Salvador Capote
El Ku Klux Klan tuvo dos etapas. En la primera, en el siglo XIX, surgió en el Sur con el objetivo de restaurar la supremacía blanca después de la Guerra Civil. En su segunda etapa, el Klan surge en la segunda mitad de la década de 1910, es tan racista como el anterior pero se nutre principalmente de los que sienten temor por la llegada de inmigrantes extranjeros. (Entre 1890 y 1914 llegaron a Estados Unidos unos 18 millones de inmigrantes). Entre ambos klanes hubo unos 50 años de separación.
Podemos distinguir por lo menos tres grandes diferencias entre el segundo Klan y el primero. El klan original admitía a todos los blancos, sin importar la religión a la que pertenecieran; el segundo Klan rechazaba, entre otros, a los católicos y a los judíos. El Klan original estaba confinado al Sur; el nuevo Klan tenía muchos más miembros en los estados del Norte, sobre todo en Ohio, Indiana e Illinois, que en el Sur. La tercera diferencia es que el nuevo Klan era predominantemente urbano con fuertes núcleos en Indianapolis, Dayton, Youngstown, Portland, Denver y Dallas. Podemos señalar, además, que mientras el primer Klan podía tener cierta justificación al oponerse a los que llamaban “carpetbaggers”, o sea, norteños oportunistas que se trasladaban al Sur para lucrar con las ruinas de la guerra, el nuevo Klan carecía de justificación alguna y su accionar era semejante al de los grupos fascistas que comenzaban a surgir en Italia y Alemania.
En la noche de Thanksgiving de 1915, el fundador del nuevo Klan, William Joseph Simmons, y 30 o 40 de sus seguidores, en la cima de la Stone Mountain, cerca de Atlanta, Georgia, juraron fidelidad al “Imperio Invisible, Caballeros del Ku Klux Klan”.
Es interesante advertir que este segundo Klan se crea en 1915, cuatro años antes de que naciera el fascismo en Italia en 1919 con la creación por Mussolini de los grupos de combate llamados “Fascio di Combattimento”. El historiador Robert Paxton considera que el fascismo, en su aspecto funcional, nació en el Sur de los Estados Unidos a finales de la década de 1860 con la aparición del Ku Klux Klan (Primer Klan). Creo, no obstante, que es en el segundo Klan donde aparecen los rasgos netamente fascistas. De todos modos, como éste fue fundado en 1915, Estados Unidos seguiría teniendo el triste privilegio de haber sido cuna del fascismo.
El nuevo Klan se presentaba como defensor de la moralidad protestante y exigía de sus miembros la práctica de la “clannishness” que consistía en favorecer los negocios de otros miembros del Klan y boicotear los que pertenecían a católicos y judíos. El Klan se oponía no sólo a lo que no fuera blanco y protestante, sino también a los inmigrantes y, sobre todo a partir de los años 30, incluyó en la lista de sus principales enemigos a los comunistas, a los socialistas y al movimiento obrero organizado. Se oponía, además, a toda legislación social progresista como salario mínimo para las mujeres o prohibición del trabajo infantil.
En 1922 Simmons fue destronado como ‘Imperial Wizard” por Hiram Evans. Hacia 1925 el Klan tenía unos cuatro millones de miembros, en su mayoría pertenecientes a la clase media baja, pero se redujo considerablemente durante la Gran Depresión, excepto en la Florida, donde contaba con unos 30,000 miembros, con poderosos “klaners” en Jacksonville, Orlando, Tampa y Miami.
Sin dejar de aterrorizar a los afroamericanos, el Klan dirigió sus ataques contra los líderes sindicales, en especial en la zona de plantaciones citrícolas que se extiende entre Orlando y Tampa. En 1937, el líder sindical Joseph Shoemaker fue azotado, castrado, embreado y cubierto de plumas, y murió a consecuencia de las heridas. Todos los miembros del Klan acusados del asesinato, nueve en total, fueron liberados.
En 1939, Hiram Evans se retiró como Imperial Wizard y fue reemplazado por James A. Colescott, quien testificó ante el Congreso que la Florida era el principal baluarte del Klan en toda la nación.
Formalmente, el final del Klan se produjo en 1944, cuando Colescott vendió el Palacio Imperial en Atlanta y se retiró a Miami. Pero en la posguerra el Klan resurgió en Atlanta con “The Association of Georgia Klan”, fundada por el doctor Samuel Green, que se expandió a la Florida y por lo menos a otros seis estados. El Dr. Green murió en 1949 y el Klan se escindió en varias organizaciones muy violentas, como “Southern Knights of the KKK”, activa en Orange County y sus alrededores. El 75 % de la población masculina blanca de Apopka pertenecía al Klan.
En realidad, el Klan nunca desapareció del todo. Resurge esporádicamente en diversos lugares de la nación. El estado de la Florida continúa siendo uno de sus principales baluartes. En 2016, ocho grupos del Klan permanecían activos en la Florida, de acuerdo con un artículo del Miami Herald del 15 de Agosto de 2017. No hay nada que induzca a pensar que no están activos todavía; por el contrario, tanto el Klan como muchas otras organizaciones de ultraderecha, encuentran un terreno propicio para su desarrollo en la actual administración del presidente Donald Trump.
El KKK está muy lejos de ser la única organización fascista que existe en los Estados Unidos. De acuerdo con “The Southern Poverty Law Center”, en 2016 existían 917 organizaciones de odio (“hate groups”) activas en el país. Lo peor es que se observa una tendencia al aumento. En 2014 eran 784; en 2015, 892; y, como ya señalamos, 917 en 2016. Si esta tendencia ha continuado, y es muy probable que así sea, podemos decir que existen actualmente en Estados Unidos más de mil organizaciones fascistas. En 2016 California ocupaba un deshonroso primer lugar con 79 grupos activos, y Florida el segundo, con 63. Pero si tenemos en cuenta la población en ambos estados, Florida pasa al primer lugar en grupos activos por cantidad de habitantes.
Aunque es cierto que el Klan nunca llegó a controlar al gobierno de Estados Unidos, no debemos olvidar que en uno u otro tiempo dominó los gobiernos de Indiana, Ohio, Arkansas, Oregon, California y Texas. En diferentes momentos, los gobiernos de estos estados se identificaron con el Klan.
Ahora bien, ¿por qué decimos que el KKK era fascista? –Porque, al igual que el fascismo, quería imponer la supremacía blanca, mantenía grupos armados para aterrorizar y agredir a los que calificaba de enemigos; descargaba su odio contra las minorías discriminadas por su raza, etnia, religión y contra la clase obrera; utilizaba la teatralidad de los desfiles, uniformes, antorchas y toda una parafernalia de banderas, símbolos y rituales para impresionar a las masas; y porque, al igual que el fascismo, prometía el regreso de la nación a un mítico pasado glorioso.
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