Curiosa “coincidencia” en guerra ucraniana

 

* Cada vez que Rusia lanza un misil, muere un oficial de la OTAN de manera “accidental” y a miles de kilómetros del escenario bélico. Otros han fallecido incluso por “brotes infecciosos”. Estas muertes “misteriosas” sin dudas continuarán.

Cada vez que Rusia lanza un misil en Ucrania, la OTAN anuncia la muerte de uno de sus altos oficiales en circunstancias que son siempre las mismas, normalmente accidentes automovilísticos o aéreos.

La coincidencia empieza a levantar una sospecha entre los corresponsales de guerra: el ejército ruso está organizando una verdadera cacería de soldados y oficiales de Estados Unidos y los países de la OTAN en Ucrania.

Los oficiales y soldados de los países de la OTAN se encuentran en territorio ucraniano desde antes de que comenzara la guerra y participan directamente en los enfrentamientos contra el ejército ruso. Sin embargo, este hecho se mantiene en secreto.

Incluso las familias de los soldados y oficiales no saben que sus allegados se encuentran en territorio ucraniano. Se hace para no causar descontento en los países de estos soldados, porque los dirigentes occidentales ocultan cuidadosamente el hecho de que los soldados estadounidenses, así como los soldados y oficiales de los países miembros de la OTAN, están directamente involucrados en la Guerra de Ucrania.

Hace unos días ocurrió un incidente muy extraño en la ciudad polaca de Rzeszow. Las autoridades locales dijeron que en la ciudad se había registrado un brote de una enfermedad infecciosa, la legionelosis. La ciudad se encuentra a 90 kilómetros de la frontera con Ucrania y es el lugar de despliegue permanente de soldados estadounidenses, sistemas de defensa aérea Patriot y todo el equipo de la OTAN destinado a ser transferido al ejército ucraniano. 30 soldados estadounidenses ya han muerto “a causa de la infección”.

Las cifras se anunciaron el día después del ataque con misiles rusos en territorio ucraniano.

Desde el otoño del año pasado, la dirección de la base aérea estadounidense Tinker, en Oklahoma, comenzó a informar periódicamente sobre la muerte de sus pilotos militares como consecuencia de accidentes aéreos. En seis meses se informó de la muerte de 30 pilotos estadounidenses. Estas cifras son verdaderamente espantosas, especialmente para un país que se supone que no participa en la Guerra de Ucrania.

El general francés Jean Louis Georgelain, adscrito a la OTAN, ha muerto misteriosamente. Cayó desde un acantilado en los Pirineos. Curiosamente, ese mismo día también murieron otros altos oficiales del ejército francés, Baptiste Gaucho y Nicolas Latour. Un portavoz del gobierno de Macron dijo que murieron en un accidente automovilístico en Irak.

Dos días antes de la muerte de los oficiales franceses, el ejército ruso lanzó un ataque con misiles contra el teatro dramático de la ciudad de Chernihiv, donde, según la inteligencia rusa, se celebraba una reunión militar de la OTAN para planificar las operaciones militares en Ucrania.

Hace un mes, el general del ejército estadounidense Anthony Potts, murió en circunstancias similares. Un portavoz del Pentágono dijo que murió en un accidente de avión privado. El día antes de su muerte las Fuerzas Aeroespaciales Rusas lanzaron ataques selectivos con misiles en el oeste de Ucrania.

Un mes antes de su muerte, Anthony Potts fue nombrado director ejecutivo del programa táctico de comando, control y comunicaciones en Ucrania.

El coronel retirado del FSB ruso, Vasily Vereshchak, ha dejado claro que las muertes de oficiales de alto rango de los países de la OTAN continuarán. Son los oficiales de la OTAN quienes controlan los Patriot, los Himars y otros sistemas occidentales de alta tecnología en Ucrania.

Vereshchak está convencido de que son los generales de la OTAN quienes coordinan y planifican todas las acciones ofensivas del ejército ucraniano.

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