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Madrid.- La derecha española cargó duramente contra planes de Pedro Sánchez para formar un Gobierno de coalición junto a la formación izquierdista Unidas Podemos, un Ejecutivo que a ojos de los conservadores estará integrado por «radicales» cuya gestión quedará condicionada por la influencia de «separatistas» que quieren «romper España».
El líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, aseguró este 4 de enero durante el debate previo a la votación de la investidura que Sánchez planea formar «un Gobierno contra el Estado».
En concreto, el líder de la primera fuerza de la oposición dijo que Sánchez formará «el Ejecutivo más radical de nuestra historia democrática, con comunistas, asesores de dictadores bananeros (…) y separatistas».
Está previsto que Sánchez sea investido el próximo 7 de enero tras conseguir que los independentistas catalanes de ERC garantizaran la abstención de sus 13 diputados, que permiten al candidato aunar una mayoría simple en favor de su candidatura.
ERC garantizó su abstención tras lo cual el PSOE de Sánchez se compromete a formar una mesa de negociación «bilateral» entre representantes del Gobierno autonómico de Cataluña y del futuro Gobierno de España para buscar «soluciones democráticas» al conflicto territorial.
De esa mesa, en la que las partes podrán proponer cualquier tipo de solución —desde una reforma del Estatuto catalán a un referéndum de autodeterminación, sin cortapisas— se espera que salga una propuesta política que obligatoriamente será sometida una consulta ante la ciudadanía de Cataluña.
«El pacto con ERC rompe la soberanía nacional», dijo Pablo Casado durante el debate de investidura.
Además, el líder del PP cargó contra la política económica contenida en el programa de Gobierno de Sánchez, que entre otras cosas propone una subida de impuestos a las rentas más altas, la derogación de la reforma laboral del conservador Mariano Rajoy o un aumento del gasto social.
Casado manifestó sus dudas de que Sánchez pueda llevar a cabo su programa en el marco de la Unión Europea, que recientemente pidió recortes estructurales a España.
«¿Cómo va a cumplir con los 7.000 millones de euros que la Unión Europea le pide que recorte en gasto público? ¿A quién miente? ¿A la unión europea o a todos?», se preguntó Casado durante el debate.
En su turno de réplica, Sánchez reprochó a Casado sus críticas afirmando que el PSOE no tiene otra alternativa que pactar con Unidos Podemos y con ERC porque el Partido Popular se negó de forma sistemática a apoyar su investidura.
«Si el panorama es tan terrible, ¿por qué no se abstienen?», dijo el candidato a la investidura.
Asimismo, Sánchez utilizó su turno de palabra para defender que su pacto con ERC ofrece una oportunidad para buscar soluciones al enquistado problema catalán sin que, al menos a su modo de ver, haya ningún riesgo de que España vaya a romperse por ello.
«Ustedes están siempre alertando sobre el fin de España, pero nunca llega», bromeó Sánchez antes de añadir que con su investidura «no se va a romper España ni la constitución» sino que «se va a romper el bloqueo al Gobierno tras dos elecciones generales».
«No estamos ante el apocalipsis, ni ante la víspera del fin de España, ni ante el fin del mundo», apostilló.
Los líderes de los dos principales partidos políticos del país protagonizaron un debate muy tosco, plagado de descalificaciones personales y referencias a los casos de corrupción que constan el historial de ambas formaciones.
El tono del debate, en el que apenas se habló de propuestas políticas, anticipa una oposición feroz por parte de los conservadores, algo que confirmó el propio Casado.
«España no se merece un presidente como usted, pero tendrá una oposición firme e inflexible contra el atropello que usted pretende perpetrar», dijo Casado, que amenazó con oponerse a la gestión de Sánchez en tanto en el Congreso como en la calle e incluso, de ser necesario, en los tribunales.
Críticas de la ultraderecha
El líder del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, ve una traición en el proyecto de Gobierno del socialista Pedro Sánchez con Unidas Podemos y en los acuerdos para su investidura pactados con varias fuerzas progresistas y nacionalistas de España.
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«Votaremos no a esta investidura clandestina, a esta traición navideña, a esta emboscada a la Constitución que hoy se está perpetrando en las Cortes», aseveró Abascal en el comienzo de su intervención, que estuvo marcada por un fuerte rechazo a las negociaciones del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con las distintas fuerzas políticas para garantizar la investidura.
En este sentido, el líder de Vox afeó durante el debate previo a la votación de la investidura en el Congreso de los diputados los «actos de traición permanente» de Pedro Sánchez en su proceso para lograr los apoyos necesarios para formar Gobierno.
«Nos prometió que no pactaría con los populistas, con los comunistas, porque eso conduce a la pobreza y a las cartillas de razonamiento. Nos dijo que prohibiría los referéndums ilegales y que no pactaría con los independentistas», criticó en este sentido Abascal.
En un discurso en el que no faltaron expletivos, Abascal tildó a Sánchez de «un fraude, un mentiroso, un estafador y un personaje sin escrúpulos, un villano de cómic» y le acusó de haber forjado «una traición al conjunto de españoles» con sus acuerdos para formar Gobierno.
En su intervención, el dirigente de Vox arremetió contra cada uno de los grupos parlamentarios que pactaron con el PSOE, aunque la mayor acometida fue contra los independentistas catalanes de Esquerra Republicana (ERC).
Frente a un Gobierno que predice como «anticonstitucional», el líder de la ultraderecha española prometió actuar como un «dique de contención» desde sus 52 escaños en el Congreso y hacer una «oposición leal al pueblo español y frontal al Gobierno».
Abascal zanjó su intervención prometiendo que Vox «perseguirá en los tribunales» todos «los atropellos a las instituciones democráticas» y a aquellos «dispuestos a traicionar la soberanía del pueblo Español», en relación también al presidente de Cataluña, Quim Torra, de quien dijo que debería estar encarcelado.
Aunque el grueso de sus críticas estuvieron dirigidas al resto de formaciones políticas, el dirigente de Vox también utilizó sus minutos para posicionarse en contra de varios de los puntos del programa del PSOE, en concreto los referentes a medidas en materia de ideología de género o el cambio climático, además de las destinadas al desarrollo de las comunidades autónomas.
A esto, durante los turnos de réplica, Sánchez dijo sobre la formación que encabeza Abascal que permanece «anclada en el pasado» y en la defensa de «valores rancios y prejuicios» que «la sociedad española ha ido arrinconando».
En su contestación, el candidato a la investidura pidió levantar un «cordón sanitario» en torno a la ultraderecha para evitar que ideas como el «machismo», la «homofobia» o el «racismo» puedan extenderse.
También respondió a las duras críticas contra la mayoría formada con los partidos minoritarios defendiendo que «la composición de los parlamentarios» en el Congreso fue elegida «por los españoles con su voto».
«Ustedes hablan mucho de hacer a España grande, y escuchándole a usted y a su bancada lo que es evidente es que España le queda grande», señaló Sánchez, y terminó su réplica asegurando que «la democracia española es tan grande» que en ella incluso cabe la ultraderecha de Vox.