El pasado 6 de noviembre de 2022 se llevaron a cabo elecciones municipales para elegir a gobernantes (líderes) locales de 153 municipios de Nicaragua.
Desde que dio inicio el período electoral, el Consejo Supremo Electoral, como ente regulador, puso en marcha todas las exigencias constitucionales que la ley establece, sin intromisión extranjera y por el bien común. Un total de 6 partidos políticos y alianzas de partidos fueron inscritos y participaron en los comicios1.
Desde muy tempranas horas de la mañana, el Pueblo nicaragüense acudió a las urnas para ejercer su derecho al voto. De acuerdo a los resultados, emitidos por el Consejo Supremo Electoral, el Frente Sandinista de Liberación Nacional obtuvo el 73.70% de los votos, logrando alzarse con las 153 alcaldías donde se eligieron gobernantes locales mediante comicios municipales2.
¿Qué hizo posible que el FSLN alcanzara esta victoria?
Los resultados de las elecciones municipales en Nicaragua demuestran el gran respaldo Popular que tiene el FSLN. Un respaldo que no se logró de la noche a la mañana, sino que fue construyéndose desde que el Comandante Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua, ganó las elecciones presidenciales en 2006.
Desde que el FSLN volvió a gobernar, en el 2007, cambió el sentido de hacer política en Nicaragua, poniendo como protagonista al propio Pueblo. Se restituyeron derechos humanos básicos, como atención gratuita en salud, educación gratuita y de calidad, seguridad ciudadana, oportunidades de recreación, acceso a viviendas dignas, agua, electricidad, libre circulación, acceso a préstamos sin posibilidad de usura, el fortalecimiento de una economía popular con énfasis en el papel de la mujer nicaragüense, entre otros. También, se fortaleció el trabajo político en cada palmo del territorio nacional, en cada municipio, en cada barrio y en cada casa.
Es aquí entonces que nace la fórmula Pueblo Alcalde y Pueblo Presidente, donde el Pueblo es el protagonista de cada una de las victorias alcanzadas.
Y la derecha, ¿qué hizo?
No es difícil recordar lo que vivió el Pueblo de Nicaragua entre 1990 y 2006. Sin expandirnos mucho, podemos resumir las vivencias en un Pueblo sin gobierno y desatendido, con autoridades corrompidas, con pocas escuelas que no tenían ni pupitres, ni agua potable, ni sanitarios, ni pizarrones y a veces tampoco docentes; uno que otro hospital sin médicos, ni medicinas; carente de agua potable y las carreteras destrozadas, pobreza desbordada, hiriente, que clamaba por la solidaridad.
Desde que el sandinismo volvió al gobierno, los partidos libero-conservadores no pueden detener su caída libre y actualmente siguen sin presentar una propuesta de gobierno con el cual el Pueblo se sienta identificado. Básicamente, el neoliberalismo está desapareciendo en Nicaragua.
En conclusión…
Queda demostrado que cada proceso Revolucionario que se desarrolla en Nuestra América tiene características particulares, según las coyunturas que vive cada Nación.
En Nicaragua, el Comandante Daniel y la Compañera Rosario reconstruyeron las bases del Sandinismo, llevando a cabo un proceso de transformación social y nacional que sigue dando sus frutos. Cada día, cada hora, cada segundo es el Pueblo que trabaja palmo a palmo con su vanguardia; es el Pueblo humilde y trabajador que sigue forjando su camino, sin olvidar la histórica lucha por la dignidad, libertad y soberanía. La sangre derramada de nuestros héroes y mártires nos impulsa y nos compromete aún más a seguir luchando para alcanzar nuevas Victorias.
Hoy, podemos reafirmar que somos vivos protagonistas de la construcción de una Patria para todos/as, sin exclusión alguna; hoy todos/as somos protagonistas y constructoras/es de nuestros sueños y esperanzas; hoy nuestro Pueblo es Alcalde, hoy nuestro Pueblo es Presidente; hoy, la oligarquía y la burguesía le temen al Poder Popular.
Finalmente, la justicia llegó y nuestro Pueblo viene consolidando y fortaleciendo el Poder Popular.