Filippo Di Giacomo*
Gran problema en Nicaragua. Incluso el Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua, lo admite entre dientes. Hasta el purpurado, a través de twitter (nueva manía clerical-progresista), tuvo que admitir que su obispo auxiliar, Silvio Báez «ha hablado sin sospechar de ser grabado».
Objeto de la disputa, la grabación de la intervención de Monseñor Báez durante una reunión política y su precipitada fuga hacia Costa Rica, así como lo resume Fabrizio Casari en el sitio altrenotizie.org.
Presumiendo ser el guía político del golpismo, tropezó en su propia lengua, exponiendo trama, protagonistas y objetivos del intento de golpe de Estado y los movimientos futuros de su congregación… dado que oficialmente se propone como mediador en el conflicto entre el gobierno y el golpismo, el clamoroso error cometido por Báez es propio de un conspirador chismoso y narcisista, que reivindica el haber dado origen y forma a las barricadas donde se cometieron las peores atrocidades (por él calificadas como «una idea extraordinaria») y haber creado la autodenominada Alianza Cívica, asignándole a la Conferencia Episcopal de Nicaragua su paternidad («nosotros la inventamos y la construimos»).
Las extravagancias «episcopales» contenidas en las grabaciones publicadas por el gobierno son muchas: desde el deseo de enviar al Presidente nicaragüense Daniel Ortega y la Vice Presidenta, Rosario Murillo, ante el pelotón de fusilamiento, hasta la invitación a “abortistas, homosexuales, drogadictos, narcotraficantes y a quien esté disponible», para derrocar al Gobierno.
El exguerrillero Daniel Ortega, en la escena política desde 1979, siempre se ha referido al prelado llamándolo el bravucón. Por tal y otras razones, Báez se ha ganado la solidaridad de la Conferencia Episcopal y del Cosep.
Por otro lado, los sandinistas, seguidores de la pareja presidencial, siguen considerándolo el guía político del golpismo, un fanático del terror, un vanidoso más devoto al twitter que al Evangelio.
Dondequiera que estén la verdad y la razón, la confrontación en curso representa un dolor de cabeza para la diplomacia vaticana.
«Sé que el Papa está bien informado sobre lo que está ocurriendo en Nicaragua» ha declarado Monseñor Báez, agregando: “en dos ocasiones he tenido la oportunidad de hablar con el».
Para su futuro, ¿se estará preparando un cargo en la curia del Vaticano?
*Semanario Venerdi del diario Reppublica, Italia