Las relaciones entre EEUU e Irán una vez más llegaron a un peligroso callejón sin salida. La situación se calienta con los comentarios de los altos mandos de los dos países.
En primer lugar, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, señaló que la seguridad marítima se vería amenazada si las exportaciones de petróleo estuvieran en peligro. Por su parte, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, dijo que se podrían imponer sanciones a cualquier país que ayudase al petrolero iraní Adrián Darya 1 a regresar a Irán a través del mar Mediterráneo.
«Irán cree que EEUU no lanzará un ataque militar a gran escala porque está aislado en sus acciones contra Irán de sus aliados en Europa e incluso en el Reino Unido», reveló una fuente de alto rango estrechamente vinculada al Ministerio de Petróleo de Irán.
Al mismo tiempo, «Irán cree que puede obligar a EEUU a concluir un nuevo acuerdo nuclear en nuevos términos que contemple el levantamiento de todas las sanciones», agregó.
Los planes guerrilleros de EEUU
Hace un par de meses, EEUU consideró seriamente la posibilidad de llevar a cabo una operación militar a gran escala contra Irán y estaba «listo en un 98%» de dicho ataque, según fuentes políticas de alto nivel en Washington y Londres.
«El 2% restante dependía de cómo se movían las personas y los activos a posiciones de ataque y cómo se refinaban la tecnología y el software», agregó la fuente.
A principio de mayo, el Pentágono, bajo la presión de los ‘halcones’ liderados por el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, había elaborado un plan para enviar a Oriente Medio 120.000 militares.
«Sin embargo, al mismo tiempo, algunos de los asesores personales del presidente y altos funcionarios de la CIA le convencieron de que se trataría de un desastre militar y económico absoluto», agregó.
Como resultado, el plan fue negado y desmentido por el presidente estadounidense.
La postura ambivalente de EEUU
Ahora EEUU se encuentra en una posición dual. Por un lado, están los ‘halcones’ como John Bolton y el vicepresidente Mike Pence.
«La vez pasada el mundo perdió una oportunidad de resistir al régimen, esta vez será diferente», reveló Pence.
Bolton, Pence y otros ‘halcones’ apoyan un cambio de Gobierno en Irán. En realidad, esto ya está ocurriendo, escribe Oilprice.com.
EEUU detuvo los intentos de importar petróleo de Irán en las últimas semanas, declaró a la Guardia Revolucionaria Islámica como una organización terrorista extranjera e impuso sanciones a las entidades vinculadas con la Organización para la Innovación e Investigación en Defensa de Irán, más conocida por su acrónimo persa SPND.
Por otro lado, están los altos rangos de la Comunidad de Inteligencia de EEUU. Dan Coats, exdirector de Inteligencia Nacional estadounidense, declaró que no había indicios de que Irán hubiera tratando de desarrollar armas nucleares ni que Teherán hubiera incumplido el acuerdo. Poco después renunció por las discrepancias sobre temas clave de seguridad nacional con Trump.
Otra figura que está en contra de una escalada militar con Irán es Michael D’Andrea, un agente de la CIA en Irán, conocido como el ‘príncipe oscuro’. D’Andrea hace un llamado al diálogo con los líderes de Irán que no son miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica.
La estrategia de Irán
Irán puede usar armas suficientemente poderosas en la guerra, dijo la fuente iraní. Las medidas podrían incluir la interrupción de los flujos de petróleo, el menoscabo de los planes de EEUU en Irak y Turquía desestabilizando a la población kurda, y el aumento las tensiones entre Estados Unidos, China y Rusia.
También Teherán podría destruir las relaciones de Washington con sus socios de la OTAN en Europa y aumentar los ataques directos contra el principal socio de Estados Unidos en Oriente Medio —Arabia Saudí— a través de sus aliados hutíes que controlan la capital yemenita y la mayor parte del norte del país.