La medida obedece al incremento gradual de ciudadanos centroamericanos en EE.UU. a finales del 2015, asociado con los altos índices de violencia principalmente en El Salvador y Honduras.
Esta semana se han iniciado en los Estados Unidos distintos operativos a nivel nacional encaminados a deportar a personas provenientes de Centroamérica, principalmente a adultos y a sus hijos, a los cuales luego de haber cruzado la frontera de manera ilegal se les haya negado el estatuto de refugiados, informó ‘The Washington Post‘.
Jeh Johnson, secretario de Seguridad Nacional, dio a conocer a través de un informe las distintas redadas, principalmente en los estados de Georgia, Carolina del Norte y Texas, que han permitido hasta el momento poner a disposición de las autoridades a cerca de 121 personas que serán enviadas de regreso a sus países de origen.
Generalmente los migrantes que ingresan a Estados Unidos de manera ilegal a través de la frontera son detenidos por las autoridades y, tras realizarse una solicitud de asilo, son puestos en libertad hasta obtener una respuesta definitiva que les permita permanecer en el país. Por tal motivo, Johnson insiste en que los operativos a cargo de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) no son «ninguna sorpresa» y «seguirán ocurriendo según corresponda».
Algunos detractores de la medida consideran que detener a mujeres y niños que han sido víctimas del crimen y la violencia no debe ser una prioridad, mientras que la Red Nacional de Jornaleras y Jornaleros (NDLON, por sus siglas en inglés), emitió un comunicado en que insiste en que el presidente Barack Obama debe abandonar los operativos. «¿Qué mensaje envía un presidente cuya primera acción del año consiste en destruir familias, en sacar a niños de sus casas y comunidades? En los años recientes, demasiadas vidas fueron arruinadas por políticas de deportación insensibles y racistas», asevera el informe.