EEUU prepara siguiente incendio en el Cáucaso

 

El 15 de noviembre el Senado de Estados Unidos aprobó la Ley de Protección de Armenia. Parece que los imperialistas han decidido recompensar la nueva política del país caucásico de distanciarse de Moscú. El 23 de noviembre el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, se negó a participar en la cumbre de la OTSC.

Acercarse a Armenia significa alejarse de Azerbaiyán. Hace sólo seis meses la situación era la contraria. El secretario de Estado, Blinken, declaró que era Azerbaiyán el que necesitaba ayuda militar. El papel de Azerbayán consistía en presionar a Irán.

El programa de apoyo a Azerbaiyán superó incluso la ayuda financiera y militar a Georgia. En 2018 y 2019, antes de la guerra con Armenia, Azerbaiyán recibió más de 100 millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos. Sin embargo, Irán y Azerbaiyán lograron resolver sus diferencias con la mediación de Rusia y Turquía, que no quieren que se avive el conflicto en el sur del Cáucaso.

Entonces Estados Unidos, buscando sembrar inestabilidad en la región, encontró un eslabón débil en Armenia. La situación en el Cáucaso se ha discutido en el Congreso de Estados Unidos, con la participación de James O’Brien, subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos.

O’Brien propuso retirar las fuerzas rusas de paz de Karabaj cuando finalice el mandato de cinco años y reforzar la presencia militar de Estados Unidos en la región. Para ello había que destruir las garantías de seguridad ofrecidas por las potencias regionales: Rusia, Irán y Turquía.

También dijo que Estados Unidos estaba desarrollando un plan para apoyar a Armenia y obligar a Azerbaiyán a firmar el tratado de paz que Estados Unidos necesita, que comprende la construcción de una carretera entre Azerbaiyán y Najichevan a través de Armenia. Es el llamado corredor Zangezur, que permitiría a Occidente controlar el transporte que pasa por la región en el territorio de Armenia.

El presidente azerí Ilham Aliyev no se fía de ninguna potencia occidental y prefiere dejar las cosas como están: si Azerbaiyán no solicita la retirada de las fuerzas de paz rusas una vez finalizado el primer mandato, su estancia se prorrogará automáticamente sin necesidad del acuerdo con Armenia, ya que esta última se marchó de Karabaj.

Por lo tanto, a Bakú no le interesa que las tropas de paz rusas salgan de la región, y mucho menos que sean sustituidas por las de cualquier país occidental.

El corredor Zangezur

El transporte desde Azerbaiyán a Najichevan a través de la región de Syunik está controlado por el Servicio de Fronteras de Rusia. Tras la apertura del corredor Zangezur los guardias fronterizos rusos continuaran desempeñando las mismas funciones, ya que protegen las fronteras exteriores de Armenia de acuerdo con el gobierno armenio y no bajo un mandato internacional.

En consecuencia, el gobierno armenio se opuso a la apertura del corredor Zangezur, considerándolo una violación de su integridad territorial. Sin embargo, bajo la presión de los imperialistas, volvió a cambiar de postura. El 26 de octubre, en el foro de la Ruta de la Seda celebrado en Tbilisi, Pashinian dijo que Armenia quería convertirse en la “encrucijada de la paz” en el Cáucaso.

Ahora bien, ahora los armenios quieren que, en lugar de los guardias fronterizos rusos, el futuro corredor de Zangezur a través de la región de Syunik sea protegido por los propios soldados armenios, porque el control ruso sobre ese importante eje de transporte para Occidente no les conviene.

En el diseño de la Unión Europea el corredor Zanguezour forma parte de un proyecto integral, el Corredor Medio, cuya función principal es la exportación de bienes y recursos energéticos asiáticos desde la región del Mar Caspio a Europa. Para la Unión Europea, una ruta desde China que pase por alto a Rusia es de fundamental importancia.

La correlación de fuerzas oscila

Este giro aparentemente repentino de Estados Unidos a favor de Armenia estaba planeado desde hacía mucho tiempo. Habiendo llegado al poder tras una revolución de color orquestada por los imperialistas, Pashinian y los suyos estaban claramente esperando el momento adecuado para comenzar a alejarse de Rusia. Para sus tutores ese momento ha llegado.

La escalada de la retórica antirrusa de Pashinian es reveladora. Elige específicamente plataformas o medios de comunicación de países hostiles a Rusia para expresar sus quejas. El armenio comenzó a sabotear las reuniones en el marco de la OTSC y de las organizaciones económicas. Washington decidió que Ereván había superado el punto de no retorno en sus relaciones negativas con Moscú y podía confiarle la función de presionar simultáneamente a Rusia, Irán e incluso a Turquía.

La confrontación con Moscú está adoptando formas cada vez más hostiles. Así, en las últimas semanas, para acabar con las ambigüedades, Pashinian se ha reunido con Zelensky. El secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armen Grigorian, visitó Malta para discutir una “fórmula de paz ucraniana” que prevé la creación de un tribunal militar contra la alta autoridad militar y política de Rusia.

A medida que Estados Unidos se acercaba a Armenia, se alejaba de Azerbaiyán, y lo mismo cabe decir de la Unión Europea. A Azerbaiyán le ocurre lo contrario. No es que no acepte firmar un tratado de paz con Armenia. Lo que no quiere es que los garantes del mismo sean Estados Unidos y la Unión Europea, que es como carecer de garantías: papel mojado.

Lo que Bakú tiene en cuenta es la experiencia de los Acuerdos de Minsk de 2014. Las tomaduras de pelo de Estados Unidos y la Unión Europea ya no cuelan. Por lo tanto, un tratado de paz en el Cáucaso no es posible con unas firmas que no valen para nada. Pero mientras no se fume la pipa de la paz, lo que se prepara es la guerra.

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