Enemigos per sæcula sæculorum

La debacle en los grupos de derecha, producto de la fuerte confrontación y desconfianza entre sus miembros y dirigencia, se hace cada vez más notoria, al punto de convertirse en espectáculos públicos en los que la población confirma la falta de seriedad y confiabilidad que representan estas organizaciones políticas “demócratas”.

 

Para nadie es desconocida la eterna rivalidad existente entre los partidos de derecha PLC y PLI, y especialmente la que sostienen sus cabecillas Arnoldo Alemán y Eduardo Montealegre, respectivamente, misma que destilan a lo interno cada uno a sus correligionario, aunque ante los medios quieren hacer creer la farsa de una imposible unidad.

Después de varias demostraciones claras de que Alemán y su PLC, así como Montealegre y su PLI, no quieren saber nada uno del otro, dejando al candidato a la Presidencia escogido por Alemán, el conservador Noel Vidaurre como una marioneta de sus juegos, ahora resulta que el show se trasladó se trasladó al municipio de Masatepe.

Dos nuevos saltimbanquis

Con bombos y platillos, la exfórmula para ocupar los cargos de alcalde y vicealcaldesa de esa ciudad presentada por el PLC durante los comicios municipales pasados, Carla Gutiérrez y Vianet Marenco, dejaron las filas alemanistas y se cruzaron al grupo de los eduardistas, con la ilusa idea de buscar un cambio de timón en sus aspiraciones políticas y partidarias.

Desde luego esto fue realzado como si fuera un hecho sin precedente por los medios de comunicación derechistas, a quienes los desertores del PLC expresaron que les gustaría trabajar con “don Eduardo”, y que sería bueno que en otros municipios siguieran su ejemplo, pero lo que no saben es que salen de Guatemala para entrar a “Guatepeor”.

El encargado de recibir a los nuevos miembros del PLI, fue el diputado de ese partido Francisco Valdivia, quien con lujo de pompas y zalamerías les prometió que con esa agrupación tendrían lo que no tuvieron en el PLC, además de quedar bien con su jefe Montealegre, a quien divinizó ante los ojos “crédulos” de sus ahora correligionarios.   

       

 

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