El intento golpista de asesinar al presidente de la UPOLI (1-2)

  • A Leonel lo introdujeron dentro de la camioneta y al asiento de atrás. Tenía dos personas a cada lado, apuntándole con las pistolas. Los que iban adelante, lo iban maltratando, pegándole en la cabeza, en el abdomen.

La alianza golpista que el año pasado intentó ejecutar un golpe de estado en Nicaragua era constituida de la siguiente manera: empresarios, estudiantes, ex sandinistas traidores (MRS), medios de comunicación, altos representantes del `Mundo ONG´ con financiamiento de EEUU y canales directos a Nikki Haley (embajadora de Trump en la ONU) y grupos delincuenciales del lumpen proletariado en Managua.

El primer centro de operaciones del intento de derrocar al gobierno sandinista de Daniel Ortega fue la Universidad Politécnica de Managua, la Upoli. El joven sandinista LEONEL MORALES había sido elegido por los estudiantes como su representante ante las autoridades universitarias. Pero la intención de los golpistas era matarlo. Y casi lo lograron. Hablamos con él.

El núcleo golpista descrito arriba arrasó y ocupó la Universidad Politécnica de Managua. Ahí instalaron un Comando de Operaciones, salas de tortura, fabricaciones de armas y explosivos y una clínica donde médicos prestaron servicio. Llenaron el parqueo con carros, camionetas y buses robados. A la Upoli peregrinaron los medios nacionales e internacionales para obtener las últimas noticias. Se volvieron héroes en los medios corporativos.

En la universidad Upoli comenzó el intento de golpe de estado y los terroristas creían que habían asesinado al presidente de los estudiantes, LEONEL MORALES.

Lo que vamos a contar ahora es la historia del caso de LEONEL MORALES, presidente elegido por los miles de estudiantes de la Upoli. Seis semanas después de la toma de la universidad, los terroristas lo secuestraron, lo torturaron y lo balearon con cuatro tiros.

Después lo botaron desde la paila (“tina” en nicaragüense) de la camioneta a la carretera, creyendo que Morales ya estaba muerto. Pero en vez de morir, Morales recuperó la conciencia y se tiró a un barranco con un cauce de agua. Ahí perdió la conciencia y despertó posteriormente, gritando por auxilio.

Pero todo comenzó el 19 de abril con la toma de la Upoli. El presidente Ortega llamó a la Conferencia Episcopal para que tomara la iniciativa a un diálogo que comenzó el 26 de abril, donde Leonel Morales, en calidad de presidente seccional de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua [UNEN] en la Upoli, ocupada por los golpistas, fue llamado por el presidente Ortega de participar en ese diálogo.

En un video Morales expresa lo siguiente:

“Ahora hay un grupo de personas que no son estudiantes, que están lideradas por gente del MRS. Ahí no hay ningún estudiante de lo Upoli. En la mesa en la que se está organizando de la junta nueva en representación de los estudiantes y el mismo pueblo, no son los estudiantes de la universidad, no son estudiantes de la Upoli, son gentes que están siendo financiadas y representada por líderes del MRS”.

La declaración causó furia y Morales se consiguió nuevos enemigos que significaría más adelante casi su muerte.

¡“Hoy te venimos a matar”!

El 13 de junio de 2018 Leonel Morales fue secuestrado en la casa de su novia.

“Ese día fue algo muy horrible para mi persona, para mi familia, para mi novia. Fue a las 7 de la noche. Estaba yo en la sala con mi novia cenando. Estaban los dos hermanitos de ella que tienen 10 y 11 años y sólo se escuchó una bulla, una gran bulla de un montón de personas.

“En ese preciso momento. . . a la fuerza, entraron a la casa. Abrieron la puerta. Entraron gritando, encapuchados todos, gritando; ¡“Al piso, al suelo!” ¡“Que hoy te venimos a matar”!

“Me tiraron al piso, boca para abajo, golpeándome por todos lados, pateándome, pegándome con las armas, porque todos andaban armados. Me apuntaban en la cabeza y me decían; `Estamos aquí, ¡hoy te matamos´! Y pues. . . se creó un caos en ese momento. Yo andaba en una camioneta sin nada. Ellos buscaron, revisaron, saquearon toda la cartera, los celulares y agarraron la llave y con la llave de la camioneta se introdujeron hacia ella y dijeron; “¡llevémoslo, llevémoslo y después lo matamos”!

A Leonel lo introdujeron dentro de la camioneta y al asiento de atrás. Tenía dos personas a cada lado, apuntándole con las pistolas. Los que iban adelante, lo iban maltratando, pegándole a la cabeza, en el abdomen.

“Me pasaron por todos los tranques (barricadas) de ese sector de la Upoli; las Américas, el Giorgino, Villa Progreso. En el primer tranque que me pasa que llegaron ellos con mi persona, solo dijeron; ¡`Aquí lo traemos ya, aquí traemos a Leonel que estaba en el diálogo, el del lunes´! Todo el mundo. . . como todos estaban armados empezaron a disparar. “¡`Hoy lo mato, dejamelo a mí´! “Entonces ellos me cambiaron del asiento de adelante, donde iba adentro, me cambiaron a la tina (la paila)”.

Comenzaron todos a golpearlo con las armas, empezaron a disparar y después de esa tortura llegaron a un nuevo tranque donde volvieron a hacer lo mismo y las mismas promesas de matar al joven estudiante, hasta se pelearon por quién le mataría, el que le pegaría el primer disparo, que le iban a violar, que iban a matar a su familia.

“En ese momento lo único que hice fue pedirle perdón a Dios y que fuera su voluntad. Después, y el último, lo último me llevaron a la Universidad Upoli, porque en ese preciso momento fue cuando dijeron; ¡`Abran los portones, abran los portones que ya lo traemos´! Y ahí había alrededor de 200 personas y todo el mundo gritando de alegría”.

– ¿Como un trofeo?

“Como un trofeo, como que traían un trofeo, como que habían ganado, prácticamente. Todo el mundo disparando. Ahí en ese preciso momento fue cuando me pegaron el primer disparo, que fue en esta parte derecha de mi rostro e impactándome. Ahí fue cuando ya perdí el conocimiento. No sé cuánto tiempo pasó así”.

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