De armas, armamentos y declives políticos

El sofisticado caza polivalente chino J-10, ha resultado superior a sus rivales occidentales.

 

Augusto Zamora Rodríguez

Hemos estado dejando, adrede, las noticias, sin dar mayores explicaciones, para dejar que palinuros y atlántidas pusieran a trabajar sus poderosas neuronas y sacaran filo de las noticias, tomadas de la revista Military Watch (MW), que es lo más serio que puede encontrarse sobre estos temas. Ahora tomamos otras dos noticias de la misma revista, pero que irán dentro de unos breves comentarios, para que no haya sospecha de haraganería en estos pagos.

La primera noticia a reseñar es la decisión de Indonesia, de adquirir 42 aviones de combate J-10C de cuarta generación, de fabricación china. La apuesta inicial de Indonesia había sido la compra de 11 aviones de combate rusos Su-35S, con un acuerdo complementario para adquirir más cazabombarderos para equipar varios escuadrones. La compra inicial era por valor de 1.100 millones de dólares. EEUU intervino drásticamente y, en 2024, Indonesia renunció a adquirir los aviones rusos, a causa de las amenazas de EEUU de imponer sanciones económicas al país. El gobierno de Yakarta reaccionó en negativo y una de sus medidas fue reducir su dependencia de los sistemas de pago occidentales. MW comenta que “Si Estados Unidos no hubiera amenazado con sancionar a Indonesia, es probable que este país hubiera adquirido el Su-35, y potencialmente el Su-57…, lo que habría reducido el margen de maniobra de su flota para la adquisición de J-10”.

Agrega MW que, para EEUU, “las consecuencias de sus amenazas de sanciones han sido, sin duda, muy perjudiciales. El acuerdo sobre el J-10C es significativamente mayor que el planificado para el Su-35, lo que significa que se destinará una cantidad considerablemente mayor de financiación a los sectores de defensa de los adversarios del bloque occidental de lo que se habría recibido en otras circunstancias. La alianza estratégica de China con Indonesia también es significativamente más sólida que la de Rusia, y el fortalecimiento de esta alianza supone un mayor desafío para los intereses occidentales de minimizar la influencia de sus adversarios en el país más grande del Sudeste Asiático“.

Vamos a otra noticia, también de MW. El Ministerio de Defensa de la India está en conversaciones con Rusia para la adquisición de misiles tierra-aire por valor de 1.100 millones de dólares, para sus sistemas de defensa aérea S-400, suministrados por Rusia.

“Los medios de comunicación locales -dice MW- han informado de que el alto rendimiento demostrado por el sistema S-400 durante los enfrentamientos con las fuerzas pakistaníes a principios de mayo es un factor clave que ha impulsado a la Fuerza Aérea a aumentar su inversión en estos sistemas. Fuentes indias atribuyen a los batallones del S-400 el derribo de cinco o seis aviones de combate pakistaníes y un avión de apoyo de gran tamaño, probablemente un sistema de alerta temprana y control. La India es el único operador extranjero del S-400 que se sabe que lo ha probado en combate”.

Como recordarán, en el último duelo aéreo entre India y Paquistán, se enfrentaron, por parte india, aviones franceses Rafale y, por parte paquistaní, aviones J-10C, con clara superioridad de los cazabombarderos chinos sobre los franceses, con el resultado de varios Rafale derribados (el número exacto es secreto militar, pero están entre dos y cinco). Como una cuestión es la propaganda y otra la realidad, puestos en combate, la tecnología china resultó superior a la francesa. Tomando en cuenta que los Rafale son lo mejor que produce la Europa atlantista en cazabombarderos, la conclusión a llegar es fácil. Los Rafale son inferiores. Por el contrario, los sistemas S-400 rusos demostraron una altísima efectividad, razón por la cual, en el presente, India quiere adquirir más sistemas y muchísimos más misiles.

Si sumamos estos dos hechos a otros anteriores, citando, en primer término, el fracaso del sistema antimisiles estrella de EEUU, los ya no afamados Patriot, cuya efectividad ante los misiles rusos se ha reducido a un 6% (confesión hecha por militares ucranianos) y que los ya no temidos tanques M-1 Abrams han sido retirados en masa del campo de batalla, siguiendo el camino de los Leopard alemanes, es inevitable llegar a otra conclusión, similar a la anterior: los mejores sistemas militares de la OTAN, en el campo de batalla, han resultado un fiasco enfrentados a armamentos rusos y chinos.

Un fiasco de consecuencias graves, pues hablamos de los sistemas y plataformas más avanzados de la organización atlantista.

El intercambio de misiles entre Israel e Irán dejó resultados similares. Irán, sin emplear lo más avanzado de sus misiles, penetró como un queso gruyere el cacareado escudo antimisiles de Israel, al punto que tuvo que pedir cacao y solicitar a EEUU intervenir para detener la lluvia de misiles iraníes. En Israel se encuentran los únicos sistemas THAAD cedidos por EEUU a un país en guerra (los hay también en Arabia Saudita y EAU). Los THAAD son los más avanzados sistemas antimisiles de EEUU. Al respecto, MW comentó el 25 de julio pasado:

“El Ejército de EEUU gastó más de 150 interceptores de misiles antibalísticos Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) sistema de defensa aérea de largo alcance para interceptar ataques con misiles balísticos iraníes durante 11 días de hostilidades entre Irán e Israel del 13 al 24 de junio, superando con creces las estimaciones previas de la cantidad de interceptores utilizados. Esto representó más del 25 por ciento del arsenal total del Ejército desplegado en todo el mundo, lo que generó serias preocupaciones con respecto a la capacidad de las defensas aéreas estadounidenses para resistir bombardeos sostenidos en teatros de operaciones en gran parte del mundo. Con cada lanzamiento de interceptor THAAD que cuesta $ 15,5 millones, se estima que la defensa del espacio aéreo israelí utilizando estos sistemas ha costado más de $ 2.35 mil millones. Junto con THAAD, la tasa de agotamiento de los misiles antibalísticos SM-3 y SM-6 por parte de la Armada de los EE. UU. para apoyar aún más los esfuerzos de defensa aérea israelí también fue tremenda, lo que causó preocupaciones similares para el propio arsenal antimisiles del servicio.”

Ahí no quedó el tema. El sistema THAAD, además de ser costosísimo y escaso, fue incapaz de interceptar buena parte de los misiles iraníes. Es decir, la relación costo/efectividad fue más bien pobre. Nuevamente no hablamos de propaganda, sino de resultados concretos.

Ahora, mis Atlántidas y palinuros, saquen sus propias conclusiones sobre lo que pasaría en un enfrentamiento general entre la alianza ruso-china y la alianza atlantista. No contada por Hollywood, sino sacadas de los campos de batalla antes reseñados.

Hay, por otra parte, otra cuestión evidente. EEUU presionó a Indonesia contra Rusia e Indonesia optó por China. Algo similar ocurrió con Egipto, que se vio obligado a renunciar a cazabombarderos rusos por presión de EEUU y… optó por los chinos. Como ese juego de infancia en Nicaragua. Si te corres, te tiro, si te paras, te mato. Por ahí anda EEUU, en su decadencia. Haga lo que haga, salvo en el gallinero europeo, termina perdiendo.