Estrategias para la desinformación

Global News

* Estados Unidos utiliza a medios y periodistas asalariados en todos los países que considera hostiles a su política imperialista. Nicaragua fue víctima de un sangriento intento de golpe de Estado en 2018, pero estamos en la mira gringa desde un par de siglos.

La desinformación se ha convertido en el arma más utilizada por los medios de comunicación para ejercer control sobre la población.

La información tergiversada, está dirigida para promover el rechazo, intolerancia e incluso odio, hacia sectores, que no comparten los criterios establecidos por los medios hegemónicos.

Pocas veces se han visto campañas tan dedicadas a influir de manera tan negativa y violenta en contra de una etnia, como la desatada en estos últimos meses hacia la población rusa, comparada únicamente con sucesos de no muy grata recordación de la Alemania nazi.

La justificación: La “invasión” de Rusia a Ucrania, dejando de lado la memoria histórica de los sucesos acontecidos en Iraq, Yemen, Kosovo, Vietnam, Hiroshima, Nagasaki, Afganistán y otro número considerable de países en América latina.

Para llevar a cabo esta “Campaña”, es de suma importancia echar mano de una batería mediática, que será utilizada para difundir información, muchas veces estructurada de manera negativa, en diferentes ámbitos, con la intención de que la población se forme un concepto equivocado y despierte sentimientos de profunda, ira, rechazo y odio, hacia personas, situaciones, naciones o ideologías, no conveniente a los intereses de las elites, que manejan dichos medios a través de financiamientos millonarios, que son canalizados por ONGs con presencia en diferentes países, y cuyo objetivo se supone es fomentar temas como la “Promoción de la Democracia”, apoyo a los “Derechos Humanos”, Promoción de la “Libertad de Expresión” Organizaciones “Ecológicas” y el apoyo a los “Medios Independientes”, pero que en realidad están dirigidos a la organización de actividades políticas adversas a los gobiernos o a la obstaculización de proyectos y decisiones, no rentables para sus donantes.

En Latinoamérica este tipo de organismos ha prosperado de la mano de los medios, para los que captan recursos, a su vez, estos les brindan publicidad a ciertos personajes, elevando sus perfiles y dotándolos de credibilidad a nivel internacional.

Existen muchos financistas como AID, La Unión Europea, USAID y la Open Society de George Soros, esta última dota de recursos a varias organizaciones y medios de comunicación en Centroamérica, abarcando desde Guatemala hasta Costa Rica.

Entre ellos la revista Factum, diario digital El Faro, en El Salvador, el medio nicaragüense Confidencial, y los medios guatemaltecos Plaza Pública y Nómada, estos datos hasta el año 2018, actualmente el financiamiento se ha extendido a más medios.

Otros muchos millones son otorgados a ONGs cuyos enfoques están dirigidos a promover los movimientos LGTB, Derechos Humanos, Agendas feministas y agencias encuestadoras o “Grupos de monitoreo independientes” como el GMIES en El Salvador.

Pero estas organizaciones también tienen un trasfondo, incluso algunas denominadas de “carácter humanitario”, siendo objetos de captación de recursos económicos para promover agendas políticas adversas a los gobiernos que no comulguen con las necesidades de los poderes hegemónicos, otorgándoles poder en las políticas internas del país, desde donde tienen la posibilidad de generar descontento, inconformidad y levantamientos masivos, incurriendo en estrategias muy poco éticas donde utilizan las necesidades y el resentimiento infundido en los ciudadanos para conseguir fines determinados, en el peor de los casos, golpes de estado.

Muchos de los fenómenos políticos de los años resientes experimentados en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, obedecen a una agenda muy similar implementada por grupos políticos que cuentan con financiamientos de este tipo para el desarrollo estratégico de estas acciones. Los canales de obtención de recursos son prácticamente los mismo a lo largo de Latinoamérica, utilizando patrones similares con pequeñas variaciones de acuerdo a las necesidades y objetivos perseguidos en cada país.

En El Salvador podemos observar algunas variaciones, valiéndose de un método que utiliza uno de los más grandes problemas sociales de ese país, (la delincuencia) para crear una imagen de incertidumbre y autoritarismo, con el que tratan de opacar la figura del presidente Nagib Bukele, quien goza de una amplia aceptación por parte de la población salvadoreña y promueve el desarrollo y la independencia económica en su país.

Del mismo modo se mueven los ataques hacia el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, luego del anuncio del Proyecto “Tren Maya”, la nacionalización del Litio y la reforma energética que persigue beneficios para su nación y muy posiblemente para los demás países de la región.

Dichos ataques recrudecieron luego de anunciar que no ejecutaría sanciones en contra de Rusia, aun cuando países como EEUU ejercieron una amplia presión para conseguirlo, y a consecuencia de esta situación se están discutiendo algunas sanciones para México en materia internacional, impulsadas por EEUU debido al tema de la reforma energética, sin mencionar que hace dos años, Hugo Rodríguez, subsecretario adjunto de Asuntos del hemisferio occidental en el Departamento de Estado, señaló en el Congreso que si México realizaba la compra de helicópteros a Rusia podría ser objeto de sanciones bajo la legislación estadounidense, violando la soberanía en la toma de decisiones y las políticas internas de ese país.

Los Medios de comunicación ligados a estos organismos, realizan siempre labores muy críticas hacia los gobiernos que desobedecen la línea de Washington, mientras que por otro lado, blanquean la imagen de los agentes de conflicto, con fines electorales.

Uno de los mejores ejemplos de la canalización de recursos por parte de Organismos internacionales con fines abiertamente Políticos lo tenemos en Nicaragua, en donde hasta hace poco se implementó la ley de agentes extranjeros, ley existente en diversos países, incluyendo EEUU, y que permite al estado supervisar estos recursos, su procedencia y utilización.

Por otro lado, estas organizaciones han venido utilizando “Donaciones” procedentes tanto de la Open Society como de AID y USAID, para sustentar “Medios Independientes” que obedecen a una sola línea editorial. Plataformas digitales derivadas de un medio principal, usadas a menudo para generar ruido con información principalmente de carácter incisivo y hostil, generando irritabilidad en quienes consumen la información y manipulando parte de la misma para cumplir con objetivos generales de las políticas de sus financistas.

Por lo general existen vínculos con medios internacionales que poseen las mismas características y línea editorial; esto es muy efectivo a la hora de distribuir campañas para un fin determinado, como por ejemplo la satanización de figuras que representan un “Peligro” para las potencias que manejan dichos medios.

Las campañas generalmente se enmarcan en el desprestigio, malas referencias, epítetos y fake news que, aunque muy a menudo son desmentidos por los mismos usuarios, cumplen con la misión de desinformar y generar caos en las redes sociales o, muy por el contrario, también actúan como agentes de entretenimiento, desviando la atención de las personas, (cortinas de humo) hacia temas delicados que perjudiquen sus intereses, o enterrar por completo noticias que les desfavorezcan.

El tema de los medios de comunicación es extremadamente delicado, pues actúan como agentes de polarización de la población, logrando hacer de los receptores cómplices de sus intereses o generando la división de criterios, que resulta favorable a la estrategia del divide y vencerás.

 

 

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