El autogol de Europa

 

Faramarz Kouhpayeh | Tehran Times

* Europa está intentando astutamente absolverse de la situación actual en torno a la cuestión nuclear de Irán.

Teherán — El 26 de julio de 2025, los líderes del Reino Unido, Francia y Alemania emitieron una amenaza conjunta a Irán para que invoque el llamado “mecanismo de retroceso” antes del 31 de agosto de 2025.

De implementarse, la medida restablecería todas las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU vigentes antes de 2015, año en que se finalizó el Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC). Para Irán, esta medida representa un ejemplo más de cómo Europa utiliza el derecho internacional para promover los intereses estratégicos occidentales.

La amenaza se produjo tras una conferencia telefónica celebrada el mismo día entre el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Friedrich Merz, durante la cual el trío discutió una serie de acontecimientos internacionales, incluido el programa nuclear de Irán, que se basa en el Acuerdo de Salvaguardias.

La política de presión de Europa

No se debe ni se puede ignorar el momento en que esta amenaza se produjo justo un día después de que la Unión Europea e Irán reanudaran las conversaciones diplomáticas el 25 de julio. La reunión fue su primera comunicación desde los ataques aéreos estadounidenses e israelíes contra las instalaciones nucleares iraníes a mediados de junio de 2025. Dichos ataques, que impactaron en instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán, fueron ampliamente denunciados en Irán como flagrantes violaciones del derecho internacional. Tras la guerra no provocada, Teherán ha mantenido que cualquier retorno a las negociaciones debe incluir garantías de que tales acciones agresivas no se repetirán.

En lugar de abordar estas cuestiones de seguridad, los líderes europeos han optado por ejercer presión sobre Irán a pesar de su propio fracaso en cumplir con el JCPOA tras la retirada de Estados Unidos en mayo de 2018. La postura europea actual no es considerada por los funcionarios iraníes como una apertura diplomática, sino como una coerción disfrazada de retórica de responsabilidad internacional.

Los dobles raseros de Europa en materia de cumplimiento nuclear

Irán ha demostrado repetidamente su disposición a participar en las negociaciones, pero afirma que estas deben ser justas y basadas en el respeto mutuo. Las autoridades de Teherán destacan que, si bien Irán es signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y sus actividades nucleares son supervisadas constantemente por el OIEA, Israel, una nación con armas nucleares no reconocida y excluida del TNP, no se enfrenta a ningún examen. Irán argumenta que esta grave inconsistencia socava la credibilidad del marco global de no proliferación.

Por el contrario, las naciones europeas insisten en la total adhesión de Irán al PAIC, a pesar de su incapacidad para cumplir los compromisos asumidos en virtud del acuerdo. Teherán cumplió con los requisitos del pacto durante un año completo, a pesar de enfrentarse a duras sanciones estadounidenses durante ese período. Este compromiso fue confirmado repetidamente por el OIEA. Los esfuerzos de Europa por eludir dichas sanciones mediante el mecanismo INSTEX no le proporcionaron a Irán ningún beneficio económico.

En cambio, Israel no ha sufrido consecuencias por los múltiples actos de sabotaje contra instalaciones nucleares iraníes ni por el asesinato de científicos nucleares, perpetrados con la aprobación o indiferencia tácita de Occidente. Las autoridades iraníes afirman que la aplicación selectiva de las normas internacionales refuerza la creencia de que las potencias occidentales están más interesadas en preservar su dominio regional que en defender genuinamente los principios de no proliferación.

Teherán sostiene que penalizar a Irán por su programa nuclear totalmente monitoreado, mientras se permite a Israel permanecer fuera del TNP sin consecuencias, socava el compromiso de Europa con el régimen global de no proliferación.

La amenaza de activar el mecanismo de reimplantación, en particular por parte de un bloque fuertemente alineado con la política estadounidense, hace que Teherán cuestione la independencia y la sinceridad de Europa como actor diplomático.

Irán considera retirarse del TNP

Los últimos acontecimientos han suscitado un intenso debate en los órganos legislativos iraníes. En el Parlamento iraní, el Comité de Seguridad Nacional y Política Exterior está elaborando una ley que obligaría al gobierno a retirarse del TNP si se activa el mecanismo de reimposición rápida. El portavoz del comité confirmó que la mayoría apoya el proyecto, argumentando que Irán no puede seguir vinculado a un tratado cuando se utiliza la coerción para reimponer sanciones unilateralmente.

Esta creciente desilusión es compartida por la principal figura de seguridad de Irán. Por ejemplo, el 27 de julio, el jefe de inteligencia del CGRI, Majid Khademi, lanzó una advertencia directa durante unas declaraciones en una ceremonia en Teherán: «Si las potencias europeas proceden con acciones hostiles, tenemos contramedidas preparadas, y los principales perjudicados serán los propios europeos».