericana en un estado de temor generalizado”. Invitamos a los del NYT a venir a Nicaragua y que se den una vuelta por el Paseo Salvador Allende, los centros comerciales, los parques, los bares, los mercados, etc., para que se den cuenta del horrible “temor” que vive nuestra alegre ciudadanía.

Es obvio que los periodistas que apoyaron el golpe vean oscuro su futuro después de todas las expectativas que tuvieron de cargos públicos y enormes salarios, incluso mayores que los recibidos para que apoyaran la violenta y sangrienta aventura. Muchos de ellos huyeron del país sin que nadie los persiguiera porque sabían que habían delinquido gravemente.

Ahora no les queda otra que aferrarse a la idea primaria de derrocar al gobierno del presidente Daniel Ortega a como sea y al precio que sea, incluyendo una devastadora invasión del imperio que continúa financiándolos.

Y para lograr sus propósitos “se limpian” con el presunto precepto del New York Times de “The truth is essential”, por supuesto que con la venia de los que les sirven de papel sanitario.

La nota que vimos por casualidad en el diario gringo está plagada de falsedades, similares a las utilizadas para enardecer a los antisociales que levantaron centenares de tranques en todo el país durante el periodo funesto del intento de golpe de Estado.

Como lo que dicen sobre el encarcelamiento de los cabecillas y algunos de los cómplices del episodio golpista, sin mencionar que violentaron reiterada y gravemente varias leyes que sancionan el terrorismo y las actitudes vendepatria al hacer llamados a países extranjeros a que sancionen, invadan y agredan a la patria de todos los nicaragüenses.

El temor de los golpistas es el mismo que sienten los ladrones, asesinos fugitivos, violadores, carteristas, etc., cuando ven una patrulla de la Policía Nacional. Los antisociales también sienten que viven en un “estado policial” que los vigila y está pendiente de sus acciones en contra de la población indefensa como la que sufrió los embates de los pandilleros y demás lumpens en 2018.

Estos plumíferos de nuevo cuño hacen suyas las afirmaciones de la derecha opositora, incluyendo a sus patrones locales del MRS, Iglesia Católica, Cosep y demás, que pretendiendo desmoralizar al sandinismo, señalan que la Nicaragua actual es más represiva que la dictadura de Anastasio Somoza.

Los asalariados del imperio del norte no tienen idea de lo que significó la estirpe sangrienta para el pueblo de Nicaragua, cuyas víctimas mortales se cuentan en decenas de miles.

Y si en realidad temen a los gobiernos criminales, ¿cómo se las arreglaron con su conciencia para recibir gozosos dinero ensangrentado del país más asesino de la historia humana, culpable de millones y millones de muertes inocentes en sus constantes guerras contra los que declaran como sus enemigos?

Es largo el reportaje escrito a seis manos, como extenso es el cúmulo de mentiras que alberga. Nos detendremos en una última: “Tras 14 años en el poder, Ortega, impopular y cada vez más aislado de la sociedad nicaragüense en su residencia privada…”.

¿Impopular? Ni los mismos gringos se atreven a contradecir el resultado de las encuestas que sitúan al comandante Daniel Ortega con más del 62% de intención de votos, y con una popularidad creciente cada día.

Esto es solo una muestra de lo que publican a diario los medios de comunicación gringos, europeos y latinoamericanos alineados y subordinados a la política –y sobre todo el dinero- del gobierno norteamericano. “The truth is essential” es hoy, más que nunca, una frase hueca.

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