Manuel Espinoza
Mientras millares de sandinistas nos preparamos para celebrar el 40 aniversario del triunfo de la Revolución Popular Sandinista el 19 de Julio de 1979, los falsos líderes de la oposición no hayan las horas en que esta conmemoración nacional pase lo más rápido posible. No pueden arrancar su campaña electoral en este ambiente popular.
Están convencidos de que les es harto difícil lograr de nuevo la movilización popular. Que toda actuación terrorista será castigada con el rigor de la ley.
Que el gobierno no es derrocable por la vía del golpe político o militar, pues el Ejército nunca se pronunció a favor de ellos o su causa. Que Daniel más que irse se quedó y más bien recuperó a una enorme cantidad de sandinismo combativo de la vieja guardia, que estaba pasivo y olvidado.
Que en general el sandinismo volvió a ser uno solo monolíticamente y está en pleno zafarrancho de combate político e ideológico en todos los frentes posibles, desde las calles hasta en las redes sociales. Que las ilegales sanciones y el Nica Act yanqui solo agravarán la situación económica del país al que quieren gobernar en holganza y opulencia y no en pobreza.
Que el circo de la OEA no les ha dado ningún fruto y que amargamente han tenido que aceptar la hoja de ruta electoral acordada con el gobierno y que su último intento de llegar al poder será por la vía electoral.
Solo que ahora tienen un enorme problema. Ya se filtró cuántos millones de dólares les van a donar para la campaña sus benefactores extranjeros. No se pregunte cómo se filtró porque son muchos los beneficiados con esta fuga.
Nosotros también estamos interesados en darles a conocer lo más pronto posible ese dato para incentivar la dinámica divisoria, que será su talón de Aquiles en las posibles elecciones. También porque el pueblo merece saber cómo designan candidatos y quiénes se prestan a esta acción apátrida.
Estamos hablando de una cifra de 20 millones de dólares y más, que los ha hecho reunirse más, llamarse más y conspirar entre sí hasta dejar claro que no tienen inconveniente en participar como candidatos o no, siempre y cuando sean receptores de parte de ese capital y que en el hipotético caso de triunfar deberán ocupar altos cargos en el futuro gobierno.
Los primeros beneficiados son los propios funcionarios de la embajada USA, porque les ayuda a alinear a los minúsculos en un compromiso político de lealtad durante y después de las elecciones.
De ganar la oposición deberán de pagar con favores que solo los estadounidenses sabrán qué pedir y demandar que les cumplan. Ya sabe que Doña Viole les perdonó los 17 mil millones que La Haya les ordenó pagarnos por la guerra de Reagan en los años 80.
Los segundos interesados son aquellos peleles que más cercanos están a los gringos. Este grupo es de empresarios y políticos de alcurnia. Todos tienen ciudadanía norteamericana.
Todo parece que han filtrado lo del monto a financiarse con el propósito de subordinar a aquellos que no cuentan con la bendición de la Casa Blanca y desde ya dejar claro de quién es la relación y de quién será la candidatura presidencial y los primeros puestos para diputados.
Subordinarlos no será difícil para EEUU pues ya lo lograron en 1989 con el clan de los Chamorro y sus allegados de clase, quienes sin disparar un solo tiro traicionaron a los 20 mil Contras que se desmovilizaron, se tomaron el poder político y saquearon a tal punto el país, que ni los rieles del tren dejaron de recuerdo.
Todos esos cabezas calientes que entregan su pellejo por la causa de los ricos en Nicaragua, correrán la misma suerte. O más bien la misma desdicha.
Los terceros interesados son los políticos opositores emplantillados por las agencias de cooperación USA, que han visto cómo han mermado sus ingresos, debido a que el Gobierno ha cancelado la personería de sus ONG.
Ellos comparten el credo de la llamada Sociedad Civil, donde parasitan los clásicos vividores de la política tradicional (léase Chamorro, Sacasa, Lacayo) o los nuevos que pululan en la nueva farándula política (como Maradiaga y su esposa; Baltodano, Solís y aquellos aspirantes a ricos, que no dejan de afinar sus colmillos insaciables; léase Healey, Aguerri) y los verdaderos ricos (léase Zamora, Mántica, Ortiz Gurdián, Pellas, etc.).
Prácticamente son las ONG los nuevos ejércitos políticos en la estrategia de política exterior global de Washington desde principios de los años 80. En Nicaragua se dice que tienen bajo su influencia unas mil 500 de las dos mil registradas.
Con redes de financiamiento extranjero y conexión ciudadana en las áreas más remotas en los países donde operan, superan al clásico, vicioso y acabado activismo político de los partidos de derecha.
La «vocación de servicio» de los funcionarios de ONG, dicen ellos mismos, supera a cualquier gula de plata de los empresarios, que se enriquecen producto de la especulación y la explotación disfrazada de sus empleados.
En todo caso, es a ese mar de ONG que le corresponde ahora liderar las elecciones y recibir esa plata. Deben aglutinarse en un solo frente, en una sola organización, que aglutine sus aspiraciones de tomarse el Estado. De no hacerlo seguirán como puntos de salpullido y criaderos de zancudos por todas partes.
El cuarto lugar de los favorecidos lo ocupan los partidos inscritos legalmente y que no reconocen a la Alianza Cívica o la Unidad Nacional Azul y Blanco y mucho menos a las ONG como un actor político legal que se postule a las elecciones.
De ahí que boicotearían todo proyecto que a ellos no les garantice holganza, poderío o en el peor de los casos sobrevivencia política. Son capaces hasta de dejar de entrever que se unirían al Frente, con tal de amenazar y asustar a los norteamericanos y que con esto les suelten la mayor cantidad de plata. Alemán dice que nadie tiene mayor tendido territorial que su partido PLC.
Es comprensible esa actitud cuando el poder y sus frutos están en juego, pues hasta Somoza le advirtió al embajador yanqui, Lawrence Pezullo, que se convertiría en Sandino, si los sandinistas lo sacaban del poder sin negociar.
El PLC es el que más perdería identidad y el dominio del liderazgo hasta ahora mantenido por Arnoldo y su esposa María Fernanda. Los partidos Ciudadanos por la Libertad (CxL) y el Conservador, más bien necesitan nutrirse de todo lo que le puedan sacar a los aglutinados en la mal llamada «sociedad civil».
Hasta los pescaditos social cristianos andan buscando plata desesperadamente. El MRS es el muerto con suero camino del cementerio. Arma su mutación en una estrategia de híbrido con las ONG y es el quinto segmento de los puchitos zombis, que actuará como brazo terrorista a lo largo de toda esta segunda etapa que inició tras la puesta en libertad de los presos de 2018.
En último lugar están los desclasados, los sin apellido, los sin padrino, los que nadie quiere ver ni respetan, los malos de la película y a los que ven por encima del hombro. Estos son los verdaderos entusiastas de llegar a gobernar a como sea y sobre todo porque ya hasta fuera del país y en la cárcel han estado. Estos bailan a todos. Sobre todo a los gringos.
Ya andan en gira, buscan padrino y plata. Se reúnen con senadores y se auto proclaman desde ya presidentes. Buscan reconocimiento y recomendación ante los peleles de los sectores empresarial, político y ONG.
Aunque los peleles no saben cómo y entre quiénes se distribuirá esa plata para intentar ganar las elecciones al FSLN, desde ya están apresurados que esta campaña inicie. Solo les atrasan los festejos del 19 de julio. Ellos creen que luego los sandinistas se calmarán, pues no tendrán mayores efemérides que celebrar.
Entonces, los peleles retomarán las primeras portadas con acciones de atención nacional, que de paso ya se filtraron también:
A) Su retorno al diálogo.
B) La conformación de la madre de las organizaciones políticas para la campaña electoral.
C) Abandonar su discurso pro sanciones para ganar simpatía popular.
D) Organizarse por todo el territorio nacional.
E) Ganar las elecciones.
Por ahora, el dilema para ellos es cómo entrar en la lista principal de los nominados a ser candidatos por y de los estadounidenses, aun sabiendo que muchos de ellos –como se dice en Cuba– «son muy conocidos en su casa y entre todos se detestan».
Muy bonito el plan, solo que en la Nicaragua sandinista, ¡siempre es 19 de Julio!