El próximo mes de abril los chilenos están convocados a un plebiscito, donde deberán decidir si quieren reformar la Constitución y el mecanismo para hacerlo.
Este lunes se cumple un mes desde que los chilenos comenzaron las fuertes manifestaciones contra el Gobierno del presidente Sebastián Piñera —aunque hubo acciones de protestas desde el 14 de octubre—, y los ciudadanos han salido a las calles en un nuevo ‘superlunes’ de protestas.
La principal concentración, en Santiago, se ha realizado en la emblemática Plaza Italia, que los manifestantes han bautizado como la Plaza de la Dignidad, y en la cercana avenida Libertador General Bernardo O’Higgins, más conocida como Alameda.
Este es el segundo ‘superlunes’ de protestas, tras el realizado el pasado 5 de noviembre.
Además de las concentraciones, la Coordinadora por la Asamblea Constituyente de la Universidad de Chile invitó a organizaciones vecinales, sindicales, barriales, medioambientales, estudiantiles, entre otras, para tratar el tema de la convocatoria a un proceso constituyente en el país.
También se ha llamado a realizar un cacerolazo nacional para las 21:00 horas (local).
Manifestaciones todo el día
Aunque las concentraciones fueron convocadas para las 17:00 horas (hora local), en muchas ciudades y barrios comenzaron a manifestar desde horas de la mañana.
En Maipú, una comuna de Santiago, estudiantes secundarios, como parte de las protestas, se tomaron las dependencias de la Corporación de Educación. Además, armaron barricadas y trancaron algunas avenidas principales.
También, en la comuna capitalina de Puente Alto, cientos de manifestantes se concentraron en la plaza principal de la zona. Ante el creciente número de descontentos, la estación del Metro de Santiago de esa localidad cerró sus puertas.
De las protestas al proceso constituyente
Las manifestaciones en Chile comenzaron contra el alza del precio del pasaje del Metro de Santiago. El presidente Piñera reculó y canceló la medida; sin embargo, ya se había registrado un despertar mayor en la población.
La ciudadanía ha sacado a relucir viejas demandas, como la gratuidad en la educación, mejoras en la distribución de pensiones y aumentos salariales, sumado al acceso a derechos básicos, como la salud y la vivienda digna.
También han pedido la convocatoria de una asamblea constituyente y la redacción de una nueva Constitución.
Sobre esta demanda, el Congreso alcanzó un histórico acuerdo para someter a referéndum la posibilidad de realizar una nueva Constitución que reemplace a la actual norma, proclamada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Por ello, para abril los chilenos están convocados a un plebiscito, donde deberán decidir si quieren reformar la Constitución y el mecanismo para hacerlo. Todo el proceso para tener la nueva Carta Magna llevará hasta finales de 2021, cuando se someta a un proceso de ratificación el nuevo texto.