¿Don Jaime envió pornografía a sus familiares?

El director de La Prensa, don Jaime Chamorro Cardenal, se sintió obligado a pedir “perdón” a Los Argeñales después de haber enviado una fotografía a todos sus familiares, con motivo de las fiestas navideñas, la cual fue considerada como pornográfica y le generó un vendaval de reproches, señalamientos y cuestionamientos que terminaron en un intenso debate religioso – moral.

 

Una de las cosas más curiosas de éste episodio, es que –según documentos enviados por personas vinculadas al diario La Prensa- don Jaime pidió perdón, obligado por la presión, pero sin reconocer de que había cometido un error al enviar esa fotografía a sus familiares más cercanos.

De que quién sale en la foto, de eso quizás hablaremos otro día. Esta vez les vamos a mostrar uno de los fuertes reclamos que recibió don Jaime por parte de su cuñado, Elías Argeñal, así como los argumentos filosóficos y religiosos de don Jaime, sobre lo que él considera pornografía.

 

De: Elias Argenal [mailto:[email protected]]
Enviado el: Lunes, 10 de Diciembre de 2007 09:06 p.m.
Para: [email protected]
Asunto: Re: Feliz Navidad

Jaime:
Tu reaccion humilde de reconocer un error fue inmediata, te felicito…!
Aun me queda un mal sabor…, pues por lo que decis en tu correo puedo ver
que no estas totalmente claro de lo GRAVE de tu accion cuando decis «si se
sintieron ofendidos les pido perdon».
Tu correo NO FUE OFENSIVO…, fue inmoral (a como vos decis abajo) y contra
todo espiritu del Amor de Dios al Hombre (Art. 2354 del Catecismo).
Aun no queres renunciar al Placer de mirar y ademas no lo consideras en
contra de la pureza (Art. 2520; 2521; 2526).
No te estoy juzgando, yo soy hecho de la misma madera tuya y vos lo sabes
muy bien.
Como hermano menor, me siento en la obligacion amorosa de corregirte.
Tu hermano,
Elias
PD: Por la llamada que me hizo la Hilda, me huelo que ya lo sabe, no se
como.

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Para

Elías:

Te agradezco tu mensaje, pero quisiera hacer algunas consideraciones, aunque ya me excusé y pedí perdón, pero este mensaje lo recibí después de pedir perdón. Tu mensaje  me motivó a escribirte estas líneas de reflexión, quisas para reflexionar yo mismo, de por que mandé esa foto, mi formación temprana tiene muchas contradicciones con mi forma de pensar actual, mejor dicho con la escala de valores que hoy rigen mi vida, es posible que en muchas cosas esté equivocado, por lo que siempre trato de pedir perdón al Señor y a mis prójimos cuando puedo y más que todo servir a los demás.

Primero que todo creo que exageraste un poco, en lo que dice el Catecismo en su numeral 2354 que tu citas en tu mensaje, el numeral se refiere  a  pornografía y que según la misma definición del Catecismo no es lo que yo mandé, Felipe mi hijo y María Juncadella lo llamaron  pornografía, te cito textualmente el Catecismo:

2354 La Pornografía consiste en dar a conocer actos sexuales, reales o
simulados, puesto que queda fuera de la intimidad de los protagonistas,
exhibiéndolos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la
castidad porque desnaturaliza la finalidad del acto sexual. Atenta
gravemente a la dignidad de quienes se dedican a ella (actores,
comerciantes, público) pues cada uno viene a ser para otro objeto de un
placer rudimentario y de una ganancia ilícita. Introduce a unos y a otros
en la ilusión de un mundo ficticio. Es una falta grave. Las autoridades
civiles deben impedir la producción y la distribución de material

pornográfico.

 De todas maneras esto solo es una aclaración  de tu cita y para Felipe y María, que dijeron que lo que recibieron era pornografía, si vos me autorizas a enviarles a ellos esta reflexión,lo haría, pero aclarando antes que bajo ningún punto estoy tratando de justificar lo que hice impulsivamente, el hecho de que dije que le pedía perdón a los que se sintieron ofendidos es un decir ya que si no te ofendí – ¿Por qué me pide perdón? –  Pensarán los que recibieron esa nota, a mi pesar, la enorme mayoría  no se sintió ofendida, solo vos, Felipe, Angelita  y María Juncadella, estoy orgulloso de ti y de ellos y me gustaría si te parece compartir estos pensamientos con los tres.

Te cuento que empecé a reflexionar y escribir hace mucho tiempo, pero el hecho que pareciera que estaba justificando me paro y me hizo revisar y corregir varias veces, aún no se si lo mandaré.
 
Quisiera contarte un cuento un poco aburrido y largo ya que se remonta por  los años cuarenta, cuando me fui a vivir con mi abuela (parece que mucho la  menciono).

En ese tiempo la misa se celebraba de espaldas y todas las lecturas eran en  latín, no se si era prohibido leer la Biblia pero la realidad es que nadie la leía.

En ese tiempo mi abuela Isabel creía y enseñaba  que solo un pecado, el pecado del SEXO y decía que con solo platicar con una persona «amancebada» o sea juntada o casada civil uno se condenaba y mi
tía Carmen Cardenal de Oyanguren pensaba y predicaba que si no eras Católico
no te podías salvar, me imagino que también mi abuela creía esto pero solo se lo oí decir a mi tía.

En el Colegio una vez me impresionó mucho una prédica en un retiro de un sacerdote  sobre un muchacho que  nunca había pecado y pecó una sola vez y se murió y le salió a sus amigos con
cadenas entre llamas, todas estas teorías religiosas yo las rechazaba, pero generalmente me callaba, no tenía argumentos para refutarlas, a mi abuela le dije que eso no podía ser que una persona se condenara solo por saludar a un amancebado,  y un día  llegó a visitarla el Padre Romero,  Párroco de la Merced y yo le consulté el caso delante de ella y el Padre me dio la razón a mí.

Tanto me quedó esto gravado que en mi luna de miel fui a misa  con Hilda y al llegar el momento de la comunión, yo me sentía incómodo como que no debía comulgar, solo la razón me hizo dominar este sentimiento. En la Universidad de Notre Dame nos dieron una clase de religión y  lo hicieron leyendo los evangelios, Fue la primera vez que leía los evangelios yo empecé a leer todos los evangelios y caí en conclusión que  mi abuela nunca leyó los evangelios,  porque, según sus creencias, ¿Como podría Jesús, hablar con la Samaritana del pozo si ella tenía cinco  maridos? ¡O sea que no tenía marida y era amancebada cinco veces!

Y como Jesús el Señor andaba perdonando a las adúlteras, a la mujer de mala vida
que le enjugaba los pies con un frasco de alabastro lleno de perfume y empezó a bañar sus pies con sus lágrimas y luego los secó con sus cabellos, mientras los fariseos murmuraban diciendo que no era profeta porque no se daba cuenta quien le enjugaba los pies. Jesús  le relata sobre dos hombres a los que se les perdonó una deuda a uno mayor que al otro y Jesús pregunta al fariseo: ¿Cuál de ellos le amará más? Él contesto al que le perdonaron más. Después perdona los pecados  de  la mujer  porque ha amado mucho.

¿Y el joven que se condenó con un solo pecado? – Un solo pecado es suficiente para condenarse. ¿Pero donde está la misericordia de Dios? ¿Dónde está el amor de Dios y su justicia?

Hay de ustedes escribas y fariseos que pagan el diezmo del hinojo y de comino y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad.
¿Y el ladrón que Jesús perdonó en la cruz?
– Hoy mismo estarás con migo en el Paraíso- ¿Por qué se salvó ese ladrón?

¿Solo por un pequeño acto de compasión para alguien que él ni sabía que era el Hijo de Dios?

Una vez oí un sermón de un Padre que me impresionó, en que el sacerdote decía: «Al  final lo único que nos tomará en cuenta  Dios es el AMOR» Todo el evangelio se resume a amar.

No le estoy quitando la importancia a la moral y ni a las reglas ni al Catecismo, lo que pienso, Elías, es que, y te lo digo con el mismo amor con que me trataste de corregir, lo que pienso es que vos estás exagerando
poniendo las reglas y leyes sobre el AMOR.

Todos los pecados son pecados o son más graves en cuanto y cuando vayan contra el amor, ¿Por qué el adulterio es pecado? Porque va contra la esposa los hijos y la familia del otro o de la otra o de los dos, ¿Por qué el robar, el matar son pecados? Porque todos estos actos están dirigidos y perjudican al prójimo.

 El único acto  contra el amor a Dios, que pienso hice mal fue el mal ejemplo que di y que reparé inmediatamente con mi carta de perdón.

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