El secretario de Atención Primaria del Ministerio de Salud de Brasil, Nesio Fernandes, afirmó que el programa Más Médicos, extinto durante el mandato de Jair Bolsonaro, será retomado
El primer día del año marcó la llegada a la presidencia de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, el líder obrero, batallador por los más pobres, que apuesta por la integración latinoamericana y que en dos oportunidades anteriores su pueblo le dio el voto para ejercer como mandatario.
Ahora el país lo recibe en circunstancias muy complicadas, fundamentalmente por la herencia de los últimos cuatro años de Jair Bolsonaro, al frente de una nación de la que abolió los programas sociales, eliminó los servicios médicos brindados por miles de galenos cubanos que llegaban a los lugares más intrincados, ignoró los embates de la pandemia de la covid-19, enfermedad que causó más de 36 092 845 casos confirmados y 692 652 fallecidos, entre otros muchos desaciertos. También fomentó el fundamentalismo al estilo de su émulo estadounidense Donald Trump.
Lula asume este mandato en un país al que calificó de estar «en una situación de penurias», que atribuyó a la «tempestad del fascismo» desatada por el gobierno de Jair Bolsonaro.
También se ha referido por estos días a lo que llamó «enormes retrocesos» y «serios problemas presupuestarios» en la educación y la cultura, con un total de 14 000 obras paralizadas y la construcción de viviendas sin cumplimiento alguno.
De igual forma, cuestionó la gestión medioambiental, uno de los puntos más críticos y abandonados por la administración de Bolsonaro, y puso el ejemplo de que en los cuatro años del gobierno ultraderechista la deforestación amazónica superó el 59 %.
Un problema de los más graves a enfrentar por Lula y su gabinete será el de la inseguridad alimentaria, pues en el país la cifra de personas afectadas por el hambre supera los 33 millones.
Durante su discurso el día en que alcanzó la victoria electoral, Lula dijo que «el compromiso más urgente es el de volver a acabar con el hambre. No podemos aceptar como normal que millones de hombres, mujeres y niños en este país no tengan qué comer, o que consuman menos calorías y proteínas de las necesarias», aseguró.
El pueblo brasileño aguardó este regreso de Lula con la esperanza de vivir en un país que no merece tantos atropellos, como los realizados por el gobierno de Bolsonaro.
Se divulgó que Jair Bolsonaro viajó a Estados Unidos para evitar participar en el acto de investidura del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el 1ro. de enero último. No fue capaz de entregar la banda presidencial en la ceremonia de toma de posesión.
Según se asegura en el Diario Oficial, Bolsonaro salió hacia Miami y se instaló en Orlando, Florida, donde radica una gran parte de la extrema derecha brasileña en el exterior.