El grupo terrorista Estado Islámico, que ocupa el centro de la atención mundial desde que varios países lo combaten en Siria e Irak, ha ganado fuerza también en Libia, donde, a pesar de que su influencia es limitada, la situación puede cambiar rápidamente, según señala el analista Sviatoslav Ivanov.
«La historia moderna muestra que la prosperidad del islamismo radical es directamente proporcional a la inestabilidad política e inversamente a la fiabilidad del funcionamiento de las instituciones estatales», señala Ivanov, para luego resaltar que «sabemos esto no solo por los casos recientes de Irak y Siria, sino también por lo ocurrido en Afganistán».
En este sentido, el analista asegura que durante mucho tiempo Libia ha sido uno de los países «más vulnerables» frente al terrorismo, y resalta que la amenaza para Libia era obvia desde el principio de la primavera árabe y además se intensificó cuando Libia se convirtió en el único país de África del Norte donde no hay un gobierno reconocido por todas las partes.
«Libia fue uno de los primeros objetivos declarado oficialmente por el grupo yihadista», recuerda Ivanov, en un artículo publicado por Gazeta.ru. En noviembre de 2014, el líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, anunció que Libia sería parte del ‘califato’, junto con Arabia Saudita, Yemen, Egipto y Argelia.