Un estudio en la Gran Barrera de Coral enciende las alarmas sobre los efectos del cambio climático.
El calentamiento global está alterando los porcentajes de sexos en algunas poblaciones de tortugas marinas del planeta. El fenómeno se conoce desde hace años, pero la comunidad científica comienza a alertar de casos absolutamente extremos. Un equipo internacional de oceanógrafos ha detectado ahora que los ejemplares juveniles de una de las mayores poblaciones de tortugas verdes del planeta —localizada en la parte norte de la Gran Barrera de Coral australiana— son hembras en más del 99% de los casos.
“Con un aumento previsto de la temperatura media global de 2,6 grados en 2100, muchas poblaciones de tortugas marinas corren el riesgo de sufrir una alta mortalidad de sus huevos y de tener una descendencia exclusivamente femenina”, advierten los autores, encabezados por la endocrinóloga Camryn Allen y el biólogo Michael Jensen, ambos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE UU.
Las tortugas verdes, que llegan a pesar 190 kilogramos y viven en aguas de 140 países, están en peligro de extinción, sobre todo por el comercio con sus huevos y por la invasión humana de sus playas de nidificación, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Como el resto de tortugas marinas, el sexo de los ejemplares de esta especie está determinado fundamentalmente por la temperatura durante la incubación de sus huevos en la arena. En la parte sur de la Gran Barrera de Coral, con aguas más frescas, nace un macho por cada dos hembras. En la parte norte, un macho por cada 116 hembras, según los resultados publicados en la revista especializada Current Biology. Las cifras cambian al analizar tortugas en edad adulta. En la región más cálida, el 87% de los ejemplares son hembras, frente al 69% de la zona más fresca.
“Estos resultados concuerdan con predicciones que venimos haciendo desde hace años para tortugas marinas en respuesta al calentamiento del clima, pero preocupa que se encuentren ya en tortugas juveniles y subadultas de poblaciones importantes”, opina el investigador Adolfo Marco, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC).
El equipo de Marco alertó en 2011 de que el 91% de los nacimientos de tortuga laúd en una zona del mar Caribe eran de hembras. “El aumento de sólo 0,1 grados en las temperaturas máximas diarias del aire puede provocar una completa feminización de la especie”, advirtió entonces su colega Juan Patiño.
Marco explica que el nuevo estudio “confirma por primera vez” en una gran población de tortugas que el enorme sesgo hacia las hembras observado en los neonatos se mantiene en los adultos. El investigador del CSIC recuerda hipótesis barajadas en los últimos tiempos, como que el calentamiento produjera muy pocos machos, pero más fuertes y aptos para la supervivencia; o que las tortugas buscaran refugios térmicos, zonas más frías, que generaran más machos y compensaran la proporción de sexos. “Los datos de este nuevo estudio muestran la primera población en la que se confirma la peor expectativa”, zanja Marco, que no ha participado en este trabajo.
“Como las tortugas tardan muchos años en madurar, la manifestación de esta amenaza en adultos se retrasa en el tiempo, pero ahí es donde realmente se podría empezar a observar un colapso de la reproducción por falta de machos”, alerta Marco. “Una razón de sexos del 87% en adultos en el estudio de Australia es ya muy preocupante. Y en el futuro la predicción es que aumente y que sea un problema muy generalizado”.