
Sputnik
La economía de la UE se hunde en una recesión que se manifiesta en una reducción sin precedentes de las inversiones extranjeras y en una desaceleración de las tasas de crecimiento, reporta el portal ‘Euractiv’. Las empresas de la UE agonizan por los altos costos energéticos, mientras los ciudadanos sufren el estancamiento de los salarios.
«El crecimiento de la UE es terroríficamente lento, la demanda es patéticamente débil, y las inversiones extranjeras se encuentran en un nivel alarmantemente bajo en nueve años», se detalla.
En el artículo se señala que «las empresas padecen los altos precios de la energía, los aranceles estadounidenses y la feroz competencia china, mientras que los ciudadanos comunes sufren por el estancamiento de los salarios y la incertidumbre geopolítica, por lo que temen desprenderse de los ahorros ganados con esfuerzo».
«Nada provoca un horror y un miedo que hiela la sangre como la economía europea», se afirma en el material de Euractiv.
En este contexto, el analista jefe del Centro Europeo de Política, Philipp Lausberg, considera que Europa «sufre de miedo al declive».
«Hay una sensación de que las cosas van cuesta abajo, de que estamos perdiendo nuestro bienestar y de que el orden político y geoeconómico está cambiando en contra nuestra», precisa Euractiv.
El aumento del gasto en defensa, como se señala, «ha molestado» a los políticos conservadores. De manera similar, el deseo de reducir la burocracia ha alarmado a los sindicatos, preocupados por el estancamiento salarial y los «ataques de los Gobiernos de la UE a los derechos de los trabajadores».
La renuencia de los consumidores a gastar explica en gran medida la falta de voluntad de las empresas para invertir. Y la renuencia de las empresas a invertir, a su vez, forma un entorno económico en el que los consumidores gastan dinero de mala gana.
En otras palabras, se enfatiza que el miedo no es solo la causa de la política actual de la UE. También es «un síntoma del malestar económico actual del bloque».
Anteriormente, el economista estadounidense, Jeffrey Sachs, afirmó que, tras el fin de la operación militar, la principal perdedora después de Ucrania sería la propia Europa, en virtud de las enormes consecuencias económicas y sociales.
Asimismo, se informó que la primera economía de Europa —Alemania— lleva tres años en números rojos. Como declararon en la Asociación de Cámaras Alemanas de Comercio e Industria (DIHK, por sus siglas en alemán), no ven signos de recuperación económica: ninguno de los indicadores clave ha mejorado, y se espera una reducción del PIB en un 0,3%.
Como señaló la portavoz oficial del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, el declive de Europa se evidencia en los colosales presupuestos militares y la militarización en medio del empobrecimiento de las economías de Europa Occidental, la pérdida de orientaciones culturales, la desvinculación de su propia historia y una crisis migratoria monstruosa.