Un periodista fue brutalmente agredido a la salida del centro donde los indígenas mantenián retenidos a ocho policías y dos colaboradores, liberados tras el funeral de uno de sus dirigentes.
La Defensoría del Pueblo de Ecuador informó este jueves (10.10.2019) de que, desde el inicio de las protestas en el país hace una semana, cinco personas han muerto, 554 han resultado heridas y 929 han sido detenidas en el contexto de las mismas. Las víctimas mortales son por un atropello intencionado de manifestantes, un joven que cayó de un puente junto a otro durante el acoso policial, un manifestante que murió por causas todavía no aclaradas y un dirigente indígena muerto por, según Inredh, «la desmedida represión ejecutada por la fuerza pública».
«Nada de diálogo con un gobierno asesino», proclamó la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) en un comunicado firmado por su presidente, Jaime Vargas. El dirigente, que llamó a «radicalizar las acciones» mediante «bloqueos de vías y las tomas» de edificios públicos, habló también frente a los manifestantes que se concentran en un coliseo de Quito. «¡Vamos a radicalizar con más fuerza, compañeros, y si tiene que denunciar y si tiene que matarme que me maten!», exclamó Vargas.
El movimiento indígena liberó a los diez agentes que mantenía retenidos desde la mañana después del funeral de Inocencio Tucumbi (en la imagen), dirigente indígena procedente de la provincia del Cotopaxi.
Brutal agresión a un periodista a la salida del acto
El periodista Fredy Paredes, del canal televisivo ecuatoriano Teleamazonas, sufrió una brutal agresión con una pedrada en la cabeza, poco después de abandonar el recinto donde el colectivo indígena mantenía retenidos esos ocho policías y dos presuntos infiltrados. El periodista, que estuvo a punto de ser linchado, responsabilizó del ataque a la dirección de Conaie y a su presidente por «la seguridad de todos los periodistas que estamos cubriendo esas manifestaciones». «Acudimos a la llamada para cubrir su rueda de prensa y cuando quisimos salir del Ágora para procesar la información nos dijeron que eso ya no iba a ser posible, que todo el mundo es pueblo y que todo el mundo debe esperar».
El periodista, junto a su camarógrafo, habían estado desde horas de la mañana en el Ágora de la Casa de la Cultura de Quito, donde el movimiento indígena ecuatoriano mantenía retenidos a los ocho agentes policiales y los dos supuestos infiltrados de las fuerzas de seguridad. A lo largo de la jornada, diferentes líderes indígenas han emitido mensajes peyorativos contra dos canales de televisión, entre ellos Teleamazonas, a los que han acusado de emitir supuestas informaciones sesgadas y de no reflejar la realidad social ni las represiones violentas que denuncia ese colectivo.
Periodistas supuestamente retenidos también
El propio Paredes se había dirigido antes a las cerca de 4.000 personas que se concentraron en el recinto tomado por la Conaie y desde el escenario trató de explicar su labor profesional a los presentes al tiempo que aseguró estar en el lugar por su propia voluntad, ante la pregunta de un dirigente acerca de si se encontraba «secuestrado», como se había advertido en redes sociales. El secretario general de la Presidencia de Ecuador, José Augusto Briones, había asegurado que «a 27 periodistas de distintos medios comunicación no se les ha permitido salir como es su voluntad» del lugar donde permanecían.
El ataque al periodista ha sido condenado por la Defensoría del Pueblo, que rechazó los hechos «enérgicamente», así como «los actos violentos de los que han sido víctimas varios periodistas durante estos días de paro nacional». La Unión Nacional de Periodistas se unió a la condena de la agresión, «exacerbada por los discursos de odio de quienes por ostentar la dirigencia de un sector social están llamados a tener mayor responsabilidad en sus pronunciamientos», y exigió a las autoridades que se sancione a los agresores «por atentar contra la vida del colega».
Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas ha emitido un documento en el que rechaza la agresión a Paredes y aclara que el episodio «sucedió en los exteriores del Ágora, luego de que la guardia indígena lo resguardara desde el interior para salvaguardar su integridad física y asegurar su salida». El tratamiento a la prensa extranjera ha sido diferente al de la local debido a que el colectivo indígena no oculta su recelo ante los medios ecuatorianos.