Una plática con mucho de burlesque. El estafador Gerardo Sánchez y el púbero Kevin Olivar tratando de entenderse, pese a la diferencia de edades, aunque vale decir que los acerca la similitud del pensamiento parvulario de ambos.
Más que una charla de “conspiración virtual”, parecía un diálogo de sordos en el que se decían solo majaderías, como el “informe” que le hace Kevin en torno a un amigo que está hablando mal de él, mientras que al adulto solo le preocupa que el otro no pueda escuchar la radio.
El odio que acumula este adolescente es más grande que su edad, pero el falso guerrillero no hace nada por encauzarlo, por el contrario, ve en él a un posible
“kamikaze” que le podría servir más adelante.
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