De victoria en victoria, el sandinismo sigue haciendo historia

Carlos Fonseca Terán

En estos días circula en el mundo una noticia inusual: la red social en la que escribo esto (cuyos nombres, el antiguo y el nuevo, evito mencionar para ver si así logro evadir la censura), en su momento de mayor desprestigio por toda una serie de prácticas poco éticas, como el uso mercantil y abusivo de los datos proporcionados por sus usuarios, emprende una operación sin precedentes a gran escala, cerrando una enorme cantidad de cuentas de militantes del sandinismo, fuerza política de izquierda antisistema que ejerce un gobierno opuesto a los intereses hegemónicos a nivel mundial, en un pequeño país llamado Nicaragua.

La red social en cuestión justifica su operación diciendo que las cuentas cerradas son falsas, y presenta la acción como si se tratara de una autoridad mundial llevando a cabo una redada contra el crimen organizado o algo parecido.

Para nadie es un secreto que cualquier usuario de esta o cualquier otra red social puede crear varias cuentas, y es un hecho obvio (aunque invisibilizado mediáticamente) que esta posibilidad técnica ha sido usada por fuerzas de derecha manejadas por los intereses de las potencias imperialistas, para la creación masiva de cuentas falsas (conocidas como “troles”) y el uso de ellas para crear la falsa imagen de un consenso mayoritario en contra de gobiernos que no son afines a los intereses de esas grandes potencias.

Para ello utilizan estos métodos para desestabilizar a los países gobernados por fuerzas políticas que no responden a esos intereses, a lo cual estas potencias destinan grandes cantidades de recursos a través de agencias presentadas como promotoras de derechos humanos y libertad de expresión, entre otras fachadas.

Esto quedó en evidencia en abril de 2018 en Nicaragua, pero obviamente, no por la presencia masiva del sandinismo en las redes sociales (entonces inexistente), sino todo lo contrario, por la presencia abrumadora de troles antisandinistas, y este mismo fenómeno se ha visto en todos los intentos de derrocamiento (fallidos en unos casos, exitosos en otros) de gobiernos progresistas, de izquierda o simplemente no alineados con los intereses del sistema a nivel mundial.

Muchas fuerzas de derecha en el mundo tienen pues, desde hace años, evidente presencia organizada en las redes sociales a través del uso masivo de troles, lo que les ha ayudado a derrocar gobiernos y ganar elecciones, pero ninguna red social ni empresa alguna hasta ahora había emprendido nunca una acción sistemática de clausura masiva de cuentas, presentada como una operación “antitroles”.

Qué extraña casualidad, esto sólo ocurre cuando por primera vez, una fuerza política de izquierda (el sandinismo), en rebeldía contra el sistema, realiza la hazaña de convertirse en una fuerza comunicacional a nivel virtual, posicionándose en las redes sociales, pero, además, la operación contra la presencia sandinista en las redes se da a menos de una semana de la realización de las elecciones en Nicaragua. Otra extraña casualidad.

Lo dicho es una muestra fehaciente de lo falsa que es la “libertad de expresión” en la democracia occidental, pero además pone en evidencia el plan golpista orquestado por el imperialismo norteamericano y europeo contra la Revolución Sandinista, aplicado fallidamente en 2018 y retomado en torno a las elecciones del 7 de noviembre de 2021, pero desarticulado mediante la aplicación de las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional en defensa de la soberanía y la autodeterminación de Nicaragua.

La efectividad de la presencia sandinista en las redes sociales no desaparecerá por esta operación virtual del sistema, sino que por el contrario, aumentará y se convertirá tarde o temprano en presencia de la izquierda continental y mundial en la realidad virtual y en la realidad social e histórica de Nuestra América y del mundo.

Del mismo modo que creció la solidez revolucionaria del sandinismo a raíz del intento de golpe de Estado en 2018, porque la presencia sandinista organizada, virtual y real, en las redes y en las calles, en la conciencia popular, en las familias, barrios y comunidades, en espacios institucionales, no es un hecho coyuntural, sino expresión de la capacidad política y organizativa del sandinismo como fuerza impulsora de una de las revoluciones que más han aportado a la lucha de los pueblos y que más han hecho avanzar la historia.

La revolución sandinista es expresión también de la solidez de una vanguardia revolucionaria que este año cumple sesenta años de existencia, durante los cuales se ha forjado en el espíritu de lucha del que sólo están hechas las fuerzas revolucionarias organizadas que han sido y son capaces de cambiar el mundo.

Así lo ha demostrado serlo siempre y lo sigue demostrando el Frente Sandinista de Liberación Nacional, lo que será ratificado una vez más este 7 de noviembre por la bendición divina del voto popular a favor del comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo, fieles y dignos exponentes de esa historia de lucha que seguimos haciendo, de victoria en victoria.

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