El Partido de los Trabajadores rechazó el traslado de Luiz Inácio Lula da Silva a Curitiba, una cárcel de San Pablo, donde están o estuvieron alojados un hombre que mató a su hija de cinco años, un seminarista que asesinó a sus padres y un médico condenado por ser estuprador serial.
«Es muy extraño que la gente de la ‘República de Curitiba’ haya decidido transferir al presidente Lula, hay que estar en alerta «, advirtió la diputada petista Maria do Rosario.
Según el diario Folha de San Pablo las autoridades del Presidio II de Tremembé, en el interior paulista, ya acondicionaron una celda para Lula, quien estará obligado a compartir el comedor y el patio con reclusos peligrosos, exponiéndose a una «situación de vulnerabilidad», denunció su abogado defensor Cristinao Zanin Martins-.
Bajo la conducción del ex juez Sergio Moro, ministro de Justicia de Jair Bolsonaro, los miembros de la «Fuerza de Tareas de la causa Lava Jato» se conducen como miembros de un partido, según fue documentado en las filtraciones publicadas por el sitio The Intercept.
La jueza de la primera instancia federal Carolina Lebbos, considerada una incondicional de Moro, fue quien ordenó el traslado al hacer lugar a un pedido de la Policía Federal, que alegó la necesidad de acabar con las concentraciones frente a la Superintendencia de Curitiba.
La vigilia «Lula Livre», sin embargo, volvió a reunirse hoy como lo hace cotidianamente frente al centro de detención donde Lula fue visitado recientemente por el candidato presidencial argentino Alberto Fernández y el año pasado por el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel; el intelectual norteamericano Noam Chomsky («Lula, el principal preso político del mundo», dijo), y el ex premier italiano Massimo D Alema.
En el año y cuatro meses que el líder petista lleva preso, han pasado por Curitiba más personalidades internacionales que por Brasilia. A esas visitas se suman mensajes de solidaridad, como los enviados por el papa Francisco y recientemente el saludo grabado del líder laborista británico Jeremy Corbyn.
«Moro está actuando a través de la Policía Federal para perjudicar a Lula», tuiteó hoy la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, que en las últimas semanas ha polemizado con el otrora responsable de Lava Jato.
Según Hoffmann, la credibilidad de Moro fue «seriamente» afectada por las revelaciones publicadas en el sitio The Intercept, poniendo al desnudo las maniobras urdidas para montar una condena carente de pruebas y basada en delaciones de arrepentidos que hablaron bajo coacción.
Este presunto contragolpe publicitario de Lava Jato, que ubicó la noticia de Lula en las portadas de los sitios informativos, sucede cuando el jefe de los fiscales de ese proceso, Deltan Dallagnol, también denunciado por The Intercept, parece tener los días contados en el cargo.
El abogado Zanin anticipó la presentación de un recurso – aún falta definir su formato – para impedir el traslado y advirtió que esta medida se adoptó cuando se espera que el Supremo Tribunal Federal analice una demanda sobre la parcialidad con que se condujo Moro, cosa que denunció The Intercept y comenzó a ser tratada por el Supremo hace más de un mes, tribunal pasó a un cuarto intermedio debido a la feria judicial.